Es común que en los pasillos de las farmacias y supermercados se encuentre una amplia cantidad de productos que prometen combatir la pérdida de pelo. Pero a pesar de que estos tienden a tener un precio considerablemente más alto que otros champús o cremas, la gran mayoría de ellos no da resultados positivos en quienes los ocupan.

Así lo manifestó un grupo de expertos de distintas universidades, quienes revelaron la existencia de un antiguo medicamento que ayudaría a enfrentar la calvicie por una suma mucho menor.

En conversación con el New York Times, el dermatólogo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale, Brett King, aseguró que “hay un sinfín de remedios inútiles para el crecimiento del cabello”, los cuales se mantienen en el mercado porque “la gente está desesperada”.

Pérdida de pelo. Foto: Getty Images.

Y junto con ello, reveló el nombre del tratamiento que tanto él como muchos de sus colegas utilizan para combatir la calvicie, el cual se aplica por vía oral en dosis muy bajas, a través de pastillas.

El medicamento que ayudaría a enfrentar la pérdida de pelo

Se trata del minoxidil, un fármaco que hasta el momento es poco conocido, pero que según el especialista, es cada vez es más utilizado.

Si bien, todavía no es aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), el ente regulador en esta materia, el presidente de dermatología de la Universidad George Washington, Adam Friedman, explicó que los profesionales en este campo tienen los conocimientos adecuados para evaluar si funciona sin generar riesgos en los pacientes.

“Yo nos autonombro los bandidos de productos no aprobados, un título que me enorgullece usar”, dijo al citado medio, mientras que el director del departamento de dermatología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Emory, Robert Swerlick, aclaró que “la mayoría de lo que recetamos está fuera de lo indicado, porque ese uso no se establece en la etiqueta”.

Pérdida de pelo. Foto: Herkisi / E+.

Según informaciones reunida por el Times, el minoxidil es un ingrediente activo de Rogaine, una loción que se aplica sobre el cuero cabelludo y que fue aprobada para su uso en hombres en 1988, para después tener el visto bueno en mujeres en 1992.

El origen del fármaco y su tratamiento

Al igual que otros numerosos inventos en la historia, esta manera de tratar la calvicie surgió por accidente, luego de que los científicos a cargo intentaran desarrollar un fármaco para combatir la hipertensión arterial. Tras hacer las pruebas experimentales, notaron que los pacientes presentaban un mayor crecimiento de pelo alrededor del cuerpo.

Ya con esas pruebas, desarrollaron la loción llamada Rogaine a partir de minoxidil, aunque según los dermatólogos consultados por el citado medio, su uso no es eficaz en todos los casos, ya sea porque los consumidores dejan de ocuparla por comodidad o porque simplemente no les da resultados.

Es por esto que ellos prefieren suministrar pastillas de minoxidil en pequeñas dosis (de un cuarto o menos), para así disminuir eventuales riesgos alérgicos o relacionados con la presión arterial, factores necesarios de tener en cuenta.

El académico de dermatología de la Universidad de Melbourne, Rodney Sinclair, publicó un estudio en el que este tratamiento mostró resultados positivos en los casos consecutivos de 100 mujeres, mientras que según contó al Times, ha tratado a más de 100.000 pacientes de esta manera.

Pérdida de pelo. Foto: Shutterstock.

“La popularidad está empezando a aumentar. En los congresos, compartimos nuestras historias de éxito cada vez con más frecuencia”, manifestó la dermatóloga de la Universidad John Hopkins, Crystal Aguh, para luego añadir que este método no es eficaz en los casos más severos. “Por ejemplo, no funcionará si un hombre es mayormente calvo, con un cuero cabelludo brillante. No hay nada que restaurar”.

Respecto a la posibilidad de que la FDA lo apruebe formalmente en Estados Unidos, King sentenció: “el minoxidil oral cuesta unos pocos pesos al día (...) no hay ninguna motivación para gastar decenas de millones de dólares para probarlo en un ensayo clínico. En realidad, ese estudio no se va a hacer nunca”.

Cabe destacar que siempre es recomendable acudir a un especialista para evaluar el estado de salud y los posibles riesgos para cada paciente.