Vientos tropicales en los mercados emergentes




Fue bueno mientras duró. Después de una breve tranquilidad, las consecuencias del retiro del estímulo la Reserva Federal hacen eco a lo largo del globo. Anticipando un mundo de menos dinero, los inversionistas se están retirando de los mercados emergentes, trayendo sus fondos de vuelta a lo donde creen que es más seguro. De Asia a Sudamérica, los activos que alguna vez tuvieron alta demanda ahora repentinamente son evitados.

Las autoridades monetarias están haciendo lo posible para detener la infección. India y Brasil fueron los primeros, con rondas sucesivas de reducción en los últimos meses. El martes fue el turno de Turquía, que buscó hacer reaccionar a los mercados más que doblando su tasa semanal límite de 4,5% a 10%. Sudáfrica vino al último, con el primer aumento en la tasa de interés en casi seis años.

Se entiende el apuro por subir las tasas. Con la inflación a alturas peligrosas, países como India necesitan atraer a los inversionistas con tasas nominales más altas. Esto es esencial si piensan seguir financiando su déficit de cuenta corriente y asegurar que las grandes sumas de deuda corporativa en moneda extranjera sigan bajo control. Y los bancos centrales debieron actuar para probar que seguían siendo independientes. El mejor ejemplo es Turquía, donde el gobierno de Recep Tayyip Erdogan se ha apoyado continuamente en el banco central para evitar un aumento.

A pesar de las buenas intenciones, las intervenciones de los bancos centrales no ha calmado a los inversionistas. Los mercados ahora se preocupan por un escenario de alta inflación y altas tasas. La reducción de la política monetaria no es gratis, sino que puede llevar a una abrupta caída del crecimiento. Y dado que muchas economías emergentes han estado decayendo hace una década, una mayor desaceleración podría llevar a una recesión.

No hay una salida fácil a esto. Un posible atajo, eso sí, es establecer regímenes que comprometan a las autoridades monetarias a controlar los precios. El truco es cambiar la expectación inflacionaria de la gente, moderando las demandas por mayores sueldos, la que es una de las mayores causas de la inflación.

Los bancos centrales lentamente se mueven en esta dirección. La última semana, el Banco de Reserva de India anunció que podría pronto adoptar un régimen de control de la inflación. El martes el Banco Central de Turquía simplificó su compleja política monetaria para hacer más creíble su compromiso con los objetivos inflacionarios. Aunque, para que estos pasos funcionen, es esencial que los políticos dejen de interferir en la política monetaria. Será difícil creer que Turquía es serio en su lucha contra la inflación si Erdogan sigue hablando públicamente sobre su fuerte antipatía a subir las tasas.

El otro plan, más a largo plazo, es seguir con reformas estructurales que suban el nivel de la inversión extranjera directa. Esto no sólo subiría la tasa de crecimiento. También aseguraría que una mayor parte del déficit de cuenta corriente de un país sea financiada por un portafolio estable de inversión en lugar de "dinero caliente".

Tomará tiempo antes de que los gobiernos de las frágiles economías emergentes logren implementar las reformas necesarias para fortalecer sus economías. Mientras, a pesar de todos los esfuerzos de las autoridades monetarias, el tapering seguirá exponiendo las vulnerabilidades de estos países.

A medida que sigue con la reducción, la Fed debe ver más allá de sí misma y tomar en cuenta la política monetaria y las condiciones de deuda en todo el mundo. Las últimas semanas han sido un duro recordatorio de cómo la Fed es prácticamente un banco central mundial.

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© The Financial Times Ltd, 2011.

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