Cortocircuito epidémico y burbujas territoriales: cuatro expertos evalúan la viabilidad del plan del Colegio Médico
Opiniones divididas genera entre los médicos la propuesta de su gremio. La mayoría de las medidas a su juicio son efectivas para terminar la circulación viral, pero de difícil ejecucción, especialmente por la fatiga que están generando las cuarentenas.
Este lunes, el Colegio Médico, presentó su propio plan para afrontar la actual pandemia. Bajo el título ”Covid Cero”, la nueva estrategia del gremio incluiría tres ejes: un “Plan ‘Vivos Nos Necesitamos’: Unidos para eliminar el virus”, un “cortocircuito epidémico”, un nuevo plan y establecer “burbujas territoriales”.
La propuesta plantea eliminar el Pase de Movilidad e implementar el denominado “cortocircuito”, es decir, limitar el transporte público, intensificar la vacunación y el cierre total del comercio durante tres semanas, en zonas donde la incidencia de casos supere los 10 por cada 100 mil habitantes. Además, las definiciones serían a nivel regional, y no comunal.
¿Es factible el nuevo plan? ¿Técnicamente, ofrece nuevas alternativas en términos prácticos?
Osvaldo Artaza, decano de la Facultad de Salud y Ciencias Sociales de la Universidad de las Américas, señala que la propuesta de “Cero Covid” apunta a cortar la pandemia, erradicando la presencia viral, en vez de solo mitigar sus efectos, “para así minimizar las muertes, las secuelas y el daño económico producto de la pandemia”.
Dice que es una estrategia que se han estado planteando numerosos expertos y por varios meses, y que se basa en la suma de varias medidas en simultáneo, a su juicio “técnicamente viables”, como el control de las fronteras, trazabilidad, comunicación de riesgos, de la gobernanza de la crisis y de cuarentenas breves y enérgicas. “Esta estrategia se enmarca en las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y en la experiencia de varios países que ya la han utilizado con éxito”, asegura.
Claudio Castillo, académico de Salud Pública de la Universidad de Santiago, cree que se necesita un cambio de mirada para poder pasar de mitigar la curva, “para controlar y mantener una circulación cercana a cero en el país. De todo lo que propone el Colegio Médico, yo diría que el cortocircuito epidémico es lo menos probable que implemente el Gobierno”. Dice que más bien están planteando una liberalización de las medidas, “por tanto esto iría en contra”.
Artaza, exministro de Salud en el Gobierno del presidente Ricardo Lagos, establece que desde sectores académicos y políticos se ha iniciado un debate sobre la viabilidad en nuestro país de medidas, “que más que mitigar los efectos del Covid-19, apunten a erradicar los contagios. La respuesta es que sí es posible, ya que hay países que están cerca de lograr escenarios libres de Covid”.
Héctor Sánchez, director del Instituto de Salud Pública de la Universidad Andrés Bello, señala que la propuesta del Colegio Médico tiene dos tipos de medidas que hay que evaluar, ya que trabajan conjuntamente. “Primero, la de la gobernanza, que plantea instalar instancias estratégicas de toma de decisiones vinculantes con mayor participación de actores relevantes que permitan discutir abiertamente las diferentes dimensiones del problema. Es decir, las estrategias más apropiadas, evaluar los impactos y lograr acuerdos transversales nacionales que se socialicen y transmitan confianza a la población. Medida que no solo es posible, si no que estrictamente necesaria”.
Paola Murgas, investigadora del Centro de Biología Integrativa de la Universidad Mayor, señala que la propuesta es factible, “siempre y cuando ocurra un confinamiento real, con un autocuidado real”.
Castillo dice que una cuarentena estricta, controlada, efectiva, de pocos días “podría marcar una diferencia y generar posteriormente una mejora en la situación económica rápida, permanente, y no como estas cuarentenas dinámicas en donde se afecta mucho más a la economía y no genera una recuperación como se ha visto en países que han apaciguado el virus”.
Además, dice Murgas, se debe promover la vacunación para aquellas personas que aún no lo hacen, y llevar la vacuna al lugar donde se encuentra confinada, para evitar la movilidad al máximo posible. “Todas estas acciones deben ir acompañadas con una explicación a la población, es decir, la comunidad tiene que entender por qué se usa la mascarilla, por qué se debe usar bien, por qué se deben usar las certificadas, qué diferencia tienen las certificadas de las no certificadas, por qué me debo vacunar, qué evita y qué no la vacuna, etc. La gente debe recibir un mensaje claro del por qué debe seguir estas acciones para fomentar el autocuidado y que de esta manera realmente se llegue al caso 0”.
Pero Sánchez es pesimista con el llamado cortocircuito para cortar la cadena de contagio. “La gente está cansada y desconfía por la forma en que se están tomando las decisiones, las que son contradictorias en muchos casos. Principalmente, por la falta de credibilidad de la población y la baja adherencia a medidas de restricción por las razones señaladas y por la necesidad de disponer de apoyos financieros relevantes para asegurar sobrevivir”, señala .
