Durante la pandemia vivimos la explosión del streaming. El encierro nos volcó hacia el entretenimiento digital y de pronto Twitch y sus personalidades se convirtieron en compañeros de una audiencia que buscaba distraerse, armar comunidad y entretenerse con figuras dispuestas a pasar horas sentadas frente a una cámara para jugar videojuegos, ver series, películas o simplemente conversar.

Pero para llegar a ese estado, tuvo que pasar un buen tiempo. Fue en el año 2011 cuando TwitchTV aparece luego de que sus fundadores, la compañía JustinTV se dieran cuenta de que el nicho gamer estaba muy interesado en el mercado del streaming. Tres años más tarde, Twitch sería comprado por Amazon y hoy el sitio cuenta con más de 200 millones de usuarios y 7 millones de creadores de contenido, con eventos como “La Velada” de Ibai que han superado los 3 millones de visitas.

Pero este liderazgo en la industria, sobre todo desde que Amazon tomó las riendas, no ha quedado exento de problemas. Los usuarios, tanto quienes miran como quienes stremean se quejan de la gran cantidad de avisos que interrumpen las transmisiones de los usuarios gratuitos, quienes deben pagar una suscripción para poder eliminarlos. Además, la repartición de ganancias entre la plataforma y los generadores de contenido se ha ido reduciendo con el tiempo y es menor con respecto a lo que ofrecen rivales como YouTube o Facebook.

Elxokas es uno de los usuarios de habla hispana con más seguidores en Twitch

Y además, constantemente Twitch ha tenido problemas con lo que respecta a la moderación de su contenido, baneando a usuarios sin que sepan las razones y protegiendo a sus grandes figuras quienes, a pesar de romper los lineamientos de sus términos de uso, no son castigados por ello.

Así es como si se tratara de una respuesta directa de estos cuestionamientos es que el año 2022 se lanza una nueva plataforma de streaming llamada Kick. De logo verde chillón pero con fondo oscuro, Kick llegó a revolucionar las plataformas de streaming con una oferta demasiado buena como para rechazar: se trata de un clon de Twitch (de hecho arrienda los servicios de Amazon para operar) que no obliga a sus streamers a colocar publicidad, tiene una política de moderación mucho más laxa y quizás lo más importante para quienes viven o quieren vivir de la actividad, ofrecen una repartición de ganancias de 95% para el streamer y 5% para la plataforma.

Todo esto, sumado a la contratación de grandes nombres para estar allí de forma exclusiva como Amouranth, xQc, Coscu y varios más, han hecho que la comunidad le ponga el ojo, generando un crecimiento que si bien no ha llegado a niveles de Twitch, ha sido explosivo: en 69 días llegaron al millón de usuarios suscritos y en 7 meses a 10 millones, algo que a Twitch le tomó 5 años, tomando en consideración que hoy también el streaming es una actividad masiva y que Twitch tuvo que crecer siendo pionera del género.

¿Pero qué hay detrás de este verdadero ofertón de dinero que claramente no se ve rentable? Yo no sé mucho de negocios, pero quedarte solo con el 5% de las ganancias en una plataforma que además no tiene obligatorios es algo que dudosamente pueda mantenerse en el tiempo. Y sobre todo considerando que precisamente los costos de operación son los que han obligado a Twitch a crear nuevas reparticiones de ganancias y abrirse a que, por ejemplo, sus streams puedan ser replicados en otras plataformas.

La respuesta está en manos de dos empresarios australianos: Ed Craven y Bijan Tehrani, quienes se hicieron famosos y armaron su fortuna gracias a Stake, un casino virtual que tiene la gracia de poder operara no solo con divisas locales, sino que con más de 20 criptomonedas. Este criptocasino, que opera desde el paraíso fiscal de Curacao, ha generado ganancias monumentales. Solo el año pasado logró más de 2.600 millones de dólares para sus fundadores, quienes además han ido haciéndose conocidos a nivel global a través de patrocinios del mundo deportivo: aparecen en la camiseta del Everton de Reino Unido, peleas de la UFC e incluso son patrocinadores del equipo Alfa Romeo de la Fórmula 1 desde el 2023.

Son estas mismas personas las que decidieron lanzar Kick, aparentemente con la razón de ofrecer una alternativa menos estricta en regulación y con una mejor repartición de ganancias para intentar sumar la mayor cantidad de gente posible. Pero a pesar de querer mostrarse como un sitio para gamers, lo cierto es que no hacer el vínculo con Stake y el negocio de los casinos en línea es imposible.

Una de las principales razones por las que Twitch comenzó a eliminar usuarios de su plataforma es por la proliferación de transmisiones con personas apostando a través de casinos, lo cual no solo es ilegal en algunos países, sino que también es complejo debido a que el principal público de Twitch son adolescentes y jóvenes, quienes eran invitados por sus streamers a ingresar a sitios de apuesta usando códigos para ganar dinero fácil. Muchas veces se habló de que los sitios de apuestas generaban cuentas falsas con probabilidades de ganancia adulteradas para mostrarlos ganando dinero mucho más rápido y frecuentemente. Todo eso ya se acabó y a pesar de que aun es posible encontrar ese tipo de contenido, es uno de los que está prohibidos y puede causar la suspensión de tu cuenta.

