El conflicto entre Israel y la organización palestina Hamas sigue sumando muertos y heridos. Según cifras compartidas por las autoridades de las respectivas partes, las bajas israelíes van en al menos 1.400, mientras que las gazatíes ya superan las 8.500.
Esta cruda situación ha intensificado las miradas internacionales en torno a lo que ocurre en Medio Oriente.
Y en medio de este escenario, este 2 de noviembre se cumplen 106 años desde que se manifestó la Declaración Balfour.
Dicho documento de apenas 67 palabras fue clave para potenciar la creación del Estado de Israel, un factor que cambió el curso de las relaciones en la región.
Pero, ¿qué dice aquel escrito y quién es el hombre que lo firmó?
Qué es la Declaración Balfour y cómo potenció la creación del Estado de Israel
Fue redactado el 2 de noviembre de 1917, en el marco de la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Y en él, el gobierno británico apoyó por el primera vez la creación de “un hogar nacional para el pueblo judío” en Palestina.
Según informaciones rescatadas por la BBC, las autoridades de Reino Unido controlaban el territorio por aquella época.
Y como es de esperar, ese respaldo firmado hace más de un siglo sigue generando opiniones contrarias.
Por un lado, los israelíes lo ven como una arista fundamental para la creación del Israel moderno, mientras que por el otro se considera que la elaboración del documento fue una suerte de traición.
¿Por qué? Porque los árabes habían colaborado anteriormente con los británicos para batallar contra el Imperio Otomano.
Después de que se redactara la Declaración Balfour, unos 100.000 judíos llegaron a asentarse en la zona, según cifras rescatadas por el citado medio.
La persona que la firmó fue el entonces ministro de Exteriores de Reino Unido, Arthur Balfour, con el objetivo de enviársela al barón Lionel Walter Rothschild.
Este último era uno de los líderes más importantes de la comunidad judía en territorio británico. Por su parte, Balfour representaba al mandato de David Lloyd George.
“El gobierno de su Majestad ve favorablemente el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío y usará sus mejores esfuerzos para facilitar el logro de este objetivo, quedando claramente entendido que no debe hacerse nada que pueda perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes en Palestina, o los derechos y el estatus político que disfrutan los judíos en cualquier otro país”, se lee en el grueso del documento.
Informaciones rescatadas por el citado medio —a partir del análisis de historiadores— detallan que con la Declaración Balfour, el gobierno británico buscaba que los judíos se posicionaran a favor de las potencias aliadas durante la Primera Guerra Mundial.
Aquello les interesaba debido a que la comunidad judía contaba con poder económico e influencia a nivel internacional, dos factores que podrían serles de utilidad en medio del enfrentamiento.
Junto con ello, algunos especialistas han afirmado que Gran Bretaña también tenía el interés de conseguir respaldo local en Medio Oriente.
Sin embargo, más allá de cuáles hayan sido los motivos específicos detrás de la Declaración Balfour, hay consenso en que este documento fue crucial para que posteriormente, en 1948, se creara el Estado de Israel.
No obstante, antes de que aquello ocurriera, durante la década de los años 30 se realizaron protestas de la población árabe ante la masiva llegada de migrantes judíos.
A raíz de los enfrentamientos entre ambas comunidades, las autoridades británicas pusieron cuotas de migración, pero después de que terminara la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), aumentaron las tensiones para establecer un Estado judío.
Más aún, mientras se conocían las violaciones a los Derechos Humanos durante el Holocausto.
Tras tales acontecimientos, el Mandato Británico de Palestina expiró el 14 de mayo de 1948, por lo que sus fuerzas abandonaron el territorio y, acto seguido, Israel declaró su independencia esa misma fecha.
Y hoy, a 106 años de que se firmara la Declaración Balfour, esta sigue siendo un objeto de debate por múltiples motivos.
Uno de ellos, más allá del central ya mencionado, es que no se mencionó directamente a los palestinos como tal, sino que más bien, se hizo referencia a ellos como “las comunidades no judías existentes en Palestina”.