El ayuno es una de las modalidades que más se comenta en las conversaciones sobre alimentación. En gran parte, debido a que distintos famosos han asegurado recurrir a esta técnica para cuidar de su salud.
Sin embargo, al igual que con otros métodos, existen una serie de aspectos que se deben tener en cuenta antes de considerar practicarlo.
Frente a esto último, un equipo de especialistas de IMDEA publicó un artículo académico en The Conversation, en el que descifraron punto por punto cómo se puede aplicar y cuáles son sus potenciales beneficios.
Según definieron, “en términos generales, el ayuno consiste en abstenerse total o parcialmente de comer o beber durante un periodo de tiempo determinado, aunque se pueden incluir bebidas no calóricas durante el tiempo en el que se lleva a cabo”.
El grupo estuvo conformado por Lidia Daimiel Ruiz, José Antonio Celada Guerrero y Yolanda Jiménez Pérez.
1. Cómo se puede practicar el ayuno
Los nutricionistas dijeron que hay distintas formas de ayunar, por lo que se puede hacer por periodos prolongados (por ejemplo, de tres días) o de manera intermitente (día por medio).
En este sentido, dijeron que un método sencillo es la “ingesta restringida en el tiempo”, es decir, reducir el número de horas en las que se come todos los días.
“Por ejemplo, podemos realizar todas nuestras ingestas diarias en un periodo de 10 horas y ayunar las restantes 14. O, si somos más estrictos, comeremos durante 8 horas y nos abstendremos de probar un bocado durante las 16 restantes”, explicaron.
2. Qué le pasa al organismo
Cuando se ayuna, las células dejan de obtener su principal fuente de energía, es decir, los nutrientes y azúcares.
Aquello desemboca en que tengan que adaptarse, por lo que el metabolismo busca otras maneras de obtener la energía que necesita.
“Mientras las células reducen su actividad (se ponen al ralentí), el hígado adapta el metabolismo y fabrica unos compuestos químicos llamados cuerpos cetónicos como fuente alternativa de energía. Finalmente, el tejido graso libera las reservas de grasa almacenadas”, aseguraron.
3. Los efectos en la salud
Pese a que depende de cada caso, los nutricionistas de IMDEA dijeron que con el ayuno el cerebro puede mejorar “su capacidad de responder al estrés y se reduce su inflamación”.
A esto se le suma que puede bajar la presión arterial, aumentar el control de la glucosa en la sangre, reducir la inflamación intestinal, mejorar el estado de la microbiota intestinal y la respuesta del corazón.
“El ayuno puede ayudar a mejorar la calidad del envejecimiento, como estamos estudiando en nuestro grupo de investigación, pero también parece generar una mayor sensación de hambre”.
A pesar de que el ayuno puede favorecer a adelgazar, es importante destacar que también puede contribuir a perder masa muscular.
4. La comparación con las dietas tradicionales
Si tu objetivo es bajar de peso, seguramente te estás preguntando si es mejor adoptar una dieta tradicional o el ayuno.
Ante dicha pregunta, los expertos dijeron que depende de cada caso en particular, por lo que no existe una respuesta universal que aplique de la misma forma para todos.
“A unos nos puede resultar más fácil comer todos los días reduciendo la cantidad, y a otros les costará menos trabajo ayunar. Tampoco hay pruebas científicas de que el ayuno aporte mayores beneficios que las dietas al uso”.
5. No todos los casos son iguales
Aunque ayunar puede parecer una opción atractiva, los nutricionistas recalcaron que lo mejor es consultar con un especialista para evaluar tu situación y las mejores formas de abordarla.
Esto, debido a que no todos los casos son iguales y hay algunos en los que se podrían presentar riesgos, tales como episodios de hipoglucemia.
“Por eso es necesario monitorizar el estado de salud durante el tiempo en el que se lleve a cabo, especialmente si sufre diabetes. Si tiene algún otro problema de salud, es importante consultar con un médico antes de iniciar (...) si haces deporte regularmente, el protocolo debe estar coordinado con dicha práctica”, sentenciaron.