Es uno de los mitos populares que más preocupación genera en algunas personas. Sobre todo, en quienes le tienen un profundo miedo a las arañas.
No obstante, dicha imagen de estar durmiendo con la boca abierta y que de un momento a otro caiga uno de estos insectos para luego ser tragado, es más cercana a una pesadilla onírica que a la realidad.
Según una revisión de estudios realizada por el Washington Post, para que una situación así ocurra tendrían que darse una serie de situaciones inusuales, por lo que las probabilidades son muy escasas.
Estos son los principales motivos que han detectado distintas investigaciones científicas.
Por qué la boca de los humanos no es un lugar atractivo para las arañas
Pese a que existe una inmensa variedad de arácnidos, la mayoría de los que viven en los interiores de casas de personas son relativamente inofensivas, por lo que se dedican principalmente a tejer telarañas y cazar otros insectos.
En este sentido, la humedad de las bocas humanas no es un espacio en que podrían sentirse cómodas, ya que estas respiran oxígeno y aquello se les haría complejo en dicho lugar.
El entomólogo y director de colecciones del Smithsonian National Museum of Natural History, Floyd Shockley, explicó al citado medio que las arañas las ven como “una cueva cálida y húmeda que contiene sobre todo dióxido de carbono y vapor de agua”, lo que añadido a la vibración de los eventuales ronquidos, las disuadiría de entrar o acercarse.
A esto se le suma que aunque es posible que una araña pueda entrar accidentalmente en tu boca, aquello es muy poco probable.
Shockley explicó que las condiciones que tendrían que darse son inverosímiles, ya que el arácnido tendría que caerse del techo de tu habitación justo en el momento en que tú estás durmiendo, con la boca abierta y mirando hacia esa dirección.
“Tienes más posibilidades de ganar el Powerball (una lotería estadounidense)”, enfatizó el especialista.
Sin embargo, si aquello llegara a ocurrir en condiciones como las mencionadas, la araña tragada caería en el ácido del estómago y moriría casi instantáneamente, “sin causar ningún daño al ser humano”, subrayó el biólogo del Hampden-Sydney College de Virginia y ex presidente de la Sociedad Aracnológica Americana, Bill Shear.
“De hecho, se habría obtenido un poco de proteína extra”, sentenció al Post.
Aún así, cabe destacar que siempre es recomendable acudir a un especialista para evaluar cada caso particular y si se tienen síntomas inesperados o molestos a raíz de una picadura de, por ejemplo, una araña de rincón.