Jennifer Mella, coordinadora de Forma de Estado: “Que Chile sea un Estado Regional estará solo en el papel mientras no demos poder a través de la autonomía fiscal”
La convencional representante del Frente Amplio afirma que "estamos encomendados a ayudar a construir un nuevo Chile, que parte por empoderar a los territorios, por democratizar el poder a lo largo de todo el país”.
Entre lunes y miércoles, la comisión de Forma de Estado y descentralización aprobó 36 artículos en particular. El primero de ellos establece que Chile será un Estado Regional, plurinacional e intercultural. La coordinadora de la comisión, la convencional Jennifer Mella (Frente Amplio), aseguró que para revisar y votar las 733 indicaciones presentadas, los 25 convencionales que componen la instancia, todos provenientes de regiones que no son la Metropolitana, debieron trabajar hasta por 14 horas diarias.
Además de la carga de trabajo, la comisión tenía una misión especial: la mañana de este jueves debió presentar el informe de las normas para que, a través de él, el martes 15 de febrero la Convención pueda votar en el pleno por primera vez. En esta instancia, a través de una votación por quórum de dos tercios, se definirán las primeras normas incluidas en el proyecto de nueva Constitución. Mella (FA) se siente segura de que serán aprobadas, pues dentro de su comisión cerca del 80% de las iniciativas alcanzaron los dos tercios.
Antes de ser convencional y trabajar en el exCongreso, Mella (FA) vivía en Sotaquí, en la comuna de Ovalle. Según ella, nadie conoce la localidad de donde viene. Acusa que existe un centralismo incluso dentro de las regiones. Por eso, una de sus metas como convencional es “derribar” esa estructura para que “la gente tenga la oportunidad y el derecho de quedarse donde vive”. Para ella, que el informe de la comisión pueda convertirse en el primero en aprobarse en el pleno tiene una gran carga simbólica: “Estamos encomendados a ayudar a construir un nuevo Chile, que parte por empoderar a los territorios, por democratizar el poder a lo largo de todo el país”.
Usted ha dicho que a través del trabajo de la comisión se va a lograr hacer “cambios profundos pero viables”. Quizás la profundidad de los cambios ha levantado cierta asociación con lo que podría ser un Estado Federal. ¿Qué diferencia a la forma de Estado que proponen de uno Federal?
Son radicalmente distintas. Chile siempre ha sido reconocido como un Estado único, indivisible. Y así también nosotras lo transcribimos hoy día en esta propuesta de Estado Regional. La diferencia con el Estado Federal parte desde allí, pero también porque la Constitución que estamos haciendo es de carácter nacional. En un Estado Federal, cada Estado tiene, además de una Constitución nacional, una Constitución propia. Tiene además un sistema de justicia propio, tiene autoridades para juzgar a otro dentro de ese mismo Estado. Eso es lo que nosotros no creemos.
También se plantea instalar una asamblea legislativa en cada región que funcione como Legislativo, pero en paralelo a un Congreso Nacional. ¿Cómo podrían coexistir?
Lo que hemos planteado nosotros es que la Asamblea Regional Legislativa no serían 16 congresos nacionales, sino que van a ser un CORE 2.0, los consejeros regionales que hoy día tienen muy poquitas atribuciones. Nosotras queremos que las asambleas legislativas regionales tengan facultades concurrentes que hagan la bajada de leyes marco, pero también facultades legislativas exclusivas en lo que compete a las regiones. Queremos dar la facultad, por ejemplo, de poder hacer normativas de desarrollo de fomento y producción.
Si bien dentro de la comisión se han alcanzado grandes consensos, también es cierto que todos sus integrantes son de regiones. Esto podría hacer pensar que están más en sintonía que otras comisiones. ¿Confía en que las normas que han aprobado en particular por más de 2/3 sean aprobadas por el pleno también?
Sí, porque de los 154, más del 60% somos de regiones, entonces tenemos una mayoría sustantiva quienes hemos vivido esa inequidad territorial.
En la comisión se hizo evidente la molestia de los convencionales de derecha porque, si bien presentaron cerca de 500 indicaciones, la mayoría se las rechazaron. De hecho, Harry Jurgensen (RN) acusó que había un sesgo político. ¿Hay algo de cierto en eso?
