¿Es cansancio, fatiga o astenia? Especialista explica las diferencias y dice cuándo se debe recurrir a un médico
Un psiquiatra y neurólogo detalló los signos asociados a estas afecciones. Asimismo, explicó en qué momento se considera que tienen un carácter crónico.
Son múltiples los factores que pueden desatar agotamiento en las personas. Desde invertir un exceso de energía durante las actividades de la rutina hasta síntomas adversos que se relacionan con ciertas enfermedades que afectan a la salud.
Si bien, identificar el cansancio, la fatiga y la astenia pueden ser una tarea compleja —sobre todo si no se conocen los términos— , el psiquiatra y neurólogo Enrique De Rosa Alabaster redactó un artículo en el que abordó los detalles que caracterizan a estos fenómenos.
En qué consisten
En el escrito, publicado en Infobae, el doctor explicó que astenia es el término médico que se utiliza para referirse al cansancio.
Datos citados por el especialista aseguran que se estima que “una de cada cinco consultas ambulatorias de medicina general o interna está motivadas o relacionadas con la astenia”.
“A menudo la idea de ‘no tengo fuerzas’, ‘no tengo energía’, ‘no doy más’, es la demanda central y casi exclusiva”, aseguró De Rosa.
Respecto a los tratamientos que se pueden aplicar dependiendo de cada caso, detalló que se encuentran: “Vitaminas, algún medicamento con características estimulantes, cambios en la nutrición, evaluaciones cardiovasculares o quizás la más frecuente, medicación antidepresiva y/o ansiolítica considerando el síntoma como parte de un gran síndrome ansiodepresivo”.
Por otro lado, explicó que la fatiga física “es un componente normal de los mecanismos de retroalimentación negativa que nos alientan a descansar cuando estamos cansados”.
Entre los signos más comunes de esta, se encuentran tener menos energía, la sensación de tener las piernas pesadas y el deseo de recostarse o sentarse, entre otros.
Aquello ocurre todos los días y cumple con avisarle al cuerpo que es momento de descansar, para así recuperar fuerzas y luego seguir funcionando óptimamente.
“Cuando el cansancio es mayor vemos que las enfermedades infecciosas, afecciones crónicas, las formas larvadas de depresión, la anemia o las hepatitis, solo por citar algunos ejemplos, cursan con esa sensación de debilidad física (...) los deportistas, los estudiantes, las personas sometidas a estrés, o situaciones que originen movilizaciones o crisis vitales, sufren de un estado de astenia”.
Asimismo, el médico añadió que la hiperactividad, el exceso de entrenamiento o trabajo y los esfuerzos inhabituales también pueden incidir en este diagnóstico.
En cuanto a las diferencias entre estos fenómenos, De Rosa precisó:
“La astenia a veces es invalidante, nos impide hacer esfuerzos de manera normal y no está en relación al esfuerzo producido ni es proporcional a éste. Un paciente que presenta astenia física, en lugar de fatiga, es más probable que la experimente al principio del día, antes de haber realizado cualquier gasto de energía, inclusive más que al final de la jornada”.
Cuándo se puede considerar que tienen un carácter crónico
El especialista detalló en el citado medio que cuando no se encuentra un origen específico , ya se empieza a hablar de un posible síndrome de fatiga crónica o síndrome de astenia crónica (SAC).
Para que se considere dicha afección como tal, debe haber “un cuadro de cansancio de más de medio año de duración que produce una disminución mayor del 50% en la capacidad para realizar las labores habituales”.
De la misma manera, ese agotamiento se caracteriza porque “no mejora con el reposo”, además de que viene acompañado de la debilidad física mencionada más arriba.
También se pueden presentar en muchos casos, aunque no estrictamente en todos: “Dificultad para concentrarse y déficit de memoria, dolores de cabeza, articulares y musculares, molestias faríngeas, ganglios (adenopatías) dolorosos en cuello o axilas, pérdida de fuerza, fiebre de pocas décimas y trastornos del sueño”.
Y aunque es menos común, “pueden aparecer alergias, dolores abdominales, erupciones cutáneas y trastornos psíquicos”.
Pese a que el SAC es más habitual en mujeres de entre 20 y 50 años, De Rosa destacó que puede darse en personas “de cualquier edad y sexo”, mientras que los casos de este padecimiento “pueden ser de origen diverso: psicógena, biológica, socio-ambiental y biopsicosociales”.
“La astenia impacta todas las funciones fundamentales de la vida cotidiana, como el sueño, la alimentación, la sexualidad, etc. y esto a su vez puede generar un feedback negativo en el cual se potencian entre sí”, agregó.
Es por esto que si se presentan molestias o síntomas que interfieren en tu bienestar, siempre es recomendable visitar a un médico para que revise tu situación particular y las mejores formas de atenderla.
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