A estas alturas, ya no es necesario buscarlo exhaustivamente. Las redes sociales y los foros de internet están repletos de supuestas dietas y sugerencias que dicen ayudar a mantenerte en forma y cuidar de tu salud.
Pero muchas veces, algunas de estas guías podrían generar problemas adversos, sobre todo cuando requieren cambios extremos u ofrecen resultados a la brevedad.
Si bien, siempre es recomendable que visites a un médico para evaluar qué puedes comer y qué no, numerosos especialistas han compartido sus investigaciones para entregar ciertas luces que pueden servirte en este objetivo.
Un grupo de ellos es de la Universidad de Harvard y en 2011 compartieron las claves sobre “el plato para comer saludable”, un concepto que hoy es conocido por muchos como “la dieta de Harvard” y que de a poco ha vuelto a posicionarse entre las tendencias relacionadas a la nutrición.
Según declaraciones de la académica Lilian Cheung reunidas por Infobae, “esta forma de comer va a ser útil para prevenir esas enfermedades que son comunes en Estados Unidos, y en el mundo”, tales como problemas cardiovasculares, diferentes variantes de cáncer y diabetes de tipo 2, entre otros diagnósticos.
La división The Nutrition Source de dicha casa de estudios define esta dieta como una manera de “crear comidas sanas y equilibradas”, a partir de la inclusión de ciertos elementos y conductas en tu rutina.
Estas son las claves para una alimentación saludable, según los expertos de Harvard.
La dieta de Harvard que promete una vida más saludable
En primer lugar, enfatizaron que la mitad del plato (50%) tiene que estar compuesto por verduras y frutas. En este sentido, las primeras deben tener un mayor protagonismo dentro de ese margen, mientras que hay que buscar “color y variedad” entre estos alimentos.
Para Cheung, es importante que veas bien cuáles escogerás en relación a tu estado de salud, ya que algunas podrían —por ejemplo— disparar los niveles de azúcar en la sangre, lo que podría potenciar la aparición o el desarrollo de un padecimiento.
De la misma manera, dijo que es preferible comer las frutas a tomarlas como parte de un jugo.
Un cuarto de tu plato (25%) debe tener cereales integrales, tales como quinoa, avena o cebada, entre otros, debido a que según la especialista, “tienen muchas más vitaminas y también fitoquímicos y minerales, lo que es mucho más sano para nosotros y no nos subirá tan rápido el azúcar en la sangre”.
Hasta ahora, tendríamos el 75% de una comida lista, ¿qué faltaría?
Si pensaste en las proteínas saludables, estás en lo correcto.
Cheung sugirió el consumo de pescado, pollo y frutos secos, entre otros, en el cuarto (25%) restante, las cuales son preferibles a las carnes rojas o procesadas como las salchichas o el tocino.
Aún así, esos no son los únicos factores a considerar.
La importancia de la cocina, los líquidos y la actividad física
El aceite puede ser un gran aliado cuando preparamos un plato, pero su ingesta en exceso puede traer múltiples consecuencias. Es por esto que los expertos de Harvard recomendaron opciones como la de oliva, canola, soja, maíz o girasol, siempre y cuando sea con moderación y tengas claridad —tras atenderte con un médico— de que puedas consumirlas.
Y en cuanto a líquidos, puedes optar por algunos con bajos niveles de azúcar, como agua, té y café. En el caso de los lácteos, sugirieron reducir las porciones diarias a no más de una o dos, mientras que se puede beber un vaso pequeño de jugo y se deben evitar las bebidas azucaradas.
Para finalizar, es de suma importancia que te mantengas activo y acompañes “el plato de Harvard” con acciones como hacer ejercicio en relación a tus capacidades físicas, para así evitar el sedentarismo.
La experta detalló, según el citado medio, que “tenemos que realizar una actividad vigorosa durante media hora al día, o al menos cinco veces por semana.
“Todos estamos envejeciendo y debemos formar buenos hábitos mientras somos jóvenes, para que se conviertan en parte de nuestra costumbre y nuestra rutina”, sentenció.