Desde hamburguesas con un sinfín de ingredientes hasta diferentes frituras y salsas de todos los sabores. Con el paso de los años, la oferta de alimentos ultraprocesados se ha vuelto cada vez más amplia, un factor que ha preocupado a los expertos en nutrición en torno a cuáles son los riesgos que estos significan para la salud.
Si bien, existen numerosos estudios que abordan esta temática, una reciente investigación publicada en Jama Network fue un paso más allá y analizó la relación entre la comida chatarra y el deterioro cognitivo. Para esto, reunieron una muestra de 10.755 personas en Brasil y compararon su bienestar mental según la cantidad de ultraprocesados que comieron en los últimos ocho años.
Al analizar los resultados, notaron que quienes tenían mayor ingesta de dichos productos, presentaron daños un 28% más acelerados en esta área, un fenómeno alimenticio que amenaza a territorios como Estados Unidos y Reino Unido, en donde el consumo es particularmente alto según los especialistas.
La relación entre la comida chatarra y el deterioro cognitivo
Frente a aquella investigación, el dietista de la Escuela de Medicina de la Universidad de Aston, Duane Mellor, enfatizó a Deutsche Welle que estos solo son “datos observacionales”, debido a que únicamente muestran una relación entre el deterioro y la ingesta de comida chatarra, pero no así las causas de alguno de estos padecimientos.
Según explicó el especialista al citado medio, factores como el consumo de alcohol, fumar tabaco, la ausencia de ejercicio físico, y la presencia de enfermedades cardiovasculares y metabólicas, también podrían ocupar un rol clave en el análisis de los resultados, aunque ninguno de estos fue incluido en el nuevo estudio.
En este sentido, profundizó en que los alimentos ricos en ingredientes como grasa, sal y azúcar, sean ultraprocesados o no, están directamente enlazados con problemas médicos como los dos últimos mencionados en el párrafo anterior, además de otros como la obesidad y distintos tipos de cáncer.
Ante las conclusiones de numerosas investigaciones que han advertido sobre los riesgos del consumo habitual de comida chatarra, Mellor recomendó optar por una dieta que reúna alimentos frescos que beneficien al organismo, tales como “vegetales, frutos secos, legumbres, semillas y frutas con cereales integrales”. Asimismo, aconsejó “moderar la cantidad de productos lácteos y carnes sin procesar”.
Si bien, sus sugerencias pueden ser útiles, cabe destacar que siempre es recomendable visitar a un médico especialista para evaluar el caso de cada persona.
