Este viernes iniciará un nuevo juicio en contra del recluso alemán Christian Brueckner, a quien se le acusa de una serie de delitos sexuales.
La instancia será realizada en un tribunal de Brunswick, en el norte de Alemania.
Brueckner es conocido por ser el principal sospechoso de la desaparición de Madeleine McCann, la niña británica de la que se perdió rastro el 3 de mayo de 2007.
En ese momento, ella estaba de vacaciones con su familia en Praia da Luz, Portugal.
Pese a que han transcurrido casi 17 años desde aquel acontecimiento, todavía no se sabe qué le pasó a la pequeña de entonces tres años de edad.
Asimismo, aún no se han condenado a responsables por su caso.
El juicio contra Christian Brueckner
Sin embargo, los peritajes con Brueckner en la mira han permitido que se conozcan otros delitos que habría cometido.
Así lo aseguró un portavoz de la Fiscalía de Brunswick, Christian Wolters, en conversación con la agencia AFP.
“Sin la investigación del caso Maddie, estos presuntos crímenes no habrían salido a la luz”, declaró el vocero del organismo.
Las víctimas que habrían sido atacadas por Brueckner tenían entre 10 y 70 años en el momento en que, según acusan, fueron agredidas por él.
De momento, el alemán se encuentra cumpliendo una pena de siete años de cárcel por un abuso sexual que cometió en 2005.
En esa instancia, la víctima fue una estadounidense de entonces 72 años, mientras que los hechos ocurrieron en Praia da Luz, según rescató Infobae.
Se estima que este nuevo juicio en contra de Brueckner podría durar meses.
El abogado defensor del alemán, Friedrich Fülscher, anticipó a AFP que su cliente guardará silencio en el tribunal.
Sin embargo, afirmó que Brueckener no tiene “nada que esconder”.
“Garantizar un proceso justo será la mayor dificultad: los prejuicios de los medios sobre el acusado no tienen precedente”, agregó Fülscher.
Por su parte, Wolters manifestó que la fiscalía tiene múltiples pruebas para inculparlo.
Entre ellas se encuentran desde declaraciones de testigos hasta cuadernos que fueron encontrados en su residencia.
Las hojas de estos últimos elementos, en palabras de Wolters, sugieren una idea de los “fantasmas sexuales” de Brueckner.
