La ascendente crisis económica a nivel mundial no solo ha afectado a los países más vulnerables, sino que también a los más ricos. Según un ranking elaborado por Forbes, Suecia se encuentra en el veinteavo puesto del listado, pero a pesar del alto nivel de vida que tiene su ciudadanía, en noviembre presentaron una cifra histórica de inflación que llegó al 11.5%.
En medio de este escenario, la ministra de Finanzas de dicha nación europea, Elisabeth Svantesson, declaró este mes que “la economía y los hogares suecos estarán bajo presión en los próximos años”, una situación que se agrava con los altos precios de los arriendos, la comida y la electricidad, entre una lista extensa de gastos necesarios para vivir.
Uno de los emprendedores que más ha notado los efectos de la recesión es el jefe de la cadena de supermercados sociales Matmissionen, Johan Rindevall, quien dirige estas sucursales que ofrecen productos esenciales a un tercio del valor original de otras tiendas.
El resultado: precios considerablemente menores y más accesibles.
Durante una entrevista con la BBC, dijo que han percibido “una mayor necesidad de apoyo entre las personas”, clientes que acceden a descuentos especiales a través de una membresía, que pueden conseguir demostrando que sus ingresos están entre los más bajos de la población de Suecia.
A ello se le suma que gente que no aplica para ser compradora también se ha comunicado con ellos para solicitar adquirir productos ahí, debido a que no les alcanzan los recursos para cubrir las demandas de sus hogares.
Los supermercados suecos para pobres
Entre los principales perfiles de cliente que acuden a Matmissionen, se encuentran adultos mayores jubilados, trabajadores en situación de cesantía y migrantes que han llegado de países en guerra, tales como Ucrania.
Aquello y los efectos de la inflación, ha llevado a que abran más tiendas en el país europeo, el cual acumula una población cercana a los 10.4 millones de habitantes. De ese número, atienden a un promedio de 25.000 miembros de diferentes ciudades además de Estocolmo, mientras que también realizan apoyo benéfico en 25 refugios.
Según informaciones reunidas por el citado medio, en Suecia se considera dentro del “riesgo de pobreza” a las personas que viven con menos del 60% del ingreso medio del país, por lo que Rindervall enfatizó en que no se trata de gente en situación de pobreza extrema, sino que más bien, de individuos con un nivel de vida “significativamente más bajo que el del resto” de la ciudadanía.
“Nos encontramos con familias que no tienen la opción de reducir costos o no tienen ahorros a los que recurrir, lo que los obliga a bajar los gastos de subsistencia”, manifestó.
Pero la labor de Matmissionen no solo tiene el objetivo de ofrecer mercadería a bajo costo, sino que también, busca reducir el desperdicio de comida, ya que sus productos son donados por otras empresas de alimentación que si no se los entregaran, terminarían en la basura.
En Chile, otros emprendimientos que se han dedicado a esta última labor son Maifud y Good Meal, los cuales también buscan disminuir la huella medioambiental con un catálogo de artículos a precios más bajos que en otros mercados, debido a que son rechazados por temas netamente estéticos o porque están próximos a su fecha de caducidad, lo cual no afecta en que puedan ser consumidos adecuadamente.