Si bien la derecha cree en un Estado Unitario, también cree que debe ser profundamente descentralizado y avanzar en ello. Yo creo que hay temor en que las autonomías territoriales puedan efectivamente decidir. Creo que el sesgo hoy día no está acá, está en quienes no ven que esto es una demanda ciudadana transversal, que no viene solo desde el 2019, sino que viene desde mucho antes con demandas locales importantes. Hay que recordar Freirina, Aysén, Chiloé.
Desde la mesa directiva se ha enfatizado en que las primeras votaciones en el pleno empezarán el 15 de febrero. Según está en el cronograma, se empezaría a votar el informe que ustedes presenten. ¿Ha existido presión desde la mesa para que esta comisión cumpla con los tiempos?
No hemos sentido presión de la mesa, hemos sentido un apoyo transversal de toda la Convención, en el sentido de querer imitar un poco lo que esta comisión ha logrado, en términos de poder conversar primeramente toda la comisión en el despliegue territorial, pero también llegar a grandes acuerdos para presentar las indicaciones que sean presentadas por 16 de 25 convencionales. Eso habla muy bien del trabajo que se hizo, de darle seriedad, contundencia.
Desde un principio se ha dicho que la comisión de Sistema Político trabajará estrechamente con la de Forma de Estado. ¿Cómo ve usted la discusión que hay entre un Congreso unicameral y uno bicameral? ¿Cree que está en riesgo la representación territorial?
Soy de la postura de un Congreso unicameral, pero vengo aquí a ser persuadida de cuál va a ser el mejor sistema político que se va a implantar. No le temería a la discusión. Venir con la etiqueta primero del concepto bicameral o unicameral ha sesgado demasiado la discusión que se debe dar. Vamos a democratizar el poder sacando una segunda cámara que, hasta ahora, ha sido absolutamente elitista. La otra opción es modificarla sustancialmente.
¿Cómo ve posible un equilibrio dentro de cada una de las regiones entre su poder Ejecutivo y Legislativo? ¿Cómo se evitarían los problemas que actualmente acarrean las relaciones entre poderes, como la persistente burocracia?
Queremos establecer a nivel regional estos debidos contrapesos. No queremos favorecer el caudillismo a través de los gobiernos regionales. Pero podemos visualizar que se podría presentar a través de una autoridad unipersonal una concentración del poder, así como la tiene el Presidente. Por lo tanto, lo que queremos es que este gobierno regional también tenga un contrapeso en el Legislativo, que lo impulse a realizar más acciones, no que lo frene.
En relación al hiperpresidencialismo que usted diagnostica, ¿cómo ve la propuesta de Chile Digno que se aprobó en general sobre presidencialismo atenuado?
Creo que debería atenuarse aún más. El presidencialismo en Chile ha significado entrampar la transferencia de competencias a distintos órganos y concentrar en una figura o en dos. Tiene demasiadas atribuciones e iniciativas exclusivas. Eso es lo que tiene que cambiar radicalmente, tiene que existir la posibilidad de hacer más consultiva las decisiones en términos de que también participen otros órganos del Estado.
En la Constitución actual se menciona que se debería tender a la descentralización, pero existe consenso en que eso no ocurre. ¿Por qué cuesta que se traduzca en hechos concretos?
Porque el papel todo lo aguanta. Se escriben muy buenas intenciones, pero si una no las traduce a través de mecanismos o garantías, no van a ser posibles. Van a ser otros y otras los que van a establecer las legislaciones y las políticas públicas para hacer aplicable y viable esta nueva Constitución. Para eso tiene que basarse en el establecimiento de recursos. Sin recursos en las regiones, en las entidades territoriales, la descentralización sigue siendo sólo un bonito anhelo.
Una cosa es la autonomía legislativa, pero dentro de la propuesta también se habla de la autonomía fiscal. ¿Por qué es relevante asegurarla?
Que Chile sea un Estado Regional con autonomía y facultades legislativas estará solo en el papel mientras no demos poder a través de la autonomía fiscal, en términos de la redistribución del gasto. En la aplicación de lo que uno pudiera establecer a nivel regional o comunal solo se va a descentralizar en cuanto a las contribuciones y tasas. Los impuestos van a seguir centralizados y recaudados a nivel nacional con impuestos internos.
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