Es común que a medida que se acerca diciembre se tiendan a acumular una serie de actividades sociales, laborales o académicas, las cuales exigen una constante preparación para recibir el nuevo ciclo con los temas pendientes en orden.

Según explicó a Infobae la psicóloga Verónica Rial, quien se desempeña como miembro del Departamento de Terapia Cognitiva de la Fundación INECO, estas situaciones tienden a provocar estrés en las personas, hasta el punto en que se podría generar una sensación de pérdida de control sobre la rutina.

“Muchas veces nos sobrecargamos con tareas por organizar unas fiestas perfectas o pretendemos resolver todo antes del 31 de diciembre (...) y no nos damos el espacio para aceptar nuestras emociones, porque nos manejamos con mandatos sociales encontrados”, manifestó la especialista, para luego añadir que los eventuales excesos en este ámbito podrían desencadenar “el abandono de hábitos saludables”.

Una escenario transversal

Rial detalló al citado medio que existen cuatro maneras en las que el estrés se expresa en las personas.

La primera de ellas es a nivel somático y hace referencia a síntomas como dolores en el cuerpo, tensión muscular, problemas digestivos, hipertensión y contracturas, entre otras molestias, mientras que la segunda alude al ámbito emocional y se manifiesta a través de señales como cambios en el estado de ánimo, insatisfacción y trastornos de ansiedad.

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Asimismo, en el ámbito cognitivo puede presentarse una disminución en habilidades como la memoria y la atención, además de bloqueos mentales, mientras que en el aspecto conductual los afectados podrían tomar distancia de las personas con las que se relacionan o tender a caer en excesos.

Frente a este escenario, la especialista entregó una serie de consejos a Infobae para combatir el estrés de fin de año, los cuales podrían ser de gran ayuda si además se acompañan con una terapia psicológica.

Los consejos de una especialista

Uno de los puntos más relevantes a considerar en los últimos meses del año, es que la llegada de un nuevo ciclo no se traduce en modificaciones extremas a la rutina, sino que más bien, se reduce a un cambio de calendario que te traerá más oportunidades para seguir realizando las tareas que dejaste pendientes, así como también de planificar otras nuevas.

Foto: Pixabay.

En este sentido, la especialista destacó la importancia de preocuparse por mantener hábitos saludables de ejercicio físico y alimentación, además de organizar los tiempos para tener espacios dedicados a actividades de relajación personal, tales como salir a caminar, tocar un instrumento musical, ver series o salir a una junta con seres queridos, entre muchas otras opciones como hacer yoga o meditar.

Asimismo, es clave administrar los desafíos con plazos realistas y priorizando los más urgentes, para que así no se cree la sensación de tener que resolverlos todos en tiempos y espacios acotados.

A ello se le suma la necesidad de buscar apoyo, expresar las emociones y no autoexigirse hasta el punto en que se generen malestares físicos o psicológicos. Junto con ello, también está la relevancia de decir que “no” cuando se sienta incomodidad o sobrecarga frente a una actividad.

Foto: Harvard Health Publishing.

Cabe destacar que siempre es recomendable acudir a un psicólogo profesional para evaluar cada caso en función de las experiencias y situaciones de cada persona.

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