A diferencia de las películas románticas que siempre tienen finales felices, en la vida real el amor de pareja puede terminar de múltiples formas. Ya sea al poco tiempo de haber empezado una relación o después de años en los que se compartió un vínculo.
Como es de esperar, esto último y las condiciones en que se dé el quiebre pueden variar dependiendo de cada situación. Y ese precisamente uno de los motivos de por qué hay expertos del ámbito de la ciencia y la psicología que se han dedicado a estudiar este fenómeno.
Uno de ellos es el profesor de Psicología Experimental y Procesos Cognitivos de la Universidad Complutense de Madrid, José Antonio Hinojosa, quien recientemente hizo una revisión académica sobre cuánto tiempo dura el amor romántico en las parejas.
Cuánto dura el amor de pareja, según la ciencia
El especialista sugirió que tiene una duración de cuatro años, aunque destacó que “lo primero que tenemos que tener en cuenta es que hay distintos tipos de amor”.
Con ello se refirió a que el sentimiento de amor de pareja es diferente al que se puede tener hacia, por ejemplo, los padres, madres, hijos, familiares o animales del hogar.
Según declaraciones de Hinojosa rescatadas por El Español, ese límite de cuatro años —a grandes rasgos— se debe a que “la biología encontró una utilidad en este concepto del amor romántico para el mantenimiento de la especie, para tener crías y cuidarlas”.
Anteriormente, hace casi tres décadas, la antropóloga biológica Helen Fisher ya había analizado esta teoría en un estudio publicado en 1994, en The Journal of NIH Research.
Ahí la experta en comprender el matrimonio, el divorcio, el adulterio y los patrones de la monogamia entre distintos mamíferos concluyó que la naturaleza humana vincula la supervivencia con la mencionada emoción.
“El amor romántico (caracterizado por al menos dos etapas emocionales, la atracción y el apego) es un universal cultural. La neurofisiología humana de estas emociones evolucionó en nuestros primeros antepasados homínidos hace unos cuatro millones de años como un mecanismo químico diseñado para iniciar una relación y mantener el vínculo de pareja durante la infancia de un único hijo altricial (indefenso), en un periodo de unos cuatro años”, dijo en la investigación.
En otras palabras, aquello se traduce en que ese rango de tiempo es fundamental para que el descendiente pueda sobrevivir junto a sus progenitores.
El presidente del departamento de Biología Evolutiva Humana de la Universidad de Harvard, Joseph Heinrich, también se refirió a esta temática en su libro Las personas más raras del mundo (Capitán Swing, 2022), en el que planteó que la monogamia había sido una de las claves del éxito de occidente.
“Responde a ventajas adaptativas a lo largo de la evolución humana, por lo que la selección natural la ha favorecido y aún es visible en patrones de matrimonio, divorcio y nuevo matrimonio, así como en el reflujo característico de la relación romántica humana”, reflexionó Fisher.
Bajo esta línea, Hinojosa enfatizó que “hay estudios que dicen que somos monógamos sucesivos, es decir, tenemos parejas sucesivas con las que estamos durante ese periodo de dos a cuatro años, lo que viene a ser más o menos la crianza de los hijos”.
Por otro lado, la psicóloga de la Universidad de Central Lancashire, Gayle Brewer, explicó que la sensación de amor romántico tiende a liberar hormonas como oxitocina y vasopresina, además de la dopamina, la cual está relacionada con el placer.
Esa reacción química favorece a que durante una etapa inicial del vínculo haya una mayor dependencia emocional, aunque “con el tiempo también se da una disminución en la secreción de estas hormonas”, añadió Hinojosa.
No obstante, el experto español detalló en un artículo publicado en The Conversation que existe la llamada “teoría del triángulo del amor”, la cual plantea que el amor romántico está compuesto por tres aristas: la atracción física, la intimidad y el compromiso.
“Al principio, el componente sexual es clave para que surja la chispa y seguirá siendo muy importante los primeros años, pero poco a poco se va incrementando el peso de la intimidad y el compromiso de establecer metas comunes”, precisó.
Así que, si estás en una relación y con tu pareja están próximos a cumplir cuatro años, o bien ya los cumplieron, no hay por qué asustarse, ya que con el tiempo “los otros componentes comienzan a interactuar”.
De ser así, sugirió que la cifra de cuatro años no tiene por qué cumplirse en tu caso, aunque por supuesto, la duración puede variar por una infinidad de factores.