Presidenta de la Asociación de Magistrados: "Los jueces tenemos que erradicar ahora los estereotipos y fallar con perspectiva de género"
La ministra de la Corte de Apelaciones de Valdivia apunta a los desafíos de las mujeres en el Poder Judicial y pone énfasis en la deuda pendiente de su institución: "Preocupa la baja representatividad de mujeres en la Corte Suprema, hay un déficit", asegura.
Desde que se creó, en julio de 2018, un protocolo en el Poder Judicial para realizar denuncias de acoso sexual en la institución se han registrado -a la fecha- cuatro casos, según la Secretaría Técnica de Igualdad de Género y No Discriminación de la Corte Suprema. En todos, las denunciantes son mujeres y los denunciados hombres, y en tres de ellos el acusado es su superior jerárquico.
El acoso sexual, la falta de representatividad de mujeres en el máximo tribunal del país y el desafío de que los jueces fallen con perspectiva de género son parte de los objetivos que se ha trazado la presidenta de la Asociación Nacional de Magistrados (ANM), la ministra de la Corte de Apelaciones de Valdivia María Soledad Piñeiro.
¿Cuáles son las barreras con que se encuentra una jueza al interior del Poder Judicial?
Las estadísticas del Poder Judicial son muy clarificadoras: si bien el 60,4% son mujeres las que ocupan los cargos en la categoría más alta de jueces, esa cifra baja considerablemente cuando se trata de ministros de Corte de Apelaciones a un 48%, y cuando se trata de ministros de Corte Suprema, a un 20%. Claramente, las juezas chilenas se ven enfrentadas a la dificultad para ascender y ocupar cargos de poder al interior de nuestra institución.
¿Cuáles cree que son los motivos?
Podemos especular varias razones. El sistema de nombramiento nos da algunas pistas de por qué se eligen más hombres que mujeres. Es extraño que habiendo solo un 40% de hombres en el cargo directamente inferior a la Corte de Apelaciones, un 60% de ellos o poco más son elegidos para los cargos de mayor poder y no así las mujeres.
¿Es el Poder Judicial una institución machista?
El Poder Judicial no se escapa de ser una estructura patriarcal, porque tiene que ver con la cultura de nuestra sociedad. Las juezas estamos seguras de que por méritos deberíamos ser muchas más en esos espacios. Al igual que la sociedad, el Poder Judicial se estructura de una forma patriarcal, donde se entiende que quienes debieran tomar las decisiones y quienes debieran afrontar los cargos más importantes son los hombres.
Sin ir más lejos, nunca la Corte Suprema ha tenido una presidenta, no así el Ejecutivo ni el Legislativo...
Es lo que te decía, inmersos en una sociedad patriarcal, el Poder Judicial no se escapa de estos modelos. Hay un estudio del CEP que sostiene que desde el retorno a la democracia, es decir desde 1990 a la fecha, de 55 nombramientos que corresponden a la Corte Suprema, tan solo 10 han recaído en mujeres. ¿Por qué motivo se elige a más hombres que mujeres en las cúpulas de poder de esta institución? No existe explicación lógica para estos resultados.
Pero ustedes lo han vivido, alguna explicación tendrán...
El tema es que a las mujeres se las asocia mucho con los roles que ha establecido el patriarcado y los estereotipos que están definidos por el machismo. En el Poder Judicial se ha perpetuado la idea de que la mujer tiene un rol doméstico y el hombre uno de tomar decisiones importantes para la sociedad. Entonces, obviamente, a los cargos de poder o de mayor jerarquía, como las cortes de Apelaciones o la Suprema, nos cuesta mucho más llegar, porque quienes eligen van a preferir más a hombres que a mujeres.
¿Pasa en algunas materias en las que pareciera que hay más juezas que jueces?
Exactamente, eso pasa en el área de familia, en esos tribunales se nombra más a mujeres juezas. ¿Por qué? Bueno, porque responde a esa estructura patriarcal: las mujeres asociadas a cuestiones de familia y domésticas y los hombres ¿a dónde? A las cortes y la Suprema, donde se toman las grandes decisiones en la sociedad. Nuestro desafío es cambiar esto, y eso es lo que estamos intentando desde la Asociación Nacional de Magistrados que presido. Ojalá eliminar preguntas tales como "usted es joven, ¿va a tener hijos pronto?". Muchas veces se opta por jueces porque se cree que al ser hombres no van a tener pre y posnatal que genere un nombramiento de un suplente, pero ¿por qué darles esa carga a las mujeres? Si perfectamente quien cuide a los niños, por ejemplo, cuando se enfermen, también puede ser el padre. ¿Por qué no?
El Poder Judicial hizo un protocolo para denunciar casos de acoso sexual. En una estructura tan jerarquizada, imagino que se dan estas situaciones...
El Poder Judicial no es ajeno a esas situaciones. Pero antes de entrar en eso, me gustaría atender a una cifra que no tiene que ver con el Poder Judicial, sino más bien con lo que ocurre en la sociedad y las relaciones jerárquicas o asimétricas entre hombres y mujeres que se reflejan en este dato de la fiscalía: en los delitos sexuales en general, sin distinguir qué tipo, el 85% de las víctimas son mujeres. Eso significa que efectivamente en el área sexual la mayor cantidad de víctimas son mujeres, lo que se replica también en el caso del acoso sexual. En la vida cotidiana, las mujeres hemos sufrido desde nuestra más tierna infancia, de una u otra forma, agresiones sexuales, de mayor o menor intensidad. El piropo desagradable en la calle, el toqueteo en el transporte o lugar público, las miradas libidinosas y, por supuesto, que en el área laboral también se dan estas situaciones. La ministra de la Corte Suprema Andrea Muñoz ha hecho un trabajo muy importante desde la Secretaría de Género y un estudio advirtió que, lamentablemente, el acoso sexual al interior del Poder Judicial existe como pasa en otros lados, e instituciones donde personas han pedido favores sexuales condicionándolos a cuestiones laborales.
