Cuál es el secreto para tener una buena vida y ser feliz, según la Universidad de Harvard

¿Qué es lo que más importa en la vida? ¿El dinero, el amor, la amistad, la familia, el trabajo o las cosas materiales? No hay una sola respuesta: y es que la felicidad es subjetiva, no obstante, uno de los estudios científicos más largos de la historia podría dar luces de cómo alcanzarla y tener una buena vida.

Se trata de una investigación de la Universidad de Harvard que comenzó hace 86 años: en 1938, eligieron a 700 adolescentes para acompañarlos a lo largo de sus vidas y entender qué los hacía felices o tristes, y cómo cambiaban física y mentalmente.

Y lo que encontraron con el tiempo fue sorprendente.

Ahora, Robert Waldinger, psiquiatra de Harvard y uno de los directores del estudio, comparte con el mundo los resultados. Los resume en que existe una clave o “secreto” para vivir bien, alcanzar la felicidad y ser exitoso: tener relaciones cálidas y sólidas con los demás.

En conversación con BBC Mundo, Waldinger relató que el hallazgo más sorprendente de este longevo estudio fue que las personas que tenían relaciones más cálidas y cercanas con amigos o familiares no solo eran más felices, sino también más saludables.

Gracias a ello, “se mantuvieron físicamente más saludables a medida que envejecían”. Incluso, estas personas que se dedicaron a construir vínculos sólidos en sus vidas tenían menor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y enfermedades coronarias, entre otras.

Entonces, la clave para ser felices es esa: cultivar relaciones cálidas con los demás.

El experto de Harvard dijo que esto se explicaba por el estrés que, si bien es parte natural de la vida de todas las personas, cuando es demasiado puede afectar la salud. En esta línea, la soledad y el aislamiento son demasiado estresantes.

Es ahí donde cobra relevancia tener el cariño y apoyo de otras personas.

“Si me sucede algo que me ha molestado, que es estresante, puedo ir a casa y hablar con mi esposa o llamar a un amigo, y si son buenos oyentes puedo sentir que mi nivel de estrés baja. Pero si no tengo a nadie así, si estoy aislado y solo, lo que creemos es que el cuerpo permanece en un bajo grado de reacción de lucha o huida”.

Además, tener relaciones cálidas con otros también nos ayudan a manejar las emociones, sentirnos escuchados y que pertenecemos a un lugar.

“Somos animales sociales. Probablemente evolucionamos de esa manera porque es más seguro estar en un grupo. Y sentir que pertenecemos a un grupo es una forma de aliviar el estrés”, dijo Waldinger.

El experto de Harvard dijo que “cuidar nuestras relaciones es como ejercitar un músculo. Si permanecemos sentados toda nuestra vida nuestros músculos se atrofiarán”.

“Y de la misma forma, al mirar las vidas del estudio vimos que las buenas relaciones pueden marchitarse no porque haya algún problema, sino por descuido”.

En esta línea, resaltó la importancia de cuidar las relaciones “de la misma forma que cuidas tu cuerpo o una planta en tu casa”.

Por ello, recomendó dejar de dar por sentado las cosas que la gente hace bien. “Por ejemplo, mi esposa ama cocinar y prepara la cena la mayoría de las noches. Y yo tengo que recordar que no debo dar eso por sentado”.

“De la misma forma, yo me encargo de todo lo que tiene que ver con la tecnología, y ella tiene que recordar que se necesita mucho trabajo para hacer que las cosas funcionen”.

En términos simples, se trata de ser agradecido por lo que tenemos y lo que otras personas hacen por uno.

Lo ideal es preguntarse: “¿Cómo sería mi vida si esta persona no hiciera estas cosas o si esta persona no estuviera en mi vida?”.

Además, otra forma de cuidar las relaciones es la “curiosidad radical”. Esta consiste en volver a interesarse en alguien (ya sea pareja, familiar o amigos) que creemos que ya conocemos de memoria.

“Entonces, de lo que hablamos es de dar un giro a esto y despertar la curiosidad. He estado con mi esposa durante 37 años. Y lo que hago es preguntarme: ¿cómo puedo volver a tener curiosidad acerca de quién es ella ahora mismo, hoy? ¿Cómo puedo mantener la curiosidad?”.

El número de amigos importa, dijo el psiquiatra de Harvard, “pero es algo muy individual. Algunos de nosotros somos muy tímidos y para esas personas tener mucha gente alrededor es estresante”.

“Otras personas que son más extrovertidas, en cambio, necesitan muchas personas en su vida y les da energía estar con mucha gente”.

Es decir, una persona más introvertida podría estar bien con una o dos relaciones cercanas. Pero alguien extrovertido se sentirá más cómodo con muchas más relaciones, “así que cada uno de nosotros necesita determinarlo por sí mismo, ¿cuánta actividad social es buena para mí y para mi vida?”.

Después de que el estudio cumpliera más de ocho décadas siguiendo a las personas, el investigador de Harvard dijo que le preguntaron a los participantes que tenían más de 80 años: “Cuando miras hacia atrás en tu vida, ¿qué es lo que más lamentas?”.

“Y hubo dos grandes arrepentimientos”.

El primero fue: “Desearía no haber pasado tanto tiempo en el trabajo, y haber pasado más tiempo con las personas que me importan”.

El segundo fue protagonista más que todo con las mujeres: “Ojalá no hubiera pasado tanto tiempo preocupándome por lo que piensan otras personas”.

Cualquiera sea el arrepentimiento, Waldinger dijo que para lo único que sirve es guiarnos en “lo que nos gustaría hacer de manera diferente en el futuro. Usa el arrepentimiento para aprovechar la vida que tienes por delante”.

Y para quienes creen que ya es demasiado tarde para ser felices, que “no soy bueno o buena en las relaciones” o que “esto nunca va a pasar en mi vida”, el experto dijo que “no tienes forma de saberlo”.

“El mensaje es que vale la pena seguir trabajando en ello porque en cualquier momento de la vida puedes crear nuevas y buenas conexiones. Nunca es demasiado tarde”.