La salud de los niños es uno de los aspectos que genera más preocupación en los padres, por lo que es natural que estos tengan el impulso de llevarlos a urgencias cuando enfrentan algún tipo de malestar.

Sin embargo, no todas las complicaciones pueden ser calificadas como una emergencia en este ámbito.

El pediatra español y Premio Nacional de Medicina del país europeo, David Andina, publicó recientemente un hilo de X (ex Twitter) en el que enumeró 10 situaciones frecuentes en las que sí es necesario acudir a los servicios de urgencias, a pesar de que entre esas ocasiones hay casos en los que los adultos responsables “no lo identifican así”.

Estos fueron los escenarios que mencionó.

El especialista aseguró que cuando la temperatura axilar o rectal es igual o superior a 38º C, es importante acudir, debido a que “la posibilidad de una infección bacteriana grave en esta franja de edad es mayor y es necesario realizar analítica de sangre y orina”.

Bajo esta línea, añadió que “si el bebé tiene menos de 21 días, la urgencia es aún mayor”.

Andina subrayó que si se toma la temperatura de un niño con un termómetro axilar y la cifra está por encima de la mencionada, aumenta el riesgo de que haya una infección bacteriana.

“Suele ser necesario realizar una analítica de sangre si no hay un foco tras la exploración”, agregó.

Algunas señales de que está enfrentando un episodio de este tipo son que “se le marcan las costillas, respira muy rápido, presenta respiración abdominal y se escuchan ‘pitidos’ al respirar o hace un ‘ruido’” al tomar aire, detalló el médico en su hilo.

Este diagnóstico hace referencia a una infección de la apófisis mastoides o hueso mastoideo del cráneo, el cual está ubicado justo detrás del oído, según informa MedlinePlus.

Es por ello que el pediatra recalcó que “la aparición de inflamación y rojez detrás de la oreja junto con la sensación de despegamiento del pabellón auricular es una complicación de las otitis medias que suele exigir ingreso para tratamiento antibiótico intravenoso”.

El experto aseguró que “la cojera tras procesos infecciosos banales es frecuente en niños pequeños y se trata con reposo e ibuprofeno (sinovitis)”.

No obstante, cuando dicho síntoma se presenta con fiebre, sugirió que es necesaria “una analítica de sangre para descartar una infección osteoarticular que precise antibiótico iv”.

“Aunque el estado general puede ser bueno inicialmente y mostrar avidez por las tomas, cuando los vómitos persisten hay que descartar una estenosis hipertrófica de píloro con una ecografía”, afirmó Andina.

La Clínica Mayo define la invaginación como una afección grave en la que parte del intestino se introduce en otra parte adyacente de este, lo que puede bloquear el paso de alimentos o líquidos y, en ciertos casos, interrumpir el suministro sanguíneo a la parte de este órgano que se ve afectada.

David Andina precisó que se debe ir a urgencias cuando un niño tiene entre 6 y 24 meses y presenta dolor abdominal cólico intermitente, lo que puede traducirse en que “llora con fuerza, sin consuelo y encoge las piernas”.

“Cada vez las crisis de dolor son más fuertes y duraderas, y entre ellas el niño se encuentra decaído y pálido”.

En tales casos, dijo que se requiere de una ecografía cuanto antes.

Si un niño tiene fiebre y manchas rojas en la piel que no desaparecen al presionar, también se debe acudir a urgencias, ya que tales síntomas “pueden ser indicativos de una infección bacteriana grave”, escenario que requerirá de una analítica de sangre.

Es esencial ir a urgencias cuando el niño presenta “decaimiento, pérdida de peso progresiva, come mucho (polifagia), bebe mucho más líquido de lo normal (polidipsia), orina mucho (poliuria), también por la noche (nicturia) o en la cama (enuresis)”.

En situaciones como la descrita, Andina aseguró que “es necesaria una glucemia”.

Por último, mencionó que otra situación en la que sí se debe ir a urgencias es cuando el niño presenta dolor testicular.

Dicho factor, en palabras del pediatra, “es siempre una urgencia”, debido a “la posibilidad de una torsión testicular que precise tratamiento quirúrgico”.

“Estos cuadros suelen cursar con dolor intenso y repentino, mal estado general, náuseas y vómitos”, explicó David Andina, para luego sentenciar que tiende a ser “más frecuente en adolescentes”.

Revisa su hilo de X, el cual incluye imágenes de ejemplo en algunos casos, a continuación.