Han pasado cerca de 66 millones de años desde que un asteroide se estrelló contra la Tierra —específicamente en lo que hoy conocemos como la península de Yucatán, en el Golfo de México— , para así acabar con tres cuartas partes de la vida terrestre.
Dentro de esos seres que habitaban el planeta en ese momento, también se encontraban los dinosaurios.
Pese a que lo anterior ha sido validado por la comunidad científica desde hace décadas, todavía hay discusiones en torno a la forma exacta en que el impacto del asteroide Chicxulub desencadenó la extinción de estos seres vivos
Según informaciones rescatadas por Deutsche Welle, la teoría más popular era que el azufre del impacto del asteroide y el hollín de los incendios que provocó causaron una suerte de invierno que mató a casi todos estos animales.
Y ahora, una nueva investigación publicada en la revista académica Nature Geoscience reafirmó ese planteamiento, aunque con ciertos alcances clave, a través del estudio de partículas encontradas en el yacimiento fósil de Tanis, en Dakota del Norte.
Cuáles fueron los hallazgos sobre la extinción de los dinosaurios
Los autores de este trabajo sugieren que esas condiciones ambientales —que acabaron con los dinosaurios— fueron causadas principalmente por el polvo de silicato que generó el impacto del asteroide.
En este sentido, creen que ese elemento permaneció en la atmósfera por cerca de 15 años, lo que habría disminuido la temperatura global en 15 grados centígrados.
Anteriormente, en 1980, ya se había publicado un estudio —disponible en Science— en el que se planteó por primera vez que los dinosaurios murieron por el choque del asteroide que cubrió la Tierra con el polvo mencionado.
Pasó una década hasta que posteriormente se descubrió el cráter de Chicxulub.
Lo que no había generado consenso en la comunidad científica, era que se creía que la causa principal de esa suerte de invierno fue el azufre y no el polvo de silicato, según rescató el citado medio alemán.
El investigador del Real Observatorio de Bélgica y coautor del estudio, Ozgur Karatekin, explicó a AFP que aquello se debe a que se pensaba que el polvo no tenía el tamaño necesario para permanecer demasiado tiempo en la atmósfera.
No obstante, tras analizar las muestras, el equipo concluyó que las partículas de polvo tenían entre 0,8 y 8,0 micrómetros, es decir, el tamaño suficiente para mantenerse por 15 años.
Por otro lado, según ellos, el azufre estuvo por un tiempo de entre 8 y 9 años.
Con esas premisas, introdujeron sus datos en un sistema computacional.
Los resultados que obtuvieron en esa simulación mostraron que se trató de un 75% de polvo de silicato, un 24% de azufre y un 1% de hollín, lo que en otras palabras se traduce en que el primer elemento tuvo mayor protagonismo del que se creía.
El científico del Lunar and Planetary Institute de Houston, David Kring, quien no participó en esta investigación, manifestó al Washington Post que estos nuevos hallazgos reafirman la teoría de que el polvo interrumpió la fotosíntesis y potenció a la extinción masiva.
Sin embargo, enfatizó que no se puede atribuir una sola causa para este fenómeno.
“Una de las cosas que entendemos en general, y aún no en detalle, es que en realidad es este popurrí de efectos ambientales lo que llevó a las extinciones. No hay una única bala de plata”, sentenció.