Fue el pasado domingo 19 de noviembre cuando el líder de La Libertad Avanza, Javier Milei, venció en las urnas al candidato oficialista Sergio Massa y se consolidó como el presidente electo de Argentina.
Una de las propuestas que más despertó anticuerpos en la oposición durante su campaña, fue precisamente la idea de avanzar en un plan para “eliminar el Banco Central para terminar con la inflación para siempre”.
Dentro de un escenario en el que Argentina vive una economía compleja y en el que el libertario se verá forzado a conversar con sus opositores para sostener sus proyectos, muchos se han preguntado cuáles son los territorios que ya han optado por esa medida.
Los países que han renunciado a tener dicho organismo son escasos y en su mayoría más bien se trata de micropaíses.
Entre ellos se encuentran algunos como Kiribati, Tuvalu, Andorra, Islas Marshall, Isla de Man, Mónaco, Nauru, Micronesia, Palaos y el Principado de Liechtenstein.
Según informaciones rescatadas por la BBC, el único en que su población se cuenta por millones es Panamá.
Los efectos de no tener un Banco Central, como plantea Javier Milei para Argentina
Entre los factores que conlleva no tener esta institución, se encuentra que no pueden fijar los tipos de interés ni el tipo de cambio frente a monedas internacionales, además de que no pueden imprimir dinero ni financiar el gasto público.
A esto se le suma que cumple con supervisar a los bancos comerciales y los medios de pago, para así verificar que sean confiables.
Junto ello, tiene la facultad de administrar las reservas internacionales del país.
Es precisamente por estos motivos que cuando una nación opta por “dolarizar” su economía, como ha prometido Milei, la figura del Banco Central pierde su relevancia.
En ese caso, pasaría a depender de las decisiones que tome la Reserva Federal de Estados Unidos, que posee dicha moneda.
El economista de Esade, Omar Rachedi, explicó a la BBC que el presunto beneficio de los países que optan por esta decisión está en que suprimen la incertidumbre del tipo de cambio y pueden exportar más fácilmente sus productos.
Aquello cobra especial sentido cuando se trata de territorios pequeños que dependen en gran parte del comercio internacional.
“Para ellos el beneficio de no tener incertidumbre en el tipo de cambio es mucho más amplio que cualquier beneficio de controlar la economía doméstica a través de la política monetaria”, manifestó el especialista.
Sin embargo, la analista financiera de la consultora Verisk Maplecroft, Eileen Gavin, enfatizó que “incluso en los países dolarizados todavía se necesita una autoridad de control, como por ejemplo en Panamá”.
“No hay un Banco Central oficial, pero hay una autoridad de supervisión financiera que se encarga de vigilar a los bancos comerciales y de las regulaciones macroprudenciales”.
En este sentido, el especialista de Esade complementó con que para que la economía pueda seguir funcionando, se requiere que alguna entidad cumpla con esas funciones.
“Puede llevarla a cabo el Banco Central o un organismo que lo sustituya como podría ser el Ministerio de Economía. Se puede llegar a eliminar el organismo, pero no eliminar todas las tareas”, agregó Rachedi.
Es por esto que las labores del Banco Central son importantes, ya que busca preservar el valor de la moneda propia y mantener un bajo nivel de inflación a través de la regulación, ya sea subiendo los tipos de interés o bajando las tasas, dependiendo del caso.
“Si un país no tiene Banco Central, el organismo supervisor que lo sustituye tiene que velar por la liquidez del país y las reservas internacionales, que bajo un esquema de dolarización es absolutamente crítico, porque así es como se garantiza la estabilidad”, añadió la analista al citado medio.
Estas últimas, según Gavin, “son realmente la última línea de defensa de una economía”.
Bajo ese punto, planteó que “los bancos centrales deben ser independientes del gobierno, lo que a menudo no pasa en Latinoamérica”.
Tal es la situación de Argentina.
En una columna que el libertario escribió para The Economist manifestó que “en los últimos 20 años, los políticos del país y sus titiriteros, que se benefician del status quo, han robado miles de millones de dólares a los argentinos trabajadores a través de la inflación”.
Desde su visión, la carencia de autonomía del Banco Central de su país y la disposición a imprimir pesos para financiar gastos del gobierno están entre los principales motivos de por qué la economía argentina vive un delicado panorama, en el que se presume que acabará el año con una inflación del 180%.
Para Rachedi y otros economistas, la propuesta de Milei en torno a eliminar el Banco Central califica como radical.
“Argentina está pensando en exportar su autoridad monetaria desde Buenos Aires a Washington, en vez de pensar en cómo reformar la ley para hacer que el Banco Central sea totalmente independiente de la política”.
No obstante, el académico en esta área de la IE University, Juan Carlos Martínez Lázaro, dijo a la BBC que “lo que quiere evitar Milei es que la institución siga financiando los déficit fiscales del gobierno y que éste siga gastando”.
Para explicarlo de manera más didáctica, recurrió a un ejemplo hipotético en el que tienes una máquina para imprimir billetes en tu casa.
“No tendrías ningún problema para gastar todo lo que quisieras y sin ningún tipo de control. Esto es lo que de alguna manera le pasa al gobierno argentino. El Banco Central le imprime los pesos que quiere y eso le permite mantener un nivel de gasto que de otra manera sería verdaderamente complicado (...) pero esto solo provoca inflación y depreciación del peso”.
Por su parte, tras haber triunfado en las elecciones del pasado domingo, Milei ha seguido firme con su postura de eliminar la institución.
“No es un asunto negociable”, sentenció en un comunicado oficial que compartió su oficina la mañana de este viernes.