Hace poco más de un mes, la ciudad de Moscow en Idaho, Estados Unidos, fue la sede de uno de los crímenes más inquietantes de las últimas décadas: una masacre que terminó con las muertes de cuatro estudiantes de la Universidad de Idaho, quienes vivían en una casa, a solo una cuadra del campus.

Aquello no solo ha llamado la atención de la ciudadanía porque hace siete años no ocurría un homicidio en el sector, sino que también, porque hasta el momento la policía no ha logrado detener a ningún sospechoso. Mientras tanto, muchos de los alumnos de la institución huyen del territorio hacia sus tierras de origen, ante el miedo de que el o los asesinos puedan estar camuflándose entre ellos.

Casa de las estudiantes en Idaho. Foto: Lindsey Wasson / Reuters.

Este atentado que acabó con las vidas de Kaylee Goncalves (21), Madison Mogen (21), Xana Kernodle (20) y Ethan Chapin (20), novio de esta última, todavía está rodeado de una serie de misterios, los cuales se van haciendo más complejos a medida que las autoridades avanzan en sus investigaciones.

Un atentado silencioso en Estados Unidos

Todo transcurría con normalidad en la casa número 1122 de la calle King, en la ciudad de Moscow. En aquella residencia gris de tres pisos y 213 metros cuadrados, vivía un grupo de amigas que asistían a la Universidad de Idaho.

Dos de ellas, Dylan Mortensen y Bethany Funke, dormían en sus respectivas piezas de la primera planta; Xana Kernodle ocupaba la segunda y regularmente la acompañaba su novio Ethan Chapin durante las noches; la tercera era usada por Kaylee Goncalves y Madison Mogen, compañeras inseparables que tenían una fuerte amistad desde su infancia.

Tres de ellas y el joven fueron encontrados muertos el domingo 13 de noviembre, tras recibir numerosas puñaladas alrededor del cuerpo, mientras que solo dos se salvaron.

Pero antes de que se conocieran los hechos y de que la policía encontrara los cadáveres ensangrentados, ocurrieron una serie de sucesos que han complicado las investigaciones y que han generado que los habitantes de la ciudad esbocen diversas teorías sobre quién o quiénes podrían ser los autores del crimen.

Ese fin de semana, cada una armó sus propios planes. Según informaciones reunidas por Infobae, Dylan y Bethany se fueron de fiesta a distintos lugares y llegaron a la casa individualmente en la madrugada del domingo 13, cerca de las 1:00. Al poco tiempo después, a las 1:45, llegó a dormir la pareja de Xana y Ethan, quienes estaban en otro evento social. Por su parte, Kaylee y Madison arribaron a las 1:56 después de salir a un bar en el centro de Moscow, por lo que fueron las últimas en entrar a la casa.

Dylan, Madison sobre los hombros de Kaylee, Ethan, Xana, y Bethany. Foto: Instagram.

Las cámaras de seguridad revisadas por la policía mostraron que cuando las dos últimas salieron del local, se dirigieron con otros amigos hacia un food truck, para así comer pastas antes de retirarse. Tras estar ahí, se encontraron con un sujeto con el que Madison tuvo una discusión. Unos registros de audio revelaron posteriormente que cuando su amiga le preguntó que le había dicho a “Adam”, ella respondió que le dijo “de todo”.

A pesar de que aquel evento podría estar relacionado al asesinato, todavía no se sabe con seguridad quién es Adam ni cómo lo conoció, aunque sí se estima que podría haber sido un presunto acosador que se habría acercado a Kaylee con anterioridad. De hecho, se especula que ese sería el motivo de por qué ellas dos siempre estaban juntas, para así protegerse ante cualquier eventualidad. Pero lamentablemente, aquello no fue suficiente en la madrugada del domingo 13.

En la escena del crimen

Durante la mañana de ese día, Dylan y Bethany, junto a otros amigos que habían llamado, se comunicaron con la policía para decirles que una de sus compañeras se había “desmayado” en la casa. Pero cuando los agentes llegaron al lugar, la realidad era muy distinta: las paredes estaban teñidas con la sangre de Xana y Ethan en el segundo piso, mientras que en el tercero se repetía la escena con Kaylee y Madison.

