La mañana del martes 19 de noviembre, Ucrania disparó misiles balísticos ATACMS fabricados en Estados Unidos contra la región de Bryansk en Rusia.
Un día después, el miércoles 20, las fuerzas ucranianas realizaron una ofensiva con misiles Storm Shadow, suministrados por Reino Unido, contra la región rusa de Kursk.
Ambos episodios se dieron contra instalaciones militares y marcaron un cambio en la política de los aliados occidentales de Kiev, que recientemente autorizaron por primera vez el uso de estos proyectiles para que puedan realizar ataques hacia dentro del territorio ruso.
Los permisos llegaron luego de que el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, insistiera repetidamente durante meses.
Según afirmaron funcionarios del país norteamericano al New York Times antes de que se efectuaran dichos ataques, parte de la decisión de Washington se debió a la incorporación de tropas de Corea del Norte a las filas rusas.
Tras los ataques de Ucrania, Rusia respondió el jueves 21 con el lanzamiento de un nuevo misil balístico de alcance intermedio, el Oreshnik, contra una instalación militar en la ciudad de Dnipró.
Previamente, a inicios de la semana pasada, el mandatario Vladimir Putin también actualizó la doctrina nuclear de su país.
Se trata del documento que establece las condiciones bajo las cuales podría decidir el uso de armas nucleares.
A más de dos años y medio desde que Rusia inició su invasión militar en Ucrania —el pasado 24 de febrero de 2022— , se espera que los recientes permisos otorgados a Kiev ayuden a que sus fuerzas puedan contrarrestar la ofensiva.
Sin embargo, distintos analistas han planteado que la cantidad de misiles suministrados y la eficacia con la que estos se utilicen será un factor crucial en el curso de la guerra.
Qué hizo Rusia durante la demora de los aliados de Ucrania en autorizar el uso de sus misiles hacia dentro del territorio ruso
Durante los meses en que Zelenski insistió a sus aliados occidentales para que se autorizara el uso de sus misiles para atacar el territorio ruso, el Kremlin tuvo tiempo suficiente para poner fuera de alcance algunos de sus objetivos de mayor valor, tales como aviones y helicópteros.
No obstante, analistas militares consultados por el Wall Street Journal afirmaron que aquello puede significar un punto positivo para Ucrania, ya que mientras más lejos esté ese equipamiento del frente de combate, más tiempo requerirán las tropas rusas para desplegarlo en el campo de batalla.
Junto con ello, esos aviones y helicópteros podrán pasar menos tiempo ahí, debido a limitaciones como el combustible.
Asimismo, a pesar de la demora en las autorizaciones, hay múltiples objetivos que Ucrania puede alcanzar con los misiles suministrados por sus aliados occidentales.
Qué objetivos de Rusia puede atacar Ucrania con los misiles de sus aliados
Un análisis del Institute for the Study of War, un centro de estudios con sede en Washington, identificó más de 200 objetivos militares que las fuerzas ucranianas pueden atacar con los ATACMS y los Storm Shadow.
Entre estos se encuentran desde aeropuertos y depósitos de munición hasta campos de entrenamiento.
Aquello se debe a que dichos sistemas de misiles tienen un alcance mayor que el de los drones que Ucrania ha estado utilizando para atacar hacia el interior del territorio ruso.
Los ATACMS tienen un alcance de hasta 300 kilómetros, dependiendo del modelo.
Por su parte, los Storm Shadow pueden alcanzar objetivos a unos 250 kilómetros.
El analista del Institute for the Study of War, George Barros, afirmó al citado medio que Ucrania también puede actuar en función de los datos de sus agencias de inteligencia, para así perseguir cuarteles generales de mando y otras instalaciones que cambian de ubicación.
“Eliminar un cuartel general de brigada o división puede sumir a cientos de soldados rusos en el caos durante días”, dijo el experto.
En otras palabras, los ATACMS y los Storm Shadow facilitan que ahora Kiev tenga a su alcance los sitios en los que Rusia entrena a sus tropas, repara su equipo, establece centros de comunicaciones y gestiona rutas logísticas.
Qué lugar de Rusia podría ser un próximo objetivo potencial de Ucrania, según los analistas
Tras los ataques contra Bryansk y Kursk con los misiles suministrados por los aliados de Ucrania, analistas consultados por el Journal sugirieron que un próximo objetivo potencial podría ser la provincia de Rostov, ubicada en el sur de Rusia.
Ahí se encuentran al menos cuatro aeropuertos que los ATACMS y los Storm Shadow podrían alcanzar.
No obstante, algunos de estos también funcionan como aeropuertos civiles, por lo que es poco probable que esos sean atacados, precisaron los analistas.
Rostov destaca porque ahí aterrizan numerosas tropas rusas, que llegan en grandes aviones militares para luego ser equipadas y llevadas en autobuses al este ocupado de Ucrania.
Por lo tanto, un ataque dirigido a esta provincia podría afectar una zona de despliegue clave para las fuerzas comandadas por el Kremlin.
Aún así, hasta el momento, no se ha reportado si los aliados occidentales de Ucrania han impuesto restricciones en cuanto a los tipos de objetivos o regiones que pueden atacar.