Volatilidad al alza pero con sólidos fundamentos
Por Rosario del Río. No esperamos ver las mismas rentabilidades que el año pasado, pero el panorama global sigue favorable para la toma de riesgo.
Durante los últimos años hemos contado con el apoyo de los bancos centrales -y en especial de la Fed- para hacer frente a los aumentos de volatilidad, a través de un anticipo por parte del mercado de que las autoridades monetarias proporcionarán condiciones financieras favorables utilizando una política expansiva. En este contexto, mayores turbulencias han estado asociadas con caídas en las tasas soberanas, logrando así retornar al famoso índice VIX a niveles en torno a los 10-15 puntos.
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A partir de este año el panorama parece haber cambiado, y sonaría razonable acostumbrarse a ver mayores niveles de volatilidad y saltos más frecuentes del índice. Tal como suele suceder cuando los ciclos económicos se encuentran en su fase "madura", donde la actividad ha adquirido un sólido ritmo de expansión y los precios comienzan gradualmente a dar señales de mayor inflación, es esperable que el principal foco de la Fed se torne hacia este mayor dinamismo y a seguir adelante con su plan de normalización de tasas de interés, debiendo "sacrificar" condiciones financieras holgadas. Así, con tasas que han tenido una baja respuesta hacia compensar el daño que podrían causar mayores volatilidades, junto a un dólar a nivel global que se ha mantenido estable, los índices como el VIX se han ido quedando en niveles más altos luego de los últimos sucesos, rondando los 20 puntos. Esto debiera llevar a que los inversionistas exijan un mayor retorno esperado.
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Con todo, los fundamentos siguen siendo sólidos, y a pesar que no esperamos ver las mismas cifras de rentabilidad que el año pasado en la renta variable, seguimos considerando que el panorama global es favorable para la toma de riesgo y que, aunque probablemente debamos tener una mayor tolerancia y enfrentarnos a mayores fluctuaciones, una economía creciendo a un ritmo sano justifica, al fin y al cabo, un escenario alcista para las acciones.
En este contexto, podríamos seguir viendo rentabilidades positivas en la renta variable al menos durante este año, en un contexto alcista para las tasas de interés pero que todavía no han entrado en terreno restrictivo. Adicionalmente, la solidez a nivel global, junto a un potencial deterioro en el balance fiscal estadounidense, justifican un dólar estable e incluso con un leve sesgo hacia la depreciación, confirmando así un escenario favorable para las economías emergentes dentro de la clase de activo.
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La autora es analista de renta fija internacional de Inversiones Security.
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