Desde que Rusia empezó su invasión en Ucrania el 24 de febrero de 2022, las tropas del Kremlin se han concentrado en seguir adentrándose en el territorio.
Pero más allá de los conflictos armados en los distintos frentes de combate, también han buscado conseguir beneficios de las tierras que ya han podido ocupar.
Específicamente, a partir de la industria del grano, una de las más destacadas de la economía ucraniana.
Se denuncia que las fuerzas rusas y sus aliados han obtenido ganancias del grano robado de sus campos, el cual es vendido en el mercado negro.
El mecanismo que han adoptado desde que inició la guerra consiste en que, cuando toman control de una zona, se apoderan de las cosechas de los agricultores locales.
Según distintos reportes, en algunos casos los obligan a “vender” su grano, pero a precios excesivamente más bajos y a través de violentas amenazas.
Aquello ha contribuido a que el gobierno del mandatario Vladimir Putin pueda enfrentar las sanciones internacionales y mantener su maquinaria de guerra.
De la misma manera, ha permitido que sus aliados puedan comprar grano a precios más bajos.
Entre los clientes que se han beneficiado con estas medidas están una compañía afiliada a la Guardia Revolucionaria de Irán y un empresario de Crimea que tiene vínculos comerciales con Siria e Israel, además de otra firma que vende a través de los Emiratos Árabes Unidos.
El director legal de la organización de Derechos Humanos Project Expedite Justice, Pascal Turlan, está ayudando a los fiscales ucranianos a investigar el robo de grano.
En conversación con The Wall Street Journal, dijo que “es como si la guerra se alimentara a sí misma”.
Bajo esta línea, Turlan afirmó que “el comercio ilícito genera ingresos para un sistema de clientelismo patrocinado por el Kremlin, que a su vez ayuda a que el conflicto y la ocupación continúen”.
El gobierno ruso no respondió a las solicitudes de comentarios del citado medio.
Aunque el valor comercial exacto del robo es difícil de determinar en un contexto como el de la guerra, existen ciertas estimaciones.
El viceministro de agricultura de Ucrania, Markiyan Dmytrasevych, declaró que desde 2022 se han enviado directamente al menos 4 millones de toneladas de grano y otros productos desde las partes ocupadas hacia mercados internacionales.
Tales operaciones, presumen, implicarían ingresos de unos 800 millones de dólares para el Kremlin.
La organización sin fines de lucro, Texty, afirma que el valor total del grano que las fuerzas rusas han tomado podría llegar a los 6.400 millones de la misma moneda.
Mientras el grano es robado de las tierras ucranianas ocupadas, las tropas rusas también atacan a los buques exportadores provenientes del país del presidente Volodimir Zelenski.
De hecho, Kiev acusó que el pasado miércoles 11 de septiembre un misil ruso impactó en un barco que transportaba trigo ucraniano, justo después de que saliera de un puerto del Mar Negro con destino a Egipto.
Cómo Rusia se beneficia del grano que es robado de los territorios que ocupan en Ucrania
La investigación del Journal detalla que hay múltiples formas mediante las que Rusia se beneficia del grano robado.
Por ejemplo, hay conocimiento de tres buques a granel que lo exportan ilícitamente y que pertenecen a la firma estatal rusa United Shipbuilding Corp., a través de una cadena de entidades corporativas.
Dicha empresa también ha producido buques de guerra utilizados para bombardear ciudades durante la invasión, según ha acusado el gobierno de Estados Unidos.
Un documento obtenido por el proyecto KibOrg News, el cual registra las actividades de este tipo en Ucrania, detalla que una compañía rusa que vendía grano de la región ocupada de Zaporizhia donó $111.000 dólares a un batallón que lucha en la provincia.
El gerente de un silo en Kherson, una región sureña de la que Rusia tomó control al inicio de la guerra, contó al citado medio que en agosto de 2022 unos hombres con ametralladoras llegaron a su oficina y le dijeron que tenían una “orden de tomar control”.
