Con el paso de los años, es natural que elementos como la memoria comiencen a debilitarse.
Sin embargo, hay actividades que prometen estimular el cerebro y evitar que este pierda ejercitación.
Es aquí donde ciertos juegos pueden ser beneficios para ayudar a fortalecerla.
Un equipo de investigadores de la Universidad de York, Inglaterra, analizó los efectos de los que son digitales.
Para esto, revisaron los datos de 482 participantes de entre 18 y 81 años, de los que la mayoría (297) eran mujeres.
De esta manera, dividieron la muestra en grupos creados a partir de la edad.
Los resultados fueron publicados en la revista Heliyon y con estos concluyeron que los juegos digitales efectivamente pueden ayudar a potenciar la memoria.
No obstante, notaron que algunos tipos eran más beneficios que otros, dependiendo de los grupos etarios.
Los juegos que prometen potenciar la memoria, según el estudio
Más en específico, vieron que los jóvenes adultos que utilizaban juegos digitales de estrategia tenían una mayor capacidad de memoria, en comparación a quienes jugaban a otros como los de acción.
A grandes rasgos, los primeros se caracterizan porque implican adoptar un rol, toma decisiones y resolver distintas problemáticas que se presentan en las misiones.
Por otro lado, los adultos mayores que utilizaban rompecabezas digitales mostraron una mayor capacidad de memoria, en relación a los que hacían otro tipo de actividades o no habían jugado a nada.
A esto se le sumó que, también, podían retener mejor la concentración.
Los rompecabezas digitales requieren formar figuras o imágenes a través de la colocación adecuada de distintas piezas que encajan entre sí.
El investigador principal del Departamento de Ciencias de la Computación de la Universidad de York, el doctor Joe Cutting, aseguró a Medical News Today que “los juegos de rompecabezas para personas mayores tenían esta sorprendente capacidad de apoyar las capacidades mentales”.
Según explicó, vieron tales beneficios “hasta el punto de que los niveles de memoria y concentración eran los mismos que los de un joven de 20 años que no había utilizado juegos de rompecabezas”.