Junto con ello, numerosos vecinos y estudiantes universitarios se asomaban desde el jardín para ver qué era lo que ocurría, ya que presumían que no se trataba de un simple desmayo.

Hasta la fecha, se desconoce públicamente por qué las únicas dos sobrevivientes dijeron eso a la policía, mientras que el hecho de que nadie haya confirmado haber visto o escuchado los ataques, también llama la atención de las autoridades y la comunidad.

De hecho, Dylan y Bethany dijeron que no se percataron de lo que ocurrió, debido a que estaban durmiendo, mientras que los peritajes mostraron que las víctimas tenían rastros de aparentemente haber luchado para sobrevivir, antes ser ser apuñaladas: Kaylee y Madison en la cama del cuarto de esta última, y Xana y Ethan en la pieza de la joven.

Ethan y Xana (a la izquierda) y Madison y Kaylee (a la derecha). Fotos: Instagram.

Lo que sí se registró según Infobae, fue que entre las 2:26 y las 2:52, Kaylee llamó a su ex novio Jack DuCouer siete veces seguidas y que Madison también lo hizo en tres oportunidades más. De esas nueve ocasiones, él no contestó ninguna, ya que aseguró haber estado dormido.

Al mismo tiempo, se especula que el o los asesinos entraron a la vivienda por la puerta de la cocina del segundo piso, aunque la policía no ha emitido declaraciones con mayores detalles al respecto, un factor que genera aún más preocupación en la ciudad de Moscow.

Casa de las estudiantes en Idaho. Foto: Lindsey Wasson / Reuters.

También se evidenció la presencia de un auto blanco, un misterioso sedán Hyundai Elantra fabricado entre 2011 y 2013, el cual transitó sospechosamente por el sector durante esa madrugada, con más de una persona en su interior. Pero hasta el momento, tampoco se conoce su paradero ni a quién pertenece.

Asimismo, sobresale la teoría de que el desconocido acosador de Kaylee pueda estar relacionado a los hechos del domingo 13 de noviembre, aunque no se han encontrado pruebas concretas que lo unan con la escena del crimen.

Un misterio por resolver

Frente a tales incógnitas, las incoherencias entre los relatos y al hecho de que todavía no hayan detenidos por sospecha ni rastros de la o las armas utilizadas, las autoridades del estado de Idaho sumaron a 20 investigadores, 15 policías y otros expertos para que se unieran a los 4 detectives y 24 agentes de la ciudad. Asimismo, el FBI adhirió a 22 investigadores, 20 agentes y dos especialistas en conductas criminales, quienes se dedican de lleno a analizar el caso para encontrar a los autores del crimen.

Por su parte, los estudiantes de la universidad se han organizado a través de redes sociales para crear un espacio dedicado a recibir posibles pistas para la investigación. Según Infobae, solo hasta el 5 de diciembre recibieron más de 2.640 correos electrónicos, además de 2.770 llamadas telefónicas.

Estudiantes de la Universidad de Idaho. Foto: Lindsey Wasson / Reuters.

Y a pesar de que en un inicio el jefe departamental de la zona, James Fry, aseguró que estos incidentes no representaban “una amenaza inminente para la comunidad”, posteriormente debió retractarse en una conferencia de prensa, en la que enfatizó en que “no podemos afirmar que no haya riesgos”.

Hoy, a más de un mes del atentado, los cerca de 26.000 habitantes de Moscow siguen preocupados por la falta de certezas sobre la masacre. De esa cifra, aproximadamente 11.000 son alumnos que llegan para estudiar en la universidad, pero muchos de ellos están volviendo a sus ciudades natales para sentirse seguros, mientras que otros han optado por portar armas para protegerse.

Recuerdo a los fallecidos. Foto: Lindsey Wasson / Reuters.

La vida nocturna también ha cambiado, los bares, restaurantes y tiendas cierran más temprano y todos viven bajo las sospechas de que el o los agresores podrían estar escondiéndose entre ellos, simulando vivir una pesadilla por las muertes de los jóvenes para pasar desapercibidos.

Los funerales de Kaylee Goncalves, Madison Mogen, Xana Kernodle y Ethan Chapin serán este 30 de diciembre, mientras que la policía continúa en medio de una investigación que sigue generando dudas, sin mayores conclusiones.