El síndrome de Asperger es un trastorno del desarrollo que se enmarca en el espectro autista (TEA) y que afecta a la manera en que el cerebro procesa la información.
Por lo tanto, los niños que lo presentan tienden a percibir y responder de forma distinta a los estímulos.
Pese a que no se sabe específicamente cuál es su causa, se ha afirmado que está relacionado con factores genéticos.
Sin embargo, existen múltiples creencias equivocadas y prejuicios sobre cómo es tener este diagnóstico.
Usualmente, en espacios como series o películas, se les tiende a caricaturizar como personas obsesivas, que no entienden la ironía, que tienen poca empatía y que son mucho más inteligentes que la media, por nombrar algunos estereotipos a modo de ejemplo.
A pesar de que algunos de esos personajes ficticios pueden parecer atractivos para las audiencias, esas creencias suelen ser más cercanas a los prejuicios que a la realidad.
Por este motivo, distintos especialistas, familares y niños a los que se le ha diagnosticado compartieron a El País una lista de mitos que consideran necesarios de derribar.
“Su forma de estar en el mundo no es mejor ni peor, sino diferente, y el día que la sociedad lo entienda, nos irá mucho mejor a todos”, manifestó Virginia A., madre de un adolescente con esta condición.
1. Es un mito que “es lo mismo que el autismo”
El director técnico de la Fundación AUCAVI, Luis Pérez de la Maza, explicó que el síndrome de Asperger está incluido dentro de los TEA, pero que ambos conceptos no son sinónimos.
“Aunque formalmente ya no existe como categoría diagnóstica, con la incorporación de la herramienta de clasificación DSM 5 TR (recurso más completo para el diagnóstico y la clasificación de los trastornos mentales), la población con Asperger recibiría la etiqueta TEA Nivel 1 (criterio de severidad leve dentro los TEA)”, afirmó.
En otras palabras, “todos los Asperger son autistas, pero no todos los autistas son Asperger”, sintetizó Sebastián B, un joven de 13 años que recibió dicho diagnóstico en 2018.
2. Es un mito que “solo lo presenta el género masculino”
A pesar de que se diagnostica más frecuentemente en niños, también puede darse en el género femenino.
3. Es un mito que “carecen de empatía”
Los menores con esta condición tienden a expresarse de forma diferente, lo que no quiere decir que no empaticen con otras personas, seres vivos o situaciones.
Virginia A. relató, a modo de ejemplo, que “un día en verano estando de vacaciones con sus abuelos y su bisabuela, que estaba en una fase avanzada de Alzheimer, lo encontré llorando desconsoladamente”.
“Cuando le preguntamos qué le ocurría, nos dijo que no podía soportar ver a la mujer buscar por todas partes a su marido, fallecido unos años antes. No era capaz de manejar ese desconsuelo”, contó.
4. Es un mito que “son más inteligentes que el resto”
La neuropsicóloga infantil y coordinadora de Terapias de la asociación Qualis Vitae, Isabel del Castillo, dijo al citado medio que se estima que solo un 10% de los menores con este diagnóstico posee un cociente intelectual más alto que el promedio.
5. Es un mito que “no entienden la ironía”
El hermano de Sebastián B., Oliver, de 11 años, aseguró que aquello no se da en todos los casos y dio el ejemplo de su hogar.
“A lo mejor es porque somos medio ingleses (el padre es de origen británico), pero en casa estamos todo el día bromeando, forma parte de nuestra manera de comunicarnos”.
6. Es un mito que “su origen es la falta de cariño en la infancia temprana”
Pérez de la Maza dijo que “obviamente, como cualquier crianza, la de los niños y niñas con Asperger también está condicionada por el contexto, y está claro que, ante unas condiciones ambientales optimizadas, el crecimiento es más adecuado”.
Sin embargo, subrayó que eso también se da “en el caso de los niños neurotípicos”, es decir, aquellos a los que no se les ha diagnosticado un trastorno de este tipo.
7. Es un mito que “no les gusta que los toquen” o “se les acerquen”
Virginia A. declaró que “cada persona es diferente”, por lo que estas afirmaciones pueden variar dependiendo de cada individuo.
Según el especialista de la Fundación AUCAVI, “una prueba de ello es que cuando llegan a la edad adulta, muchas personas con este síndrome mantienen relaciones de pareja bastante normalizadas”.
8. Es un mito que “tienen baja tolerancia a los cambios”
Esto también puede variar dependiendo de cada caso.
Una persona que dio un ejemplo para derribar este mito es Amelie L., una joven británica de 20 años que es hermana de un niño con Asperger.
Aseguró que “en casa somos muy caóticos y podría decir que mi hermano es, de todos, el que menos se atiene a los horarios y las rutinas”.
9. Es un mito que “son antisociales”
La neuropsicóloga afirmó que a los menores con este diagnóstico les gusta compartir con otros y que incluso muchas veces son ellos los que buscan tomar la iniciativa para interactuar.
No obstante, Pérez de la Maza precisó “en muchas ocasiones pueden encontrar esos encuentros desafiantes, pero eso no significa que no los deseen”.