Bohdan Katerenyak aseguró que iban con pasamontañas para cubrir sus rostros y que uno de ellos le mostró una tarjeta de identificación del Servicio Federal de Seguridad (FSB) de Rusia.
Días después volvió otro sujeto que también dijo ser un agente del organismo y confiscó el grano que tenía en la instalación.
Frente a los riesgos de este inminente escenario, optó por escapar hacia territorio controlado por Ucrania.
Posteriormente, le informaron que los silos de su granja habían quedado vacíos.
Reportan que los asaltantes rusos envían los productos por camión y tren a puertos ubicados a lo largo del Mar Negro, desde donde luego los mueven en buques.
El fiscal ucraniano Ihor Ponochovniy empezó en junio una investigación para rastrear un barco de propiedad turca llamado Usko MFU, el cual se presume que transportó grano robado en 2023 desde el puerto de Sebastopol en Crimea.
Cabe recordar que Rusia tomó control de Crimea en 2014.
A pesar de que las autoridades rusas dicen que el primer semestre de 2024 enviaron 15 barcos con 81.000 toneladas de trigo desde Mariupol —territorio ucraniano ocupado— hacia Turquía, este último país asegura que coopera con Ucrania para bloquear el comercio ilícito.
Después de que reportara que el Usko MFU entró en aguas ucranianas en junio, el fiscal Ponochovniy emitió una orden de registro para que la policía revisara el buque.
Ahí encontraron indicios de que había salido de Sebastopol en noviembre de 2023 con destino a Turquía, con una carga de 2.100 toneladas de trigo y semillas valoradas en alrededor de medio millón de dólares.
Además, hallaron un mensaje de los gerentes del barco en el que le ordenaron al capitán que ocultara el origen de la carga.
Finalmente, el barco fue confiscado por la fuerza fronteriza.
Tanto la empresa propietaria del buque, USKO Shipping Management, como el abogado del capitán, declinaron hacer comentarios al periódico estadounidense.
Los registros comerciales revisados por el Journal detallan que la firma Agro-Fregat LLC, dirigida por el empresario Mikhail Ganaga, recibe grano proveniente de tierras ucranianas ocupadas y los envía a destinos como Israel e, incluso, Siria e Irán.
Ni su compañía ni él respondieron a las solicitudes de comentarios.
Siria e Irán son aliados del Kremlin y han manifestado que no cederán ante las presiones para que no comercialicen con Rusia.
El gerente de un terminal de grano en Crimea, Igor Rudetsky, publicó en sus redes en 2023 registros que mostraron una reunión con representantes de Islamic Republic of Iran Shipping Lines.
Aquella firma está sancionada por Estados Unidos, debido a acusaciones de que envían armas en nombre de firmas militares y nucleares iraníes.
Las publicaciones de Rudetsky reflejan que también visitó Pars Holding, una empresa agrícola que es parte de una fundación controlada por el líder supremo iraní, Alí Jamenei.
En un mensaje enviado al Journal, Rudetsky afirmó que se reunió con esas empresas en el marco de una campaña de marketing internacional que también incluyó a China, India y África.
También negó que él vendiera productos y dijo que compró el puerto “con dinero real” en un acuerdo “legalmente impecable”, además de asegurar que las exportaciones rusas de grano en sí no están restringidas por sanciones internacionales.
Sin embargo, los países que no consideran que Crimea sea parte de Rusia consideran ilegales las exportaciones desde sus puertos, debido a que es territorio ocupado.
Ponochovniy acusó que los exportadores están tomando medidas como mezclar cereales de origen ucraniano con otros productos legítimos para poder venderlos a los mercados internacionales y así pasar desapercibidos, factor que complejiza los peritajes.
Los fiscales ucranianos de Járkov también están investigando a una empresa que, según se presume, robó grano de sus tierras y lo vendió a una compañía de los Emiratos Árabes Unidos, Helios Plus.
Sospechan que dicha firma también ha vendido grandes cantidades de productos robados en el mercado negro.
No obstante, tampoco respondieron a las solicitudes de comentarios del Journal.