Hacer ejercicio puede ser un gran aliado para sobrellevar la rutina. Numerosas investigaciones han informado sobre los múltiples beneficios que el deporte tiene en nuestra salud, los cuales van desde reducir el riesgo de tener obesidad hasta disminuir la posibilidad de sufrir depresión, ansiedad, diabetes de tipo 2 y algunas variaciones del cáncer.
Pero a diferencia del conocido dicho popular que sostiene que “más es mejor”, dedicar demasiada energía a estas actividades podría traer consecuencias para tu organismo.
En palabras que el fisiólogo de la Clínica Mayo de Estados Unidos, Mark Pataky, dijo al Wall Street Journal, “el ejercicio puede ser perjudicial en volúmenes muy elevados”.
Tanto él como otros expertos no se refieren a que debas evitar el deporte, sino que todo lo contrario: es saludable hacerlo, pero la clave está en medir la intensidad con que se entrena y los tiempos que se ocupan para descansar.
Si bien, tales aspectos varían considerablemente según la edad, el sexo y el estado físico de cada persona, hay algunos puntos que son generales.
Uno de ellos es que ejercitar el cuerpo genera microdesgarros en los músculos y microfracturas en los huesos, lo que provoca una inflamación que posteriormente se repara, siempre y cuando se descanse lo suficiente.
A medida que ese proceso se repite, el organismo se adapta y va ganando más fuerza.
Es por esto que el doctor de la Universidad Estatal de Salem, Brett Ely, definió el ejercicio como “un trauma aplicado estratégicamente”.
Daños y precauciones que debes considerar si haces deporte en exceso
En conversación con el citado medio, el fisiólogo cardiovascular de la Universidad de Oregon, Christopher Minson, explicó que si se omiten los tiempos de descanso entre las rutinas, el sistema inmunitario sufre alteraciones, en las que “la adaptación desaparece y uno se descompone crónicamente”.
Aquello se traduce en síntomas como fatiga, irritabilidad, insomnio y fracturas por estrés, además de eventuales cambios en tu estado de ánimo y tu rendimiento.
Un estudio liderado por la Asociación Internacional de Ultrarunners reveló que entre 2010 y 2020, la participación en maratones de alta intensidad (más de 42 kilómetros) aumentó tres veces, por lo que la necesidad de informar sobre los riesgos de practicar deportes exigentes se ha vuelto inminente para los especialistas.
Una de las personas que hacía omisión a los tiempos de descanso era Kelsey Santisteban (28), una estudiante de la Universidad de California que solía practicar atletismo sin detención.
“Quería ir a tope todo el tiempo”, contó al Wall Street Journal. Y eso le trajo consecuencias, ya que tuvo cinco fracturas por estrés en ese periodo.
Para evitar esos casos, los expertos dijeron que una opción es añadir más días de entrenamiento suave, en vez de hacerlo en menos y de manera más intensa.
Asimismo, recalcaron que la sobrecarga puede afectar tanto a los deportistas empedernidos como a quienes no lo son, hasta el punto en que si se hacen actividades extremas sin tener las condiciones físicas —tales como subir una gran montaña en muy poco tiempo— , se pueden sufrir trastornos como rabdomiólisis (rabdo), en el que los músculos liberan sustancias en la sangre que podrían dañar el corazón y los riñones.
A esto se le suma que un estudio publicado en la revista académica Cell Metabolism concluyó que el ejercicio excesivo afecta al funcionamiento de las mitocondrias, lo que según uno de los autores, el científico Mikael Flockhart, podría explicar por qué se generan síntomas como la fatiga.
Las recomendaciones de los expertos
Para su investigación, Flockhart y su equipo reunieron a 11 personas y les pidieron que practicaran deportes de alta intensidad por un periodo de cuatro semanas, en distintos intervalos.
Durante el sondeo, notaron que los voluntarios soportaron 90 minutos de ejercicios de ese tipo a nivel semanal, mientras que cuando llegaron a los 152, se empezaban a ver daños.
Eso no solo significó que presentaran síntomas como los descritos anteriormente, sino que también sufrieron dificultades para que su organismo procesara el azúcar, debido a una disminución en la tolerancia a la glucosa.
Una vez que se tomaron los tiempos de descanso necesarios, vieron cómo sus cuerpos se recuperaban.
El doctor Pataky de la Clínica Mayo reiteró al Wall Street Journal que lo más importante para tener una rutina de ejercicios saludable, es medir cuáles son los límites de cada persona, ya que no existe una regla general.
Por ejemplo, un artículo publicado en el International Journal of Environmental Research and Public Health sugirió que las mujeres tienen más posibilidades que los hombres de enfrentar deficiencias de hierro cuando practican deporte, mientras que otro realizado por académicos de la Universidad de Alabama (Birmingham) determinó que los adultos mayores pueden sufrir complicaciones si entrenan intensamente tres veces por semana.
Bajo esta línea, tanto Pataky como los otros especialistas aseguraron que siempre es recomendable visitar a un médico para conocer cuáles son los límites adecuados para cada caso en particular.
Revisa acá un listado con recomendaciones para mantenerte en forma este verano, mientras que aquí hay una guía con alternativas para hacer ejercicio aunque no tengas la costumbre.