El dinero es uno de los elementos fundamentales para sobrevivir en la sociedad. A través de este, se puede acceder a ciertos bienes y servicios, los cuales prometen aumentar tu bienestar a lo largo de la rutina.
Sin embargo, ¿alguna vez te ha pasado que te esforzaste mucho en perseguir ganancias específicas y cuando al fin pudiste conseguirlas no te sentiste tan realizado como esperabas?
Tal escenario es común y muchas veces puede generar la clásica sensación de que “nunca es suficiente”.
De esa manera, se puede entrar en un espiral en el que se cree que a medida que se gane más dinero, habrá más satisfacción.
No obstante, aquello pareciera no cumplirse nunca. O al menos, no de forma permanente.
La especialista de la Harvard Business School y autora del libro MoneyZen: The Secret to Finding Your ‘Enough (Harper Business, 2023), Manisha Thakor, manifestó recientemente que “lo que destruye el alma, es que acabas teniendo una relación con el dinero, el trabajo, el éxito y los logros”, en vez de un vínculo sano con lo que te genera mayor un mayor bienestar personal.
Según explicó a CNBC, aquello puede ir en detrimento de lo que más valoras y de tu salud mental y física, debido a que ese mecanismo funciona bajo la siguiente fórmula: “Valor propio = Valor neto (en términos monetarios)”.
Esto último se traduce en la tendencia a pensar que mientras más dinero se gana, más felicidad o éxito personal se obtiene.
Y es precisamente esa carrera sin una aparente meta la que lleva a que las personas se sientan insatisfechas, a pesar de que hayan ganado dinero a través de su esfuerzo.
“En ausencia de bienestar emocional, el incremento de dinero por encima de lo necesario no aumenta la satisfacción vital”, precisó la experta.
Es por esto que sugirió otra fórmula que sí promete ayudarte a mejorar tu satisfacción de vida y su relación con el dinero: “Salud financiera + Riqueza emocional = Zen monetario”.
Pero, ¿qué significan estos conceptos?
Qué son la salud financiera y la riqueza emocional (y cómo crear esta última)
El primer término hace referencia a la capacidad para usar el dinero en cubrir necesidades básicas, como comprar alimentos, pagar un arriendo, tener un fondo para emergencias y ahorrar para la jubilación.
Thakor enfatizó que si bien esos objetivos son cruciales, cumplirlos no significa que automáticamente obtendrás satisfacción.
Es aquí cuando entra la segunda parte de la fórmula, la riqueza emocional.
Dicho concepto va más allá del dinero y alude principalmente a cultivar las actividades y experiencias que te aportan mayor felicidad.
Para identificarlas, la especialista de Harvard sugirió una estrategia: detenerse por unos momentos y pensar en qué harías y qué dejarías de hacer si tuvieses recursos ilimitados y muy poco tiempo.
Por supuesto, las respuestas pueden variar dependiendo de cada persona, pero Thakor aseguró que suelen incluir actos como pasar tiempo con los seres queridos, viajar, pasear por la naturaleza o leer.
Y si aún te resulta difícil encontrar cuáles son las actividades que te generan riqueza emocional, dijo que puedes preguntarte: “¿En qué momento de mi vida he sido más feliz? ¿Dónde me encontraba? ¿Qué estaba haciendo? ¿Qué actividades creativas realicé alguna vez que me aportaron alegría?”.
Tales respuestas pueden ayudarte a encontrar los puntos que te generan mayor satisfacción.
“Así es cómo se tiene una vida verdaderamente rica”, sentenció la experta.