Han transcurrido más de dos años y medio desde que Rusia inició su invasión militar en Ucrania, el pasado 24 de febrero de 2022.
A lo largo del tiempo en que se ha extendido la guerra, los drones se han posicionado como una pieza de armamento que ha adquirido protagonismo y ha sido crucial tanto para las fuerzas ucranianas como para las rusas.
En medio de un escenario en el que las tropas dirigidas por el Kremlin siguen ejerciendo presión para avanzar en las líneas de frente y en el que han enviado oleadas de estos dispositivos casi a diario contra distintas ciudades de Ucrania, Rusia lanzó más de 140 la noche del sábado 9 de noviembre.
Según rescata la agencia internacional de noticias, AP, las autoridades ucranianas dijeron que 62 de esos drones fueron derribados, mientras que otros 67 “se perdieron”.
Con esas últimas palabras, se presume que hicieron referencia a que fueron desviados mediante interferencias electrónicas.
Por su parte, en la noche que transcurrió entre ese sábado y el domingo, Ucrania lanzó lo que ha sido calificado como su mayor ataque con drones contra Moscú desde que inició la guerra.
Según rescata Deutsche Welle, el Ministerio de Defensa ruso afirmó que 34 de los dispositivos dirigidos a la capital fueron derribados, mientras que en total, se interceptaron unos 70 en diferentes regiones.
El académico de Estudios de la Guerra de la Universidad St. Andrews en Escocia, Phillips O’Brien, afirmó a la BBC que los drones han sido uno de los principales elementos de la guerra de Ucrania.
Y aseguró que, en conjunto con los ataques de artillería y los sistemas electrónicos, están transformando la manera en que se desarrollan los combates.
Cómo se han usado los drones en la guerra en Ucrania
Existen distintos tipos de drones que pueden realizar desde ataques directos hasta tareas de vigilancia.
Los que están destinados a esta última área tienen la capacidad de detectar en tiempo real los movimientos de las tropas enemigas y enviar las coordenadas al centro de comando.
De esta manera, si se considera pertinente, se puede ordenar un ataque de artillería.
O’Brien explicó que ese proceso es calificado como una “cadena de ataque”, sucesión que se ha visto acelerada con la utilización de drones.
En sus palabras: “Todo se puede detectar, a no ser que esté muy encubierto. Significa que no puedes reunir tanques y otro armamento para una avanzada sin que sean golpeados”.
Así, las fuerzas ucranianas han podido repeler a los tanques rusos, para evitar que sus tropas sigan avanzando desde las líneas de frente.
Tanto el ejército ruso como el ucraniano utilizan con frecuencia los drones “kamikaze”, los cuales son lanzados para que exploten contra objetivos de interés.
Usualmente, recurren a drones de uso comercial que son modificados y cargados con explosivos.
Parte de la decisión de optar por los drones se debe a que estos tienen valores más económicos que los de otros artefactos diseñados para su uso militar.
Según cifras reunidas por The Economist, un proyectil guiado por GPS puede tener un precio aproximado de $100.000 dólares.
En cambio, un dron FPV (de visión en primera persona) simple puede rondar los $400 dólares.
Ucrania también usó al inicio de la guerra el TB-2 Bayraktar, un dron de capacidad militar que es fabricado en Turquía y que puede lanzar misiles y arrojar bombas.
Rusia ha recurrido al Shahed-136 de fabricación iraní, el cual es de tipo “kamikaze” y suele ser desplegado en enjambres, es decir, en grupos.
Cuál es el rol de la artillería en la guerra en Ucrania
Los datos rescatados por el Royal United Services Institute (RUSI), un grupo de expertos con sede en Reino Unido, afirman que las fuerzas rusas disparan unos 10.000 proyectiles de artillería al día.
Las ucranianas lanzan entre 2.000 y 2.500 diariamente
Ucrania suele utilizar los que le suministran Estados Unidos y sus aliados europeos.
Rusia tiende a usar los que le proporciona Corea del Norte.
El director ejecutivo del grupo de análisis de defensa con sede en Reino Unido, Sibylline, dijo a la BBC que se han visto dificultades en los países occidentales para producir la cantidad de municiones que Ucrania necesita para contrarrestar la ofensiva.
“Las empresas de defensa de Occidente actualmente producen una cantidad de armas de precisión relativamente baja”, comentó Justin Crump.
En este sentido, enfatizó que los aliados de Kiev “no tienen la capacidad de emitir altos volúmenes de armamento básico como proyectiles”.
Aún así, han podido usar sistemas de artillería de alta precisión como los HIMARS estadounidenses para atacar depósitos de municiones y puestos de mando de las fuerzas rusas.
Las tropas dirigidas por el Kremlin cuentan con unos proyectiles de fabricación propia que son guiados por láser, los Krasnopol.
Cómo se han utilizado las bombas planeadoras en la guerra en Ucrania
Las bombas planeadoras operan en caída libre y pueden tener un peso de entre 200 y 3.000 kilos, aproximadamente.
Rusia las ha utilizado con frecuencia desde comienzos de 2023 y es el país que más recurre a este tipo de armamento.
El experto en guerra del RUSI, Justin Bronk, aseguró al citado medio que “se han vuelto cada vez más efectivas para romper posiciones defensivas y destruir edificios”.
Agregó que su valor de producción ronda entre los $20.000 y los $30.000 dólares, y que destacan porque es complejo interceptarlas.
El Ejército de Ucrania también utiliza bombas planeadoras, las cuales son suministradas por aliados como Estados Unidos y Francia.
Pero aunque incluso tiene un diseño propio para este tipo de arma, posee menos unidades que sus adversarios.
Qué papel han tenido los sistemas electrónicos en la guerra en Ucrania
La atención hacia los sistemas electrónicos se ha visto incrementada en el contexto de la invasión rusa en el territorio ucraniano.
Aquello se debe a que, a través de estos, pueden desde cortar señales de comunicación hasta inhabilitar drones y desviar misiles.
Rusia cuenta con una estación de comunicaciones de interferencia llamada Zhitel, la cual permite deshabilitar señales satelitales, radiales y de teléfonos móviles dentro de cierto rango.
También posee otros sistemas como el Shipovnic-Aero, que puede inhabilitar drones a unos 10 kilómetros de distancia, según rescata el citado medio.
Sobre este ámbito, el experto del Instituto Freeman Air & Space del King’s College de Londres, Duncan McCrory, planteó a la BBC que los países occidentales deben prestar atención a cómo Rusia, en particular, utiliza estos sistemas.
En esta línea, subrayó que “no puede ser relegada a un segundo plano” y “necesita ser considerada en todo momento en que estés desarrollando tus tácticas, entrenamiento y nuevos sistemas de armamento”.