Missing
La dupla de artistas multidisciplinarios Trinidad Piriz y Daniel Marabolí se obsesionaron con el caso de un joven holandés perdido durante la dictadura.
Trinidad Piriz y Daniel Marabolí en la obra Fin son Trinidad y Daniel. La dupla de artistas multidisciplinarios vuelve a trabajar sobre experiencias propias, con ellos como relatores, y lo hacen con el mismo sello desarrollado en Helen Brown, su anterior montaje: con el foco puesto en el universo sonoro. Esta vez los artistas contaron con la colaboración de la escritora Mónica Drouilly en la dramaturgia. Y la experiencia autobiográfica se cruzó con un caso real ocurrido en dictadura. Se trata de la desaparición del joven holandés Maarten Visser, que en 1985 vino mochileando a Latinoamérica y fue visto por última vez en las cercanías del volcán Osorno. Los padres del muchacho vuelven cada año a Chile desde entonces y, aunque la causa judicial ha sido abierta y sobreseída cinco veces, nunca han tenido una respuesta favorable. "No vengan, porque su hijo murió", les dijo alguna vez el cónsul de Holanda en nuestro país. "Hagan cuenta que murió", reafirmó el juez a cargo. Pero ellos insisten y están dispuestos a llegar hasta el final. Piriz y Marabolí se obsesionaron con el caso y se convirtieron ellos mismos en una suerte de investigadores privados. Se asesoraron con un detective y una abogada, dialogaron con los padres de Visser, tuvieron acceso al expediente, revisaron archivos periodísticos y judiciales, viajaron a la zona a entrevistarse con los implicados, se dieron cuenta de que las pistas podían llevar hasta la CNI y Colonia Dignidad, se reunieron con el juez, llegaron a conclusiones tajantes y arriesgadas, se metieron en las patas de los caballos. Y el resultado fue esta obra, que toma todo este material y lo aborda de manera performática, como una instalación en vivo, con proyecciones en pantalla, voces grabadas, reproducciones de sonido al modo de un radioteatro, discursos frente al micrófono, reconstrucciones de escenas y otras variantes. De esta forma, lo teatral y lo sonoro estarán todo el tiempo cruzándose, tal como se cruzan la realidad y la creación, el juego y la tragedia. Fin es un montaje originalísimo, que instala a sus creadores en la primera línea de las artes escénicas contemporáneas.
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