Si bien se trata de una medida coherente desde el punto de vista sanitario para bajar la circulación viral sustancialmente, hay otras dimensiones que esta propuesta debe considerar y éstas son políticas. “El Gobierno debe tomar en serio estas propuestas, analizarlas realmente y avanzar en todas aquellas que permitan mejorar la actual situación sanitaria, situación que dado el nivel de vacunación actual (de los más altos del mundo) es de las peores, debido, esencialmente, a la alta circulación viral, nuevas cepas y a que no hemos sido capaces de cortarla, a través de una gestión efectiva de la pandemia en todas sus dimensiones y muy particularmente por la deficiencia de las herramientas de testeo, trazabilidad y aislamiento”, añade Sánchez, ex consultor del Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo y Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Creo que todas las medidas son aplicables, pero deben garantizarle a la población que, si se va a generar un confinamiento de esa magnitud, deben tener los elementos básicos de sobrevivencia. “Por ejemplo, comida, luz, agua, gas, calefacción, etc. Porque la población sale, pero sale porque tiene que trabajar, porque tiene que ir a buscar el sustento para comer. Creo que, si eso se garantiza, se podría lograr la propuesta. No hay que descuidar también la salud mental de las personas, por ejemplo, al existir mayor confinamiento, se debe garantizar que la violencia intrafamiliar no ocurra, se debe prevenir o garantizar de manera efectiva que no ocurrirá. Con respecto a la educación, si en esas tres semanas los colegios e instituciones educacionales estarán cerrados, que se garantice que todo niño y niña, tenga acceso a su educación no presencial”, explica Murgas.
Murgas argumenta que son muchos los aspectos que se deben garantizar para que las personas no salgan de sus hogares para evitar el contagio, “por lo tanto, si todos éstos y otros más se llevan a cabo, sí se logrará el caso 0 y sí se logrará la efectividad que se propone”.
Burbuja territorial con todo tipo de actividades
El plan de trabajo del Colegio Médico, luego del “cortocircuito territorial”, se divide en cuatro etapas. En una primera, permitiría hacer actividad al aire libre, así como abrir jardines infantiles y colegios de forma voluntaria. Mantiene el teletrabajo, las restricciones de reunión y toque de queda, así como también traslados no esenciales hacia y desde el extranjero.
Luego, posibilita reuniones de máximo 10 personas al aire libre, y el retorno de la educación media y universitaria. Restaurantes, teatro y bares solo en espacios abiertos. En una tercera etapa, reuniones de hasta 30 personas, levantando la restricción de reunión y movimiento nocturno manteniendo los aforos.
Finalmente, se pasaría a una “burbuja territorial” que permite realizar todo tipos de actividades, pero sin viajes al extranjero y estrictas medidas fronterizas. Para que esto sea aplicable, cada zona del país, deberá tener una tasa de incidencia menor o igual a tres casos por cada 100 mil habitantes.
Sánchez insiste en lo difícil de la implementación del “Covid Cero”, “por el tipo de vacuna que estamos utilizando y finalmente, porque hay elementos políticos, sociales y económicos, nacionales e internacionales, de una economía abierta intervinientes que lo hacen muy difícil”, plantea.
El retorno presencial a clases de los niños y adolescentes, aún cuando el Colegio de Profesores ha planteado una posición distinta, “toda la evidencia internacional sugiere que es muy necesario y que es un acto de equidad, en cuanto a que ya hubo un retorno a clases en las etapas del Plan Paso a Paso de transición en adelante, en donde en su mayoría solo el sector privado lideró este retorno, mientras que el sector público se mantuvo sin poder retomar las clases presenciales perjudicando especialmente a niños y niñas con mayores vulnerabilidades. Esto es posible de implementar, puesto que hay voluntad y hay evidencia. Por esto se tienen que diseñar todos los protocolos para que ello ocurra en el corto plazo”, establece Castillo.
El director del Instituto de Salud Pública de la Unab, cree que las propuestas de cambios en la gobernabilidad no solo son aplicables, “sino que es altamente deseable aplicarlas para recomponer instancias de participación real de actores relevantes para el proceso de toma de decisiones, y aumentar la transparencia y credibilidad de la población, y así mejorar el impacto de las medidas sanitarias”.
Castillo considera que se debieran replantear algunas etapas del Plan Paso a Paso, rediseñar y aplicar esta idea de hacer una burbuja territorial, que es una mirada positiva, generando y cuidando espacios libre del virus, evitando que personas ingresen desde fuera, “de manera que se genere una estrategia para cuidar esos territorios libres del virus con una agresiva estrategia de testeo y trazabilidad y aislamiento para evitar rebrotes. Por esto se requiere una estrategia que avance en términos de disponibilizar los test de antígenos en distintos puntos, incluso la venta directa en farmacias, que la prueba de PCR se realice en un máximo de 72 horas con la entrega y que se fomenten todas las acciones que desarrolla la atención primaria en esta línea”.
Perfeccionar las medidas para reducir la circulación viral me parece interesante y posible de aplicar, algunas de ellas, previo cambio del estado de ánimo de la población respecto de la credibilidad de las medidas sanitarias. “Esto último, acompañado de estrategias comunicacionales efectivas que desarrollen mayor conciencia de riesgo, capaces de explicarle a la gente de manera clara los beneficios que podrían traer cada medida. Si el país, representado por una instancia participativa del más alto nivel, en forma transparente, con buena información y comunicación a la población y con los apoyos financieros necesarios, hace recomendaciones “drásticas y duras, pero con beneficios potenciales claros”, la gente las puede compartir y seguir en forma mayoritaria y podríamos lograr resultados relevantes”, argumenta Sánchez.
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