La vitamina K es uno de los elementos fundamentales para mantener una salud favorable, debido a que tiene un rol esencial para ámbitos como el fortalecimiento de los huesos y la coagulación sanguínea.
Es por esto, entre otros factores, que numerosos especialistas la han calificado como favorable para tener un envejecimiento en condiciones óptimas.
Uno de ellos es el Director del Grupo de Hemostasia e Inmunidad del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona, Pablo García de Frutos, quien explicó al diario español 20 Minutos que su letra “K” proviene de la palabra “koagulation”.
Como es de suponer, dicha palabra se traduce como “coagulación”.
Y, de hecho, que lleve ese nombre no es una casualidad.
Los beneficios de la vitamina K y los alimentos que la tienen
Según detalló el especialista, la vitamina K es clave para procesos como la modificación de aminoácidos que componen ciertas proteínas, tales como la protrombina.
Esta última, en términos sencillos, contribuye a la tarea de regular la coagulación.
Asimismo, entre las llamadas “dependientes de la vitamina K” también está la GAS6, la cual junto a la proteína S ayuda a las células del sistema inmunológico a recuperar tejidos dañados.
Junto con ello, controla la inflamación y aporta a eliminar células en proceso de muerte irreversible y a regenerar nuevas.
Respecto a qué alimentos son fuente de vitamina K, el National Institutes of Health de Estados Unidos (NIH, por sus siglas inglés) asegura que está en “las hortalizas de hojas verdes como la espinaca, la col rizada (o berza), el brócoli y la lechuga”.
Además, figura en los aceites vegetales, en frutas como los arándanos azules y los higos, en la carne, en el queso, en los huevos y en los granos de soja.
Cabe recordar que siempre es recomendable visitar a un médico para evaluar temas de salud y alimentación.