Se presume que entre un 5% y un 40% de la población enfrenta una afección conocida como ojo seco, la cual puede generar molestias considerables en los pacientes.
Desde la Clínica Mayo detallan que este diagnóstico “es frecuente y aparece cuando las lágrimas no pueden lubricar los ojos de forma adecuada”.
Las personas que tienen el padecimiento suelen enfrentar síntomas como picazón o ardor en los ojos, mucosidad viscosa en estos o a su alrededor, sensibilidad a la luz, enrojecimiento, la sensación de que se tiene algo en ellos, dificultad para usar lentes de contacto y/o complicaciones para conducir de noche.
A estos signos se le suman tener visión borrosa o fatiga ocular y ojos llorosos, como una respuesta del cuerpo a la irritación de la sequedad, enumera el citado centro médico.
Pese a que enfrentar un caso de ojos secos no es grave en sí, es importante que los pacientes reciban tratamiento con profesionales de la salud y adopten medidas de prevención.
Y aunque existen distintos motivos que podrían derivar en esta afección —tales como ciertas enfermedades, el uso de lentes de contacto o el consumo de algunos fármacos, entre otros— la causa más común es el mal funcionamiento de las glándulas de Meibomio.
Así lo aseguró a la BBC el oftalmólogo de la Universidad de Southampton en Reino Unido, Parwez Hossain, quien explicó que están en los párpados, se encargan de secretar los lípidos que componen la película lagrimal y previenen su evaporación.
Según afirmó, cuando estas presentan problemas de funcionamiento, “la capa lagrimal puede volverse inestable y desaparecer más rápido de lo esperado”.
Cuáles son los factores de riesgo y cómo prevenir
La Clínica Mayo detalla que los principales factores de riesgo que aumentan la posibilidad de enfrentar ojos secos son: tener más de 50 años (desde este rango etario el diagnóstico es más habitual), mantener una dieta con bajo contenido de vitamina A o ácidos grasos omega-3, usar lentes de contacto y tener antecedentes de cirugía refractiva.
Junto con ello, el padecimiento es más habitual en las mujeres. Según precisan, “especialmente si sufren cambios hormonales debido al embarazo, usan píldoras anticonceptivas o atraviesan la menopausia”.
El especialista de Southampton aseguró al citado medio que factores externos como la sequedad en el ambiente, el viento, el polvo, y la exposición excesiva a pantallas también pueden influir.
Sobre este último punto, dijo que se debe a que frente a los dispositivos se tiende a reducir el número de veces que se pestañea, acción que es fundamental para limpiar los ojos y redistribuir las lágrimas.
Además, enfatizó que al pestañear menos se acelera el proceso de evaporación de la capa lagrimal.
En cuanto a la prevención, desde la Clínica Mayo recomiendan:
- Evita que el aire te sople en los ojos
- Humedece el aire
- Considera usar gafas de sol envolventes u otra protección ocular
- Descansa los ojos durante tareas largas
- Ten en cuenta el ambiente
- Coloca la pantalla de la computadora por debajo del nivel de los ojos
- Deja de fumar y evita el humo
- Usa lágrimas artificiales regularmente
Los tratamientos médicos pueden incluir desde cambios en el estilo de vida hasta el uso de lágrimas artificiales o gotas para los ojos.
Cabe recordar que siempre es recomendable acudir a un profesional de la salud para evaluar tu caso y las mejores formas de abordarlo.