¿Se ha generado más confianza para denunciar a jueces por estos hechos?
Para nosotros los resultados del primer estudio que se hizo nos sorprendió. Uno conversaba con los colegas y creíamos que era un problema minoritario dentro del Poder Judicial y, lamentablemente, el resultado no ha sido ese. La situación de acoso en el Poder Judicial es más habitual de lo que creíamos. Siento que el impacto del estudio fue que ciertas conductas antes normalizadas en tribunales pararan.
¿Como cuáles?
Los piropos, por ejemplo. Son conductas impropias que hay que visibilizar; antes uno no se lo cuestionaba, pero ahora hay espacio para decir 'perdona, pero no corresponde'. Y los colegas han tomado conciencia de eso, vamos avanzando y podemos mejorar aún más ese protocolo.
¿Qué pasa con los casos judiciales vinculados a violencia de género... Qué rol les atañe a los jueces hoy al administrar justicia cuando la víctima es una mujer?
En la asociación tenemos una Comisión de Género y Derechos Humanos y constantemente estamos estudiando materias y como jueces debemos asumirlas. En ese sentido, hemos llevado adelante capacitación para educar a magistrados en seminarios y charlas y poder abordar la perspectiva de género. Esto es importantísimo, los jueces tenemos que erradicar los estereotipos y dictar sentencias con perspectiva de género. Esto es una herramienta de trabajo para poder entender el derecho desde una visión de derechos humanos y de aplicación de las convenciones a las que Chile está obligado a cumplir sobre derechos específicamente con la mujer, su género y su relación dentro de la sociedad, que como ya hemos conversado es asimétrica.
Algunos podrían cuestionar un trato parcial, la afectación del derecho de defensa al ser el juez quien dé esta perspectiva a los casos...
Es que es una aplicación desde la perspectiva de derechos humanos, no tiene que ver con una visión en donde se pierda la imparcialidad y se adopte una postura a favor de la mujer. Dentro de este marco de trabajo hay que visibilizar en materias penales como los delitos sexuales, de familia, violencia intrafamiliar, en materia laboral como el acoso sexual y laboral. Lo que hay que estandarizar es establecer que en todas las personas involucradas existe una relación asimétrica de poder y es ahí donde la mujer está en la ubicación más desmejorada. Desde ahí se elaboran estándares y reglas donde la visión de los hechos tiene que tener una mirada distinta, una mirada especial en relación a la protección de los derechos humanos de la mujer.
¿Como tener tribunales especiales, como ha ocurrido con los menores de edad?
Tener tribunales especiales sería lo óptimo, pero la capacitación por ahora es primordial. No solo a los jueces, también a las policías, a Gendarmería, todos están involucrados en estas causas y deben tener una capacitación especial desde una perspectiva de género.
El evitar prejuicios al momento de resolver, por ejemplo, esos fallos en que no les creen a las mujeres...
Claro, evitar caer en los estereotipos en mencionar cosas como 'la mujer se puso en riesgo al vestir de tal o cual forma'. Eso no se puede aceptar más en las sentencias. Hay que pensar que cualquier mujer puede ser víctima de una agresión sexual, incluso una trabajadora sexual, entonces cuidar el uso de esos estereotipos al momento de decidir o decir que 'la mujer se arriesgó' son cosas que hay que erradicar y en eso estamos trabajando.
Hay mujeres que se han destacado históricamente en el Poder Judicial. Es el caso de la ministra Gloria Ana Chevesich, quien debió enfrentar un escándalo de corrupción en el MOP-Gate, y hoy vemos a la ministra Romy Rutherford con un caso de corrupción en el Ejército. ¿Cree que ellas son medidas con la misma vara que sus pares hombres?...
Sin lugar a dudas, ambas juezas y muchas otras han tenido una labor muy destacada en su rol como investigadoras, como magistradas, pero estamos en deuda con ellas. Aún no tenemos una presidenta de la Corte Suprema a la cabeza del Poder Judicial. ¿Sabe cuándo llegó la primera mujer a la Corte Suprema? Llegó el 2001, o sea en el siglo XXI recién una mujer pudo llegar al máximo tribunal del país. Hay un déficit de género en el Poder Judicial y por supuesto nosotras estamos tratando de que se supere y se corrija lo antes posible. Necesitamos más mujeres en las cortes de Apelaciones y en la Suprema para lograr el anhelo de que el Poder Judicial sea dirigido por una mujer. Preocupa la baja representatividad de la mujer en el máximo tribunal. Hay que corregir la transparencia de los sistemas de nombramientos para que quienes intervienen expliquen de cara a la ciudadanía por qué no hay más mujeres en estos cargos.
¿Cómo cree que evalúan algunos supremos la irrupción del feminismo en el Poder Judicial?
Hay algunos que lo aceptan y me imagino, no tengo antecedentes, que otros lo resistirán más y deben ver con preocupación estas situaciones que se están viviendo y los espacios de poder que estamos disputando, pero bueno, espero que no sea dramático y que junto a la sociedad el Poder Judicial también cambie.
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