Por supuesto que, siendo parte de un holding que está cimentado por un sitio de apuestas, en Kick este tipo de transmisiones no son ilegales, sino que, todo lo contrario. Durante mucho tiempo fue la categoría más popular de la página y al momento de escribir este texto, era la tercera categoría más popular de Kick, con un espacio destacado en su sitio y 85 mil espectadores de todo el mundo viendo a otros jugar a la ruleta, tragamonedas y el blackjack.

El modelo de negocio de Kick, entonces, es claro: en realidad no es un sitio que pretenda revolucionar el streaming, sino que, a través de su sistema de repartición de ganancias sin precedentes, llamar a la mayor cantidad de gente a que pruebe Kick, llevándose con ellos su audiencia y apostar a que gran parte de ellos terminará de alguna u otra manera interesado en apostar.

Otro dato: en los países en los que no es posible mostrar publicidad de sitios de apuestas, los logos de Stake son cambiados por el de Kick.

Y para poder atraer a la mayor cantidad posible de gente es que Kick es también tan laxa con sus reglas. Si bien la pornografía sigue siendo el límite, hay cuentas de Kick que retransmiten eventos deportivos sin permiso, series y películas directamente desde el servidor y más, sin mayores repercusiones. Algo que agradece el streamer quien siempre anda con temor de que bajen la cuenta que por años ha trabajado y al público que, por lo general, no va a rechazar un contenido que puede ver gratis.

El problema de esta falta de moderación en el contenido es que rápidamente Kick se ha convertido en una especie de tierra de nadie, con el cual con el afán de llamar la atención y sumar visitantes para obtener las ganancias del sitio, son capaces de hacer de todo, incluso contenido que podría estar fuera de la ley.

Les dije que la tercera categoría más vista era la de casinos, porque la primera y la segunda son IRL (una abreviación de En la vida real) y Solo Charlando, que son categorías que no tienen que ver con videojuegos, sino que con los streamers charlando frente a una cámara, hablando de su vida, dando opiniones o como mencioné anteriormente, retransmitiendo partidos.

Sin embargo la categoría más curiosa es la de IRL, ya que son transmisiones en movimiento, es decir, con una cámara que transmite la vida de los usuarios, ya sea en la calles, en una fiesta, en un viaje o en realidad, cualquier evento. Este formato no es exclusivo ni un invento de Twitch, pero en Kick al no existir herramientas de moderación, lo que hacen los usuarios para alcanzar la fama es de locos.

Hablamos de personas que generan altercados con el público para grabar peleas, usuarios que se graban haciendo desafíos de robar comida a transeúntes, lanzar gente al agua o incluso tomar el celular de un conductor de Uber y lanzarlo por la ventana. Como si se tratara del lejano Oeste, un stream de Kick no pareciera tener límites. Y por supuesto, sus estrellas más cotizadas son personas que han sido expulsadas de Twitch por su contenido y que ahora toman la posibilidad de estar frente a una cámara prácticamente sin restricciones.

Jack Doherty

“Defender la libertad de expresión” y “estar contra la cultura de la cancelación” son algunas de las banderas que levanta Kick para explicarse, mientras que es posible encontrar compilaciones de momentos terribles transmitidos por Kick en sitios como YouTube. Y si bien en febrero de este año hubo una actualización en los términos de uso del sitio luego de varias acusaciones de transmisiones con acosos sexuales tanto digitales como en vivo por parte de sus estrellas, la polémica hoy sigue siendo la manera de brillar en Kick.

Dos ejemplos recientes: Jack Doherty, un joven youtuber ahora volcado al mundo de Kick, hizo una transmisión en la cual se estaba grabando mientras manejaba su McLaren. Su camarógrafo captó como iba leyendo sus mensajes en momentos que debía estar con las manos en el volante, y eso sumado con una carretera lluviosa hizo que su auto se estrellara en vivo y en directo. Por supuesto que fue grabado cometiendo un delito, lo que le valió una suspensión por parte del sitio, pero claramente hizo todo lo que hizo porque sentía la libertad de que no pasaría nada al transmitirse así.

Y más recientemente, durante la realización de la TwitchCon, un evento donde se congregan creadores de contenido y fanáticos de la plataforma de Twitch para celebrar la cultura del stream, llegaron decenas de personalidades de Kick a realizar transmisiones en vivo molestando, acosando y haciendo pasar muy malos ratos a sus colegas. La reacción fue tan grande que Twitch tuvo que salir a explicar que en próximas ediciones habría más cuidado y uno de los fundadores de Kick también salió a defenderse, agradeciendo la acogida de Twitch a su comunidad, pero que lo que ocurrió fue solo obra de una minoría. Una minoría bastante bulliciosa por lo demás.

Lo cierto es que, haya sido o no simplemente una técnica para atraer a más gente a los sitios de apuestas, hoy con sus más de 20 millones de usuarios, Kick debe comenzar a tomar más en serio el valor de manejar una plataforma que puede afectar la vida de otras personas, no solo por su alcance, sino que por las acciones que sus usuarios realizan en el mundo real. Kick pareciera estar aun más interesada en crecer discriminadamente realizando, nuevamente, ofertas difíciles de rechazar, como implementar un sistema de pago semanal a sus creadores en lugar del pago mensual o que se realiza al llegar a cierta cantidad acumulada que tienen otras páginas.

Crecer con responsabilidad y madurar es clave para mantener la subsistencia de un servicio y cuando esos cambios lleguen, habrá que saber manejar a un grupo que llegó con la promesa de una libertad digital que en la manera con la que se construyen y financian los espacios digitales en el día de hoy, es prácticamente una utopía.