Fue el pasado martes 17 de septiembre, alrededor de las 15:30 (hora local), cuando miles de beepers utilizados por militantes de Hezbolá explotaron de forma casi simultánea en distintas partes de Líbano.

El ataque dejó unos 2.800 heridos, según reportaron las autoridades locales, mientras que se registraron al menos 12 muertos.

Desde el grupo militante culparon a Israel de estar detrás del suceso.

Sin embargo, desde la oficina del primer ministro Benjamín Netanyahu no han negado ni confirmado haber sido los responsables del operativo.

“Este enemigo traidor y criminal recibirá sin duda su justo castigo por esta agresión pecaminosa, lo espere o no”, advirtió Hezbolá en un comunicado, en el que acusaron a Israel de ser “plenamente responsable de esta agresión criminal que también tuvo como objetivo a civiles”.

La jornada siguiente, el miércoles 18 de septiembre, hubo una segunda ronda de explosiones que mató al menos a 20 personas e hirió a unas 450, la cual aseguran que también incluyó radios y dispositivos de análisis de huellas dactilares.

Todo esto ocurre en medio de un escenario en el que las tropas israelíes y las fuerzas de Hezbolá se han enfrentado constantemente en la frontera de Líbano, desde que Hamás realizó su ataque sorpresivo contra Israel el pasado 7 de octubre de 2023.

Este último acontecimiento también llevó a que el ejército israelí desarolle ataques permanentes en la Franja de Gaza.

Las conversaciones para llegar a un acuerdo y detener los combates no han presentado avances y, más bien, la situación se ha intensificado.

Respecto a lo ocurrido en Líbano, los beepers (también conocidos como buscapersonas o pagers) son unos dispositivos inalámbricos que permiten enviar y recibir mensajes.

A pesar de que con el tiempo han sido reemplazados por los teléfonos celulares, todavía hay organizaciones que los ocupan. Una de ellas es Hezbolá.

Según informaciones rescatadas por el Wall Street Journal, los aparatos en cuestión eran parte de un envío que el grupo había recibido recientemente.

Y a pesar de que las fuerzas israelíes cuentan con sofisticados métodos para espiar y rastrear a los miembros de organizaciones opositoras como Hamás y Hezbolá, el ataque del que se les acusa ahora tiene una magnitud y un alcance sin precedentes.

Las teorías sobre las explosiones de los beepers en Líbano. Foto: beepers expuestos en una sala de reuniones de Gold Apollo, Taiwán, el 18 de septiembre de 2024.

Por qué explotaron los beepers de Hezbolá en Líbano

La subdirectora del Programa de Seguridad Internacional del Center for Strategic and International Studies (CSIS), Emily Harding, planteó al Washington Post que es probable que los agentes israelíes hayan interceptado los beepers en algún lugar de la cadena de suministro, antes de que los militantes de Hezbolá los recibieran.

De esta manera, se presume que pudieron haberlos manipulado para que explotaran, agregó la representante del grupo de expertos con sede en Estados Unidos.

Dicha teoría coincide con el análisis de otros especialistas.

El director de la empresa de investigación de armas Armament Research Services, N.R. Jenzen-Jones, comentó en su cuenta de X (ex Twitter) que los videos que ha visto sugieren que “se integraron dispositivos explosivos” en los beepers.

La escala plantea un ataque complejo a la cadena de suministro, en lugar de un escenario en el que los dispositivos fueron interceptados y modificados en tránsito”, aseguró en un post de la red social.

El presidente del grupo de expertos en seguridad nacional Silverado Policy Acelerator, Dmitri Alperovitch, afirmó al citado medio que “este parece ser quizás el ataque a la cadena de suministro física más extenso de la historia”.

El especialista del Middle East Institute (MEI), Charles Lister, dijo en una publicación de X que “al observar el video, se puede ver que esto fue más que simplemente forzar la activación de baterías de litio”.

“Es casi seguro que junto a la batería se ocultaba un pequeño explosivo plástico para detonarlo a distancia”, enfatizó.

Lister también cree que el Mossad, el servicio de inteligencia exterior israelí, “se infiltró en la cadena de suministro”.

De la misma manera, el experto en seguridad y exanalista de la CIA, Mike DiMino, escribió en X que lo ocurrido en Líbano fue un “trabajo de inteligencia en su máxima expresión”.

