Preocuparse por mantener un buen estado físico es un componente clave para la salud.
Y, para ello, es necesario preocuparse de aristas como la alimentación, el sueño, el control del estrés y la realización de actividad física.
En este sentido, especialistas del OBE Centro compartieron a Clarín una serie de recomendaciones para activar una hormona llamada leptina, la cual puede puede influir considerablemente en la estabilidad del peso.
De hecho, es por esto que usualmente es analizada en los tratamientos contra la obesidad.
La leptina cumple con un papel regulador del metabolismo y controla la energía que consumimos y gastamos, explicaron los expertos al citado medio.
Un artículo de la Clínica Mayo en base a ensayos clínicos detalla que “se libera en el tejido adiposo (grasa corporal) y ayuda al cuerpo a mantener su peso normal a largo plazo”.
“Lo hace regulando el hambre y proporcionando la sensación de saciedad”.
Según explicaron los médicos de OBE Centro, mide el estado nutricional del organismo y avisa al cerebro si se necesita más o menos energía.
Luego, transmite la orden a los órganos y el resultado es el apetito o la falta de este.
A pesar de que tener más grasa y un mayor peso corporal se asocia con una mayor circulación de leptina, el cuerpo de las personas con obesidad tiende a resistirse a sus funciones, agregaron al citado medio.
No obstante, compartieron una serie de sugerencias que pueden ayudar a activarla.
Cabe recordar que siempre es recomendable acudir a un profesional de la salud para evaluar tu caso particular y las mejores maneras de abordarlo.
Cómo activar la hormona que ayuda a adelgazar
- Evitar las dietas restrictivas y los ayunos. Afirmaron que esto se debe a que la leptina requiere nutrientes para circular. Además, si las calorías que se consumen disminuyen drásticamente, es más difícil que esta pueda activarse.
- Hacer ejercicio. Tener el hábito de hacer ejercicio a lo largo de la semana no solo ayuda a quemar frases y calorías, sino que también estimula a la leptina.
- Controlar el estrés. El cortisol que genera puede desencadenar que se deseen alimentos más calóricos, lo que a su vez puede reducir la producción de leptina.
- Evitar el alcohol. Este elemento cuenta con calorías vacías que estimulan el deseo de comer y la acumulación de grasa en el cuerpo. Su consumo puede desbalancear el equilibrio entre la leptina y la grelina.
- Dormir lo necesario. No mantener las horas suficientes de sueño produce estrés, lo que a su vez puede contribuir a que se quiera comer más. Problemas como el insomnio pueden bajar la circulación de leptina.