La llegada de la pandemia y la implementación del trabajo a distancia trajo consigo una serie de consecuencias. Si bien, esta modalidad permite una mayor flexibilidad en los horarios, también implica que los límites entre los espacios y los períodos para descansar sean difusos, una situación que ha afectado directamente a la salud mental de los empleados y estudiantes, tanto en Chile como en el mundo.
Según una investigación publicada en Harvard Business Review, cada vez son más las personas que dedican su tiempo libre a atender temas laborales o académicos, lo cual afectaría negativamente en la “motivación intrínseca” con la que hacen sus tareas y, por lo tanto, en los resultados que obtienen.
En este sentido, las expertas en economía del citado medio, Laura M. Giurge y Kaitlin Woolley, explicaron que tal concepto podría describirse como la satisfacción que sientes al hacer actividades que te parecen “interesantes, agradables y significativas”.
Entonces, si no estás conforme con tus tiempos de trabajo, ¿cómo puedes ser eficaz en lo que realizas? Ante este escenario, compartieron las claves para que puedas enfrentarlo sin caer en el intento.
Los efectos de trabajar en tu tiempo libre
Para su investigación, las especialistas reunieron a un grupo de 1.298 empleados estadounidenses, a quienes les consultaron si trabajan solo durante la semana o si también lo hacían sábados y domingos. Al analizar los resultados, notaron que quienes lo hacían por más de sus horas establecidas, también presentaron menor motivación intrínseca para cumplir con sus labores.
Junto con ello, realizaron cuatro experimentos adicionales únicamente con personas que aseguraron trabajar en su tiempo libre y con estudiantes que dijeron repasar materias durante sus vacaciones. En palabras de las investigadoras, “en todos los estudios, descubrimos que hacerlo durante el tiempo libre reducía la motivación intrínseca”.
Incluso, en uno de ellos se acercaron a los alumnos que revisaban contenidos en la biblioteca de su universidad, durante un feriado en Estados Unidos. Una vez ahí, les recordaron que “hoy es el 17 de febrero, el Día del Presidente”, una aseveración que según su análisis, hizo que percibieran sus materias académicas como “menos atractivas”, al enterarse de que otras personas estaban descansando y ellos no.
Dicho de otra manera, “se sentían menos motivados intrínsecamente para estudiar”.
Cómo enfrentar esta situación y el rol de los empleadores
A pesar de que usualmente se consideran los días de lunes a viernes como el periodo para atender compromisos y responsabilidades, esto también varía según la jornada de cada persona. Es por esto que las expertas del citado medio destacaron la necesidad de clasificar el tiempo en dos categorías: de trabajo y de placer, dependiendo de las rutinas personales.
Si bien, la mayoría de los psicólogos recomiendan respetar los horarios designados para resguardar la salud mental, hay ocasiones excepcionales en donde la necesidad de contestar el teléfono o responder un correo electrónico puede ser impostergable, debido a una emergencia.
Frente a tales casos particulares, Giurge y Woolley compartieron una estrategia para operar sin disminuir la motivación intrínseca: “volver a etiquetar el tiempo libre como ‘tiempo de trabajo’”.
Aquello dio resultados positivos cuando la probaron en dos grupos de empleados. A uno le dijeron que “la gente suele utilizar los fines de semana para ponerse al día o seguir adelante” y al otro le comentaron que “la gente suele utilizar los fines de semana para relajarse y tomarse un descanso”.
Al terminar, notaron que los de la primera muestra se sentían “más interesados y comprometidos con sus objetivos, porque pensaban en el tiempo como ‘tiempo para trabajar’”, a diferencia de los otros, quienes se lamentaban por no estar descansando en esos momentos.
“Si tiene que hacerlo durante el tiempo libre, trate de reformularlo mentalmente como ‘tiempo de trabajo’ para ayudarlo a mantener su motivación”, manifestaron las especialistas, para luego enfatizar en que los jefes también tienen que preocuparse de que sus empleados no lo hagan en exceso, ya que sus datos sugieren que hacerlo podría “debilitar la motivación intrínseca y, por lo tanto, reducir el esfuerzo”.