Durante la jornada de este jueves, la familia de Lisa Marie Presley, la única hija del rey del rock & roll, Elvis Presley, confirmó que murió a sus 54 años en un hospital de Los Ángeles, California, luego de sufrir un paro cardíaco.
Su muerte no solo generó conmoción en el mundo del espectáculo porque era la descendiente directa del autor de “Can’t Help Falling In Love”, sino que también, porque construyó su propia carrera en la industria musical.
En ella, publicó un total de tres álbumes de estudio. El primero, titulado To Whom it May Concern (2003), se posicionó rápidamente como un éxito comercial en el quinto puesto de la lista Billboard de Estados Unidos, mientras que además de lanzar los siguientes Now What (2005) y Storm & Grace (2012), cantó una canción para la banda sonora de la serie de zombis The Walking Dead, “People”, la cual hoy es una de las más recordadas por sus fanáticos.
Pero a pesar de que su nombre es más que reconocido en todo el mundo, Presley tuvo una vida difícil, en la que tuvo que lidiar con una intensa adicción a las drogas, el quiebre de cuatro matrimonios fallidos y la muerte de uno de sus hijos, quien se suicidó a los 27 años.
Lisa Marie Presley: la trágica vida de la única hija del rey del rock & roll
Uno de sus recuerdos más oscuros fue el 16 de agosto de 1977, cuando tenía solo nueve años. Ese día, se asomó por las afueras del baño de la mansión de su padre, ubicada en la ciudad de Memphis, Tennessee. Solo cuatro años antes, él y su madre se habían divorciado.
Al mirar hacia adentro, entró en un estado de shock: lo vio tirado en el piso, completamente inmóvil, debido a que un ataque al corazón le había causado la muerte.
Tal experiencia marcó sus vivencias posteriores.
Ya de adulta, empezó una fuerte adicción al consumo de drogas, concretamente a los tranquilizantes y los opiáceos, hasta el punto en que tuvo una recaída en 2019, frente a la cual su madre, Priscilla Presley, incluso le pidió a miembros de la cienciología —un culto que ha sido ampliamente criticado— que la ayudaran a superar su dependencia a las sustancias.
Asimismo, pasó por un total de cuatro matrimonios.
El primero de ellos fue con Danny Keough, con quien estuvo entre 1988 y 1994, periodo en el que tuvieron dos hijos: la actriz y modelo Riley Keough y el músico emergente Benjamin Keough, quien quería seguir los pasos de su abuelo.
Este último protagonizó uno de los dolores más grandes de su vida, debido a que en julio de 2020, a sus 27 años, atentó contra su vida, un acto final que dejó a Presley devastada y que siguió recordando en la posteridad.
“Hace varios años, en el día de la madre, mi hijo y yo nos hicimos estos tatuajes a juego en nuestros pies. Es un nudo celta de la eternidad. Simbolizando que estaremos conectados eternamente. Lo elegimos cuidadosamente para representar nuestro amor eterno y nuestro vínculo eterno”, escribió en una publicación de Instagram en julio del año pasado, en la que mostró el diseño que se tatuaron ambos.
Una serie de matrimonios fallidos
Tras terminar con Keough a mediados de 1994, tuvo un fugaz y extraño matrimonio con el rey del pop, Michael Jackson, el cual solo duró 20 meses y despertó una serie de críticas, debido a que algunas personas acusaban que su unión era una pantalla para cambiar la imagen del artista, tras las acusaciones de abuso sexual de menores en su contra.
Y a pesar de que se divorciaron en 1996, en 2002 se casó con el actor estadounidense Nicolas Cage, conocido por protagonizar cintas como Adiós a Las Vegas (1995), aunque solo duraron tres meses juntos.
“Están locamente enamorados, pero la relación era complicada. Ambos tienen muchas cosas alrededor de su vida. El desafío era ver si podían llegar a una mezcla perfecta”, detalló en esa época un amigo de la pareja, según declaraciones reunidas por la revista ¡Hola!
Cuatro años más tarde, en 2006, tuvo su último matrimonio antes de morir este jueves.
Aquella unión fue con el productor musical Michael Lockwood —conocido por trabajar con ella y con la artista pop Fiona Apple—, con quien tuvo dos mellizas.
Y si bien, con él duró más que con Jackson o Cage, su unión llegó a su fin una década después, en 2016, debido a que en palabras de ellos durante esa época, hubo “diferencias irreconciliables”.