Es habitual que en las redes sociales se encuentre una amplia cantidad de videos que sugieren recomendaciones acerca de consejos y hábitos para mejorar la salud o cuidar la alimentación.
Sin embargo, tales sugerencias no necesariamente son validadas por médicos o cuentan con el respaldo científico necesario para asegurar beneficios.
Dentro de los tópicos que se abordan en la Internet, se encuentran los suplementos de magnesio y sus efectos.
Frente a esta temática que puede generar dudas, la doctora y académica de la Facultad de Medicina de Harvard, Trisha Pasricha, escribió una columna para el Washington Post en la que se refirió al consumo de este suplemento.
Según anticipó la gastroenteróloga, “hay pocas circunstancias claras en las que la suplementación con magnesio esté justificada”, por lo que “es difícil para una médico como yo darle un sello de aprobación incondicional”.
No obstante, Pasricha destacó que sí hay “una alternativa que puedo respaldar gustosamente”.
Se trata de comer más alimentos ricos en magnesio, lo que promete ayudarte a obtener sus mismos beneficios.
Aún así, la especialista dijo que hay distintos factores que se deben considerar en cuanto a la ingesta de suplementos como el magnesio.
Cuáles son los efectos del magnesio en el organismo y quienes pueden tomar suplementos
La doctora Pasricha escribió en su columna que el magnesio “es un ion esencial que contienen todas las células de nuestro cuerpo” y que cumple un rol clave en funciones como el metabolismo, la fijación de hormonas y el transporte a través de las membranas celulares.
En este sentido, Pasricha recalcó que “la cuestión se complica cuando personas relativamente sanas empiezan a tomar suplementos de magnesio”.
Aquello se debe a que un exceso podría generar efectos de toxicidad, aunque no deberían presentarse problemas si se consume en niveles menores, es decir, menos de 350 mg por día, según precisó la doctora.
Pese a lo anterior, advirtió que eso tampoco significa que necesariamente pueda ser beneficioso en todos los casos, incluso aunque sea en tamaños reducidos.
Es por esto que recomendó conversar con un médico para evaluar si el consumo de estos suplementos puede generar beneficios para la persona.
“Las personas con enfermedad renal pueden tener más dificultades para eliminar el exceso de magnesio tomado como suplemento. Los signos de una sobredosis de magnesio incluyen hipotensión, falta de reflejos y cambios en el ritmo cardíaco”, alertó en su nota para el citado medio.
Pero a pesar de tales alcances, dijo que en ciertos casos pueden —o podrían, debido a que faltan más estudios— presentar puntos positivos ante ciertas complicaciones.
Entre ellos se encuentran el estreñimiento leve, la preeclampsia, las migrañas, los trastornos del estado de ánimo, la glucemia elevada y la hipertensión arterial.
Asimismo, dijo que “otras áreas en las que hay aún menos pruebas a favor de los suplementos de magnesio son el insomnio, los calambres en las piernas y la demencia”, aunque destacó que la evidencia científica “no es tan sólida”.
Qué alimentos son ricos en magnesio
La médico de Harvard detalló que los hombres adultos deben consumir entre 400 y 420 mg diarios, mientras que en las mujeres esos números se reducen a 310 y 320 mg al día.
Algunos alimentos en los que puede encontrarse el mangesio son las verduras de hoja verde (como las espinacas), las semillas y frutos secos, la palta, el chocolate negro, los pescados grasos, las legumbres y los cereales integrales.
“Estos suelen tener un montón de beneficios para la salud bien establecidos que compensarían tomar pastillas de magnesio”, subrayó Pasricha, además de afirmar que “abundan en la dieta mediterránea”.
Respecto a los niveles de este en la sangre, dijo que cuando estos son considerablemente bajos se asocian con complicaciones que van desde ritmos cardíacos anormales hasta una muerte súbita cardiaca.
“Pero una ingesta deficiente de magnesio en la dieta no se traduce necesariamente en unos niveles sanguíneos pésimos. Nuestros riñones hacen un trabajo fantástico al recoger y guardar los minerales que necesitamos y excretar los que no necesitamos”, agregó en su columna para el Post.
A raíz de aquello, la gastroenteróloga enumeró algunos escenarios que sí podrían combatirse con suplementos. Por supuesto, dependiendo de cada caso y bajo la supervisión de un médico.
Ahí están la enfermedad celíaca, la de Crohn, el consumo crónico de alcohol, la resistencia a la insulina, diabetes de tipo 2, algunos medicamentos diuréticos y ciertos inhibidores de la bomba de protones (si se toman de forma sostenida en el tiempo).
Bajo esta línea, Pasricha sentenció que si una persona necesita consumir más magnesio, lo ideal es que empiece con pequeños cambios en los hábitos de alimentación, tales como “añadir espinacas a tu próximo plato de pasta o comer almendras cuando necesites un tentempié”.
Cabe recalcar que siempre es recomendable acudir a un especialista para evaluar cada caso en particular y las mejores formas de tratarlo.