A mediados de septiembre, la NASA alertó que un gran asteroide nombrado 2024 ON pasaría cerca de la Tierra.
Según informaron en un comunicado el 17 de dicho mes, la roca espacial pasó a un millón de kilómetros de nuestro planeta, lo que es alrededor de 2,6 veces la distancia que hay entre la Tierra y la Luna.
Las imágenes de radar obtenidas por el organismo determinaron que el asteroide mide aproximadamente unos 350 metros de largo y tiene una forma similar a la de un cacahuate.
“Al igual que el asteroide 2024 JV33 que se acercó a la Tierra un mes antes, es probable que 2024 ON sea un sistema binario de contacto, con dos lóbulos redondeados separados por un cuello pronunciado, un lóbulo aproximadamente un 50% más grande que el otro”, afirmaron desde la agencia estadounidense.
A pesar de que el asteroide está clasificado como “potencialmente peligroso”, desde la NASA recalcaron que “no representa un peligro para nuestro planeta en el futuro previsible”.
Enfatizaron que las mediciones del Radar del Sistema Solar de Goldstone “han permitido a los científicos reducir en gran medida las incertidumbres sobre la distancia del asteroide con la Tierra y sobre su movimiento futuro durante muchas décadas”.
Según datos rescatados por Infobae, el 2024 ON viaja a una velocidad de 31.666 kilómetros por hora, lo que equivale aproximadamente a 25 veces la velocidad del sonido.
El asteroide ha sido clasificado como un Objeto Cercano a la Tierra (NEO, por sus siglas en inglés).
Desde el Laboratorio de Propulsión a Reacción (JPL, por sus siglas en inglés) de la NASA explican que los NEO son “cometas y asteroides que han sido empujados por la atracción gravitatoria de planetas cercanos hacia órbitas que les permiten entrar en el vecindario de la Tierra”.
De la misma manera, según rescató el citado medio, la agencia espacial considera “potencialmente peligroso” a cualquier objeto mayor a 150 metros que se acerque a menos de 7,5 millones de kilómetros de la órbita terrestre.
Sin embargo, aquello no implica que necesariamente sea una amenaza inminente.
La última vez que el asteroide 2024 ON pasó cerca de la Tierra fue en 2013, según informaciones reunidas por The Independent.
Y se presume que se acercará nuevamente al planeta en 2035.
La embajadora del Sistema Solar de la NASA, Brenda Culbertson, enfatizó en un informe al que tuvo acceso Infobae que los asteroides de este tipo son monitoreados constantemente para detectar posibles desviaciones en su trayectoria que puedan aumentar el riesgo de impacto en la Tierra.
En sus palabras, “estos cuerpos celestes son objetos naturales que nos ayudan a entender mejor nuestro entorno cósmico”.
El Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS, por sus siglas en inglés) se encarga de estudiar estos elementos para evaluar los posibles riesgos que puedan significar.
Para ello, utilizan datos recopilados por observatorios de todo el mundo y especialistas, además de informaciones obtenidas por misiones y radares planetarios como el de Goldstone.
La NASA ha asegurado en base a sus análisis actuales que se presume que, en el marco de los próximos 100 años, no habrá una amenaza significativa por impacto de grandes asteroides en la Tierra.
No obstante, la agencia ha recalcado en la importancia de estudiar estos fenómenos y evaluar posibles respuestas para múltiples escenarios hipotéticos.
Qué dijo Elon Musk sobre el asteroide que se aproximó a la Tierra
El magnate de la tecnología y propietario de firmas como SpaceX, Elon Musk, se refirió al asteroide 2024 ON en su cuenta personal de X (ex Twitter), red social de la que también es dueño.
“Un día de estos, un gran cometa chocará contra la Tierra y destruirá casi toda la vida, como ha sucedido muchas veces en el pasado”, escribió el 17 de septiembre de 2024, en respuesta a un post de otro usuario en el que se hacía referencia al asteroide.
Y continuó: “Al final, el sol se expandirá lo suficiente como para hervir los océanos y destruir toda la vida”.
“O nos convertimos en una civilización espacial o morimos: esas son las dos opciones”, sentenció Musk.
Los comentarios del multimillonario se condicen con los objetivos de SpaceX, su empresa dedicada al ámbito espacial.
Su cohete Starship busca llevar astronautas a la Luna, para luego apostar por Marte.
Se trata de un vehículo que está construido con acero inoxidable y que reúne un propulsor de primera etapa llamado Super Heavy y una nave espacial de etapa superior de 50 metros de altura, la cual también es conocida como Starship.
Ambas partes apiladas miden 122 metros de altura, aproximadamente.
En una publicación de X que hizo a inicios de septiembre, Musk entregó sus estimaciones de cuándo cree que se harán los primeros viajes tripulados al Planeta Rojo.
Según el magnate, cuando se concrete ese hito “la tasa de vuelo crecerá exponencialmente, con el objetivo de construir una ciudad autosuficiente en unos 20 años”.
Desde su visión, que el ser humano pueda habitar lugares fuera de la Tierra es crucial.
Y no es el único que ha pensado en esa posibilidad. Incluso, hay especialistas que ya han planteado —con la mira en el largo plazo— cómo se debería gestionar una eventual civilización en otros lugares del espacio.
En este sentido, el astrobiólogo Jacob Haqq-Misra del Blue Marble Space Institute of Science (BMSIS, por sus siglas en inglés) es conocido porque plantea que, de concretarse en Marte, este planeta debería tener un sistema “autónomo” e independiente al de la Tierra.
El especialista, quien también es autor del libro Sovereign Mars: Transforming Our Values through Space Settlement (University Press of Kansas, 2022), presentó en junio de 2024 un artículo en el que propuso “un modelo de libertad económica” para el Planeta Rojo.
Aquel escrito fue publicado en Space Policy y ahí anticipa que “las aspiraciones de sustentar la vida humana en el espacio deben basarse en factores humanos, en lugar de solo en limitaciones tecnológicas”.
“Los avances en los modelos de gobernanza y ética son necesarios a medida que la civilización humana se convierte en una especie espacial”, subraya Haqq-Misra en el documento.