Es natural que con el paso de los años distintas partes del cuerpo y del organismo presenten cambios.
Factores como las canas, la aparición de pelos en nuevas partes, los dolores en ciertas extremidades y las arrugas, entre muchos otros, son algunos de los efectos más comunes de la vejez.
Sin embargo, pese a que hay personas que hacen todo lo que tienen a su alcance para renegar la edad que tienen, vivir más tiempo también puede traer una serie de efectos positivos.
Así lo han asegurado múltiples investigaciones científicas, las cuales han comparado grupos de personas más jóvenes con otros de individuos más longevos.
La vicedirectora de estudios del Centre for Ageing Better, Jemma Mouland, manifestó recientemente a la BBC que aunque en ciertos espacios se puede ver discriminación por temas de edad, “el envejecimiento debería ser visto como un proceso de enriquecimiento, una época de nuevas posibilidades”.
Entre ellas se encuentran algunas como incursionar en “hobbies e intereses, comenzar una nueva aventura o contribuir en tu propia comunidad”.
No obstante hizo hincapié en que aquello debe analizarse considerando aspectos como la salud.
Pero más allá de los actos que se pueden o no hacer dependiendo de cada caso, diversos investigadores aseguraron al citado medio que hay puntos que mejoran con la edad.
A continuación encontrarás cinco de ellos.
1. Ciertas habilidades cognitivas
Aunque ciertas funciones tienden a disminuir sus capacidades a medida que se cumplen años, hay otras que presentan avances.
Un estudio publicado en la revista de salud de la Universidad de Harvard asegura que con el paso del tiempo “el cerebro mejora a la hora de detectar relaciones entre diversas fuentes de información, capturar mejor el panorama más amplio, y entender las implicaciones globales de problemas específicos”.
Asimismo, los investigadores Michael Ullman y Joao Veríssimo de la Universidad de Georgetown y la de Lisboa, respectivamente, concluyeron en uno de sus trabajos que también se pueden ver progresos en la orientación y la capacidad de evitar distracciones.
“Es algo que se pensaba que se deterioraba y nosotros mostramos que mejora”, afirmó el primero a la BBC, para después agregar que además se ven beneficiados aspectos como “el vocabulario y la regulación emocional”.
Según él, es probable que aquello se deba “en razón de la experiencia”.
2. El sistema inmune
A pesar de que las defensas suelen debilitarse a medida que se adentra en la vejez, una zona en específico del sistema inmune puede volverse más fuerte.
El médico de la Universidad de Queensland, John Upham, explicó al citado medio que “la primera vez que nuestro cuerpo se encuentra con un tipo particular de infección, se pone muy enfermo”.
“Pero la segunda, la tercera o la cuarta vez que la encuentra, ya ha aprendido a responder de forma apropiada y eficiente, a tal punto que ya no nos enfermamos, o si lo hacemos es de forma mucho más leve”.
Y pese a que dijo que se puede ver un debilitamiento “parcialmente alrededor de los 70 años”, “la proporción en la que se debilita en una persona sana no es significativa como para crear una diferencia importante en su salud”.
“Permite aún que estas personas puedan ser vacunadas contra una serie de infecciones”.
Aún así, siempre es recomendable consultar con un médico para evaluar cada caso particular.
3. Disminución en la intensidad de las alergias
Upham dijo que “las personas por encima de los 60 o 70 años tienden a tener relativamente menos alergias que los niños o los adultos”.
De la misma manera, planteó que no desarrollan nuevas y que las que padecen suelen desaparecer o disminuir sus síntomas
“Puede deberse al hecho de que su sistema inmunitario no reacciona con tanta potencia (...) tener un sistema inmune fuerte o débil puede tener beneficios o ser malo dependiendo de las circunstancias: si no es muy activo puede ser un problema cuando tienes una infección, pero de hecho es bueno en términos de las alergias”.
4. La felicidad
Distintos investigadores han afirmado que existe una tendencia general a que la felicidad se manifieste en forma de “U” a lo largo de la vida.
Aquello sugiere, a grandes rasgos, que las personas entran en la edad adultez dentro de un marco en el que predomina la felicidad, el cual después va decayendo para posteriormente subir durante la vejez, especialmente cerca de los 70 años.
Los economistas Andrew Oswald y David Blanchflower, de la Universidad de Warwick y el Dartmouth College, respectivamente, hicieron un experimento con una muestra de 500.000 personas de Estados Unidos y Europa Occidental.
Dentro de ese número, vieron que durante la mediana edad era común que se presentara una caída en el nivel de felicidad.
Posteriormente, tomaron datos de Asia, Sudamérica, Europa del Este, además de sondeos en 72 países y vieron que se repetía la misma tendencia.
La gerontóloga social de la Universidad de Westminster, Dana Rosenfeld, explicó a la BBC que aquello puede deberse a que los jóvenes están más expuestos a “eventos más estresantes que las personas mayores”, tales como mantener un empleo o un sueldo estable.
Junto con ello, dijo que a medida que pasan los años “tendemos a enfocarnos en los recuerdos e información positiva y nos volvemos mejores en regular nuestras emociones”.
Por su parte, la psicóloga de la Universidad de Stanford, Laura Carsten, complementó al citado medio que dicho fenómeno podría explicarse por “la capacidad única de los humanos de reconocer nuestra propia mortalidad y monitorear nuestros propios horizontes temporales”.
5. La satisfacción sexual
La psicóloga especialista en sexualidad y con consulta en Estados Unidos, Catalina Lawsin, explicó a la BBC que “a medida que envejecemos, tenemos más madurez emocional para reafirmar y explorar más lo que queremos”.
“Y es desde ese lugar que nuestra experiencia sexual se expande y podemos de hecho empezar a focalizarnos en qué es lo que nos da placer”.
Con tales palabras hizo referencia a puntos como la seguridad en uno mismo, tanto a nivel más psicológico como en una esfera corporal.
La terapeuta y trabajadora social que también se especializa en este ámbito, Natalie Wilton, declaró que a esto se le suma que en la vejez generalmente se tiene más tiempo libre y menos factores que generen estrés durante la rutina.
“Si piensas en el típico adulto de mediana edad que tiene un trabajo a tiempo completo, niños, y cuida de otra gente, todo eso hace que su vida esté muy ocupada. Todo eso no queda fuera de la ecuación en la vida de los adultos mayores, con lo cual hay muchas buenas razones para que el sexo pueda mejorar con la edad”.
Pero esa no es la única arista que incide en la satisfacción sexual.
De hecho, independiente de los años que se tengan, más bien “tiene que ver con lo que pones de ti, tu actitud”.
“Así que si tu vida sexual no era buena antes de llegar a los 50, 60, o 70, no va a mejorar repentinamente”, subrayó Wilton.
Y aunque con el envejecimiento pueden aparecer complicaciones que eventualmente pueden dificultar los actos sexuales, la experta sugirió que “lo más importante es tener una conversación abierta con tu pareja y con los profesionales de la salud que te están medicando (en caso de una enfermedad crónica)”.
Esto último con el objetivo de “evaluar si la medicación puede estar teniendo algún efecto secundario en tu vida sexual y si hay otra cosa que se pueda hacer”.
Además, Lawsin comentó que el uso de lubricantes o juguetes sexuales pueden ayudar.
Aquí, enfatizó, es clave “hacer a un lado las suposiciones que tenemos en relación a cómo debe ser una relación sexual”.
“La satisfacción sexual no se correlaciona con la frecuencia ni la función sexual. Tiene que ver con cómo te conectas con tu cuerpo y en cómo eliges conectarte con tu pareja”.