Ha sido uno de los misterios policiales más polémicos de Nueva York y pasó más de una década desde que se encontraron los primeros restos humanos hasta que se detuvo a un sospechoso.
Esta semana fue arrestado el presunto autor de al menos algunos de los asesinatos ocurridos en las cercanías de Gilgo Beach, una playa ubicada en la costa sur de Long Island.
El primer caso en salir a la luz tuvo lugar en 2010, mientras que a pesar de las constantes investigaciones, los detectives no habían logrado obtener mayores detalles sobre la muerte de nueve mujeres, un hombre y una niña pequeña.
Quién es el sospechoso de los crímenes de Gilgo Beach
Tres fuentes con conocimiento confirmaron al New York Times que fue detenido un arquitecto que había residido la mayor parte de su vida en el condado de Nassau y trabajado en Manhattan.
Durante la mañana de este viernes, los agentes ya tenían acorralada su residencia, ubicada en la Primera Avenida de Massapequa Park, en donde fue encontrado.
“Después de oír hablar de este caso durante tantos años, es un shock descubrir que tu vecino es un (presunto) asesino en serie y nunca lo supiste”, declaró una vecina al citado periódico.
Y es que precisamente, los atentados y las dificultades para encontrar sospechosos aterrorizaron a los residentes por más de una década. Incluso, las hipótesis de los agentes policiales han barajado la posibilidad de que sean distintos criminales en vez de uno solo.
Según informaciones reunidas por el Times, el nombre del sujeto detenido por la policía es Rex Heuermann. De la misma manera, declaraciones rescatadas por Daily Mail aseguran que está casado, tiene dos hijos y 59 años de edad.
Cómo fueron los asesinatos de las mujeres
Todo comenzó en mayo de 2010, cuando una joven de 24 años llamada Shannan Gilbert, quien trabajaba como prostituta, fue dada por desaparecida en Long Island, durante un servicio de acompañante que hizo en Oak Beach (a cinco kilómetros de Gilgo Beach).
Siete meses después de ese acontecimiento, se encontraron cuatro cadáveres envueltos en unas telas de carácter grueso, en distintos sectores de la zona de Ocean Parkway, a cinco kilómetros de distancia de donde Gilbert fue vista por última vez.
Posteriormente, en 2011, las pruebas de ADN realizadas por los peritos arrojaron que se trataba de Amber Lynn Costello, Maureen Brainard-Barnes, Megan Waterman y Melissa Barthelemy.
Junto con ello, identificaron características comunes entre las víctimas mencionadas: todas ellas rondaban los 20 años y se desempeñaban como acompañantes.
Ese mismo año se encontraron los restos humanos de una madre llamada Valerie Mack, quien llevaba 20 años desaparecida y tenía 24 la última vez que la vieron.
Ya a finales de 2011, la policía encontró rastros de la muerte de Gilbert.
Tras su reciente detención, se espera conocer más información sobre los atentados que acabaron con la vida de las víctimas. Mientras tanto, los vecinos de Heuermann siguen sorprendidos, hasta el punto en que uno de ellos contó al Times que sus familiares lo despertaron cuando supieron del arresto.
“Como mucha gente de por aquí, han estado al tanto de este caso y dijeron: ‘Despierta, atraparon al (presunto) asesino de Gilgo a la vuelta de la esquina’”, sentenció.