“Ya fuera haciéndose pasar por un proveedor o incorporando los equipos manipulados directamente en la cadena logística de Hezbolá a través de sus puntos de vulnerabilidad (quizás un camión de transporte o un buque comercial), lograron distribuirlos dentro de la organización”.

DiMino además destacó que “una operación de esta envergadura requiere meses, sino años, para orquestarse adecuadamente”.

Las teorías sobre las explosiones de los beepers en Líbano. Foto: afueras de un centro de asistencia médica en Beirut, Líbano, el 17 de septiembre 2024.

Qué se sabe del origen de los dispositivos

Algunos registros fotográficos que se han tomado de los aparatos que explotaron muestran la palabra “Gold” y el número de modelo “AR-9″.

Una revisión del Post asegura que el diseño que se ve en las imágenes coincide con el de los beepers “AR-924″ producidos por Gold Apollo Co., una empresa con sede en Taiwán que se dedica a la fabricación de estos dispositivos.

Desde la firma compartieron un comunicado el miércoles 18 de septiembre, en el que aseguraron que no fabricaron los modelos que se sugiere que se utilizaron en el ataque.

Afirmaron que fueron “manejados íntegramente” por una compañía llamada BAC en Budapest, la cual está autorizada a utilizar la marca registrada de Gold Apollo en algunas regiones.

El Ministerio de Economía de Taiwán compartió un comunicado en el que confirmaron que se tomó contacto con la empresa de su país, la cual “cuestionó si el producto era realmente suyo después de revisar los informes y las imágenes de los medios, y juzgaron que el buscapersonas podría haber sido manipulado después de ser exportado”.

Los datos compartidos por el organismo oficial detallan que Gold Apollo exportó unos 260.000 beepers desde 2022 hasta agosto de 2024.

De ese número, unos 41.000 corresponden a este último año.

Según el ministerio taiwanés, la mayoría se exportaron a Europa y Estados Unidos, mientras que no hay registros de exportaciones directas a Líbano.

Sin embargo, precisaron expertos en este ámbito al citado medio, aquello no descarta que se hayan realizado envíos a través de una empresa de terceros.

Los militantes de Hezbolá recurrieron a los beepers para comunicarse en los últimos meses, debido a que temían que las fuerzas israelíes pudieran localizar a sus combatientes a través de sus teléfonos celulares, informó la agencia Reuters en julio.

En este sentido, Harding precisó al Post que estos aparatos no suelen tener cámaras ni micrófonos, por lo que prometen ser útiles para evitar riesgos en cuanto a vigilancia.

Entre los componentes de estos dispositivos se encuentran las baterías de iones de litio, las cuales pueden explotar o incendiarse si se calientan demasiado o entran en contacto directo con ciertos metales, explicaron especialistas al citado periódico estadounidense.

No obstante, al igual que Lister, hicieron hincapié en que es poco probable que estas hayan causado las explosiones que se vieron en Líbano.

El experto principal del Meier Fire Investigation, Richard Meier, dijo que tienen el tamaño similar al de una batería AA tradicional y que, si se sobrecalientan, pueden alcanzar los 2.000 grados Fahrenheit.

Comentó que los beepers usualmente son diseñados para ventilar y controlar su temperatura, para así evitar consecuencias o accidentes.

También hay algunos que dependen de un software interno para manejar su calor, por lo que según Meier, es posible intervenir estos aparatos para que se sobrecalienten y finalmente exploten.

El punto está en que las explosiones que se vieron en Líbano fueron instantáneas, según muestran los registros.

En ciertas ocasiones, las baterías de litio sobrecalentadas pueden explotar, pero hay casos en los que se incendian o reaccionan con la descomposición de materiales del dispositivo.

El experto en seguridad y vicepresidente de investigación y desarrollo de Hunter Strategy, Jake Williams, enfatizó al Post: “He visto suficientes incendios de baterías de litio para saber que lo que vemos en los videos publicados no es coherente con un incendio de batería”.

“La electroquímica de las baterías baratas simplemente no permite detonarlas todas en un período de tiempo muy corto como se observó”, agregó.

Williams concuerda con los otros especialistas en que lo más probable es que efectivamente se haya colocado material explosivo dentro de los beepers.