Independientemente de la edad, aspectos como la memoria y la capacidad de concentración son esenciales para múltiples actividades a lo largo de la rutina.
De hecho, tales puntos están directamente relacionados con la salud de nuestro cerebro, mientras que acciones como la alimentación pueden incidir en cómo se desarrollan.
Así lo aseguró la psiquiatra nutricional y profesora de la Facultad de Medicina de Harvard, Uma Naidoo, quien también es autora del libro This Is Your Brain on Food (Little, Brown Spark, 2020).
En una columna que escribió para CNBC, la doctora explicó que su trabajo consiste en estudiar “cómo nuestras bacterias intestinales pueden desencadenar procesos metabólicos e inflamación cerebral”.
“Los estudios existentes apuntan a la idea de que podemos reducir la posibilidad de demencia evitando los alimentos que pueden comprometer nuestras bacterias intestinales y debilitar nuestra memoria y concentración”, agregó.
Bajo esa premisa, enumeró una serie de alimentos que recomienda evitar o reducir para combatir la inflamación y tener una mejor salud cerebral.
1. Azúcares añadidos
La especialista aseguró que aunque el cerebro utiliza glucosa para incentivar las actividades celulares, una dieta rica en azúcares puede desencadenar un exceso de glucosa en el cerebro.
Según detalló, hay investigaciones científicas que relacionan aquello con alteraciones en la memoria.
En este sentido, la Asociación Americana del Corazón recomienda que las mujeres no consuman más de 25 gramos de azúcares añadidos al día, mientras que los hombres no deben superar los 36.
2. Frituras
Aquí entran desde las típicas papas fritas que vienen en bolsas hasta otras preparaciones como el pollo frito.
“Estos placeres culpables provocan inflamación, que puede dañar los vasos sanguíneos que suministran sangre al cerebro”, afirmó Naidoo.
En este sentido, dijo que si comes alimentos fritos varias veces a la semana, puedes partir reduciendo el consumo a solo una vez en ese periodo.
Asimismo, si lo haces semanalmente, puedes probar limitando la ingesta a una vez al mes.
3. Hidratos de carbono de alta carga glucémica
La psiquiatra nutricional de Harvard explicó que el pan, las pastas y otros alimentos elaborados con harina refinada son ricos en carbohidratos.
Sin embargo, aunque no tengan sabor dulce, “el organismo los procesa de forma muy parecida a como lo hace con el azúcar”.
Esto, según afirmó, podría aumentar el riesgo de padecer depresión.
“No te asustes, no voy a sugerirte que elimines por completo los carbohidratos de tu dieta. Pero la calidad de los carbohidratos que comes importa”, anticipó.
Una investigación publicada en 2018 y que contó con una muestra de más de 15.500 personas concluyó que “quienes comían carbohidratos de mejor calidad tenían un 30% menos de probabilidades de desarrollar depresión que las que comían carbohidratos de IG (índice glucémico) alto”.
Naidoo detalló que entre estos últimos se encuentran algunos como las papas, el pan blanco y el arroz blanco.
Por otro lado, los panes integrales, la miel y el zumo de naranja son de IG medio.
Entre los que son de bajo se encuentran “las verduras verdes, la mayoría de las frutas, las zanahorias crudas, las alubias, los garbanzos y las lentejas”.
4. Nitratos
La experta aseguró que usualmente son utilizados para conservar y realzar el color en ciertos embutidos.
En caso de que seas un consumidor habitual de alimentos como las salchichas, dijo que se pueden buscar las que contengan como relleno harina de trigo sarraceno o harina de alforfón, para así contrarrestar los efectos nocivos para la salud.
Cabe destacar que siempre es recomendable acudir a un especialista para evaluar tu caso particular y los alimentos que mejor se ajustan a tu situación.