Esta semana se informó que uno de los criminales más buscados por el FBI y uno de los líderes más activos de la Mara Salvatrucha (MS-13) de El Salvador fue detenido en Ciudad de México, para luego ser deportado bajo el argumento de no tener sus papeles al día y detenido por los policías de Estados Unidos en una escala que su avión tuvo en Houston, Texas.
Se trata de José Wilfredo Ayala (55) —más conocido como “El Indio de Hollywood”— , un capo de la mafia que posteriormente fue trasladado a Nueva York y que enfrenta cargos por crimen organizado, narcoterrorismo, y por brindar apoyo material a una organización terrorista.
Un comunicado del Departamento de Justicia del país norteamericano detalló que es acusado de dirigir a la MS-13, “alimentando el apetito perverso de poder de su pandilla, por medio de una carnicería y un baño de sangre”.
En sus más de dos décadas en el mundo de las maras, Ayala protagonizó asesinatos, planes de tráfico de drogas y extorsiones, mientras que también negoció con las autoridades de El Salvador para exigir beneficios para sus aliados, a cambio de votos de los habitantes en los territorios que dominaban por la fuerza.
“El Indio” figura como miembro activo de la Ranfla Nacional, el grupo de líderes de la Mara Salvatrucha que ha dialogado con carteles delictivos de otros países, tales como el de Sinaloa, el Jalisco Nueva Generación, el del Golfo y Los Zetas, según detalla El País.
Tales factores en su historial han influido en que su detención sea altamente apreciada por las autoridades policiales, quienes siguen en busca de otros delincuentes asociados a la MS-13.
Quién es “El Indio de Hollywood”, líder de la Mara Salvatrucha que fue detenido
Su particular apodo no es casualidad. Si bien, Ayala nació en El Salvador en 1967, posteriormente migró a Los Ángeles, California, en donde se convirtió en uno de los exponentes de la actividad de su grupo en Hollywood.
La Mara Salvatrucha se originó en la década del 80 a partir de varios inmigrantes y refugiados de la guerra civil que afectó al país centroamericano entre 1979 y 1992. Según el citado medio, en un principio no tenían fines delictivos, pero con el tiempo sus propósitos se fueron transformando hasta llegar a lo que son actualmente.
Más adelante fue deportado de Estados Unidos, por lo que volvió a El Salvador para convertirse en uno de los capos más temidos de su pandilla. No solo asesinaban a sus opositores, sino que también, a policías, militares, funcionarios gubernamentales y civiles.
De la misma manera, cuando las autoridades arrestaban a uno de sus integrantes, la mara generaba una serie de feroces delitos para advertir que no se metieran con ellos.
Según un documento de la Fiscalía del Distrito Este de Nueva York, “se han involucrado de forma activa en demostraciones públicas de violencia, para amenazar e intimidar a la población civil, ganar y controlar territorio, y manipular el proceso electoral en El Salvador”.
Incluso, aún cuando algunos de sus líderes se encontraban en reclusión, tenían la posibilidad de salir de la cárcel para dialogar con políticos y autoridades de alto rango.
Documentos judiciales obtenidos y revisados por El País detallan que durante el gobierno del ex presidente Mauricio Funes en 2012 —quien es militante del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN)— su partido tuvo negociaciones secretas con miembros de la Mara Salvatrucha y Barrio 18, otra de las pandillas más grandes del país y rivales directos de la MS-13
El acuerdo consistía en que si se trasladaba a sus aliados a cárceles menos estrictas —además de otros beneficios como pagos en efectivo y visitas conyugales— , se llegaría a una tregua para reducir las tasas de muertes.
Aquello dio resultados en un inicio. De 70 asesinatos por cada 100.000 habitantes en 2011, bajaron a 41 solo un año después.
Asimismo, los directivos de la Mara Salvatrucha prometieron conseguir votos electorales a favor del partido izquierdista FMLN, pero también, hicieron el mismo ofrecimiento a la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena).
El acuerdo de 2012 finalizó tres años después, en 2015, durante el mandato del entonces presidente Salvador Sánchez Cerén (FMLN), ya que los pandilleros acusaron que el gobierno estaba cediendo ante las presiones de Estados Unidos para que eliminaran el pacto.
A raíz de aquello, desataron una nueva ola de violencia con asesinatos tanto en El Salvador como en el país norteamericano, además de aumentar su capacidad de armamento con lotes traídos de México y fortalecer el entrenamiento de los militantes entre sus filas.
La respuesta fue tan grande, que ese año los homicidios aumentaron a 103 por cada 100.000 habitantes, es decir, una cifra considerablemente mayor si se compara con 2011.
La llegada de Nayib Bukele y la anterior supuesta detención de “El Indio”
En medio de un escenario en el que las pandillas dominaban las calles de El Salvador, Nayib Bukele fue electo como presidente en 2019, bajo la campaña de acabar con la corrupción e incrementar la seguridad en el país.
Los archivos de Estados Unidos revisados por el citado medio detallan que pese a su promesa a la ciudadanía, las conversaciones entre miembros de la MS-13 y la esfera política continuaron. Incluso con el partido del mandatario, Nuevas Ideas, el cual habría recibido apoyo de la mara del “Indio” en las elecciones legislativas que se efectuaron en 2021.
A ello se le sumó que el gobierno de Bukele había asegurado que ayudarían a extraditar a otro líder de la Mara Salvatrucha, Elmer Canales Rivera —más conocido como “El Crook de Hollywood”— pero cuando fue arrestado en junio de 2021, salió en libertad unas semanas después, en julio. Un mes antes de su detención se había destituido al fiscal general y a cinco ministros de la Suprema Corte de El Salvador.
En aparente contraposición, Bukele inauguró una “mega cárcel” en febrero de este año, la cual tiene la capacidad de recluir a decenas de miles de prisioneros y fue construida en un tiempo récord de siete meses. Previamente, El Salvador había sido escenario de 87 asesinatos solo entre el 25 y el 27 de marzo de 2022.
Dicho establecimiento ha desatado tantas críticas como muestras de apoyo. Si bien, por un lado se denuncian violaciones a los Derechos Humanos y reclusión de inocentes, otros afirman que los barrios anteriormente dominados por las pandillas hoy no son controlados por ellas.
Por su parte, “El Indio de Hollywood” supuestamente había sido arrestado en el país centroamericano en julio de 2020, según confirmó el ministro de Justicia, Rogelio Rivas, quien dijo que “lo único que le espera es la cárcel”.
Pero tres años después, en 2023, fue visto en México, país en el que solía transitar entre los pequeños poblados de Mixquiahuala y Tunititlán, ubicados en el Estado de Hidalgo.
Ahora, tras su detención en Ciudad de México y su posterior deportación a Estados Unidos, Ayala se enfrentará a los cargos delictivos de los que se le acusa.
Mientras tanto, la policía internacional sigue en búsqueda de otros integrantes de la MS-13 que al igual que el “Indio”, cuentan con un extenso historial de crímenes.