Si se hace el ejercicio de elaborar un listado con los nombres más influyentes en el ámbito de la tecnología, es altamente probable que el de Steve Jobs sea uno de los primeros en ser mencionado.
A lo largo de su carrera, el cofundador y presidente ejecutivo de Apple trabajó en el desarrollo de artefactos tan aclamados como los computadores Mac, los reproductores iPod y los celulares iPhone, por solo mencionar algunos de los productos con la firma de la manzana.
Para muchos, su capacidad para innovar ha sido una inspiración para desarrollar nuevas herramientas que puedan contribuir a los seres humanos y las actividades del día a día.
En este sentido, los registros audiovisuales de sus discursos siguen siendo ampliamente reproducidos hasta la actualidad.
En uno que realizó el 15 de junio de 1983 en la Conferencia Internacional de Diseño en Aspen (Colorado), el oriundo de San Francisco (California) reflexionó sobre la capacidad que la tecnología tendría en el futuro para responder a las preguntas de los usuarios.
Jobs sugirió que aunque una persona puede leer un libro de Aristóteles para adquirir sus conocimientos de forma directa, no puede hacerle preguntas al autor y obtener una respuesta de este.
“Creo que si nos fijamos en los próximos 50 o 100 años, y si realmente creamos máquinas que puedan captar un espíritu subyacente, un conjunto de principios o una forma de ver el mundo, luego cuando el próximo Aristóteles venga por aquí, quizás si lleva una de estas máquinas con él o ella toda su vida (...) tal vez un día, después de que la persona esté muerta y se haya ido, podamos preguntarle a esta máquina: ‘¿Qué habría dicho Aristóteles? ¿Qué te parece esto?’. Quizás no obtengamos la respuesta correcta, o quizá sí”, planteó en esa oportunidad.
Cabe destacar que en ese momento todavía no había estrenado su primera Macintosh, ya que esta llegó al mercado un año más tarde, en 1984.
Cuál es la predicción que hizo Steve Jobs y que vivimos en estos días
Las palabras de Steve Jobs han sido interpretadas por muchos como una visión previa a lo que posteriormente serían los acelerados avances de la inteligencia artificial (IA) generativa y los chatbots.
Dicha área es una de las que se ha desarrollado más rápidamente durante los últimos años y hoy existen múltiples sistemas que permiten elaborar desde textos e imágenes hasta música y videos.
Esto a partir de las directrices que entregan los mismos usuarios.
La ejecutiva de negocios y especialista en tecnología, Sol Rashidi, se refirió a otro discurso que dio Jobs en la década de los 80 y sugirió que el cofundador de Apple “predijo ChatGPT en 1985″.
En una publicación que hizo en su cuenta de LinkedIn, la también autora del libro Your AI Survival Guide: Scraped Knees, Bruised Elbows, and Lessons Learned from Real-World AI Deployments (Wiley, 2024) escribió que en ese momento él “imaginó una idea revolucionaria: capturar la sabiduría de grandes pensadores como Aristóteles y hacerla accesible a través de la tecnología”.
“Como la mayoría de ustedes sabe, Steve Jobs admiraba a Aristóteles, y estaba realmente impresionado con la forma en que sus enseñanzas se han conservado durante siglos, permitiendo que las generaciones aprendan de su sabiduría. Sin embargo, lo que Steve Jobs soñaba era un futuro en el que pudiera interactuar con el conocimiento de grandes mentores y mentes, haciendo preguntas y recibiendo respuestas como si aún estuvieran vivos”.
Bajo esa línea, Rashidi enfatizó que los avances actuales de la IA han permitido que sus aspiraciones hayan “cobrado vida, acercándonos a esta visión”.
Pero ChatGPT es solo uno de los sistemas de IA generativa que han ganado notoriedad entre los usuarios, independiente de si son aficionados o expertos en el ámbito de la tecnología.
De hecho, dicho programa es apenas uno de los productos —sin duda, el más popular— de OpenAI, empresa con sede central en San Francisco, Estados Unidos.
La firma dirigida por Sam Altman también es la responsable de otros sistemas de IA como el generador de imágenes DALL-E y el proyecto Sora.
Este último, a grandes rasgos, promete crear videos con un alto nivel de detalle, ya sea con estéticas de carácter realista o basadas en la ciencia ficción o, incluso, en los dibujos animados.
No obstante, hasta inicios de agosto de 2024, Sora todavía se encuentra en un periodo de prueba para evaluar los límites, potenciales fallas y riesgos que pueda presentar.
Y si bien, la IA generativa puede ser de gran utilidad para realizar múltiples actividades que de otra manera requerirían de más tiempo y esfuerzos, numerosos especialistas han advertido que esta también puede cometer errores.
Por lo tanto, no se puede asumir que todo lo que afirma un contenido elaborado por esta tecnología es cierto o se condice con la realidad.
A esto se le suma que los mismos gigantes tecnológicos son conscientes de que la IA puede supone ciertos riesgos.
Incluso, en el marco de la Conferencia de Seguridad de Múnich (MSC, por sus siglas en inglés) celebrada en febrero de 2024, una veintena de empresas se comprometieron a tomar medidas para evitar que el mal uso de la IA pueda afectar en las elecciones de distintas partes del mundo.
Entre las compañías que firmaron se encontraron algunas como Google, Meta, Microsoft, TikTok, Amazon, X, Adobe, IBM y la misma OpenAI.
Tras dicho anuncio, el presidente de la MSC, Christoph Heusgen, manifestó que el foro se enorgullecía de “ofrecer una plataforma para que las empresas tomen medidas para controlar las amenazas que emanan de la IA y al mismo tiempo la empleen a favor del bien democrático”.