Es uno de los cantantes más aclamados en la actualidad. La música de Hassan Emilio Kabande Laija (24), más conocido como Peso Pluma, es recurrente de escuchar en fiestas, videos de TikTok y múltiples otros espacios.
El oriundo de Zapopan, México, figuró como el quinto artista más escuchado a nivel global en Spotify durante 2023, según informó la compañía de streaming en su informe anual.
Junto con ello, su canción colaborativa “Ella baila sola” se posicionó como la quinta más reproducida en todo el mundo, mientras que su álbum Génesis llegó al noveno puesto del ránking de la plataforma.
Tales números son una muestra de cómo ha explotado su popularidad, la misma con la que ha podido llevar su espectáculo a distintas partes del mundo. Incluido el Movistar Arena de Santiago de Chile, el pasado 3 de diciembre.
A casi tres meses de dicha visita, Peso Pluma tiene agendado volver al país el próximo 1 de marzo para cerrar la última noche del Festival de Viña en la Quinta Vergara.
Las críticas a Peso Pluma: por qué dicen que promueve la “narcocultura” y qué ha dicho el cantante
Si bien, el anuncio de su regreso genera furor entre sus fanáticos, los críticos de su trabajo han alegado que es una influencia negativa. Sobre todo para los adolescentes y en tiempos en los que Chile enfrenta una aguda crisis de seguridad.
Esto, bajo el principal argumento de que promueve y romantiza la “narcocultura” a través de sus corridos tumbados (un subgénero que mezcla música regional de su país con estilos urbanos).
Apenas este lunes, el sociólogo y académico de la Universidad de Santiago, Alberto Mayol, publicó una columna de opinión en BioBioChile en la que cuestionó la visita del cantante en el marco de Viña 2024.
Dentro de su escrito, lo calificó como “un promotor de la cultura narco” y lamentó que su espectáculo haya sido considerado en la parrilla de un festival que es propiedad de una entidad pública (la Municipalidad de Viña del Mar) y que es transmitido por un canal de televisión público (TVN).
También planteó: “En las canciones se elogia épicamente la vida narco, se refiere a los lujos que procura el narco, se alude a relaciones sexuales basadas en el dinero que el narco permite, se señalan los vehículos que se usan, se habla de la producción de cocaína, de su consumo y del fentanilo. Asociándolo todo a una vida espectacular, de diversión constante, de armas, de alta velocidad, de grandes camionetas, de fronteras cruzadas fuera de la ley y de adrenalina por montones”.
Con ello, hizo referencia a letras como la de “El Gavilán”, en donde canta expresamente: “Soy de la gente del Chapo Guzmán”.
Además de a otras como “PRC”, en donde desde la visión del sociólogo también idealiza los actos asociados al crimen organizado.
“Y, bien forrados, los paquetes van
No hay pendiente, no puedo fallar
Siempre estoy listo para cruzar
Polvo, ruedas y también cristal
Disfrutamos esté bien o mal
De esta vida, no me vo’a quejar”.
Un día después de que se publicara esa columna, el concejal René Lues redactó otra para el mismo medio, en la que le pidió a la alcaldesa Macarena Ripamonti “cancelar el contrato de Peso Pluma en el Festival de Viña del Mar”.
Durante el último tiempo, el mexicano también se ha enfrentado a una serie de controversias. Precisamente, a raíz de las referencias que hacen sus letras al mundo del narcotráfico.
La más notoria fue cuando en septiembre del año pasado recibió amenazas firmadas con las iniciales “CJNG” (las siglas del Cartel Jalisco Nueva Generación), lo que llevó a que cancelara su concierto del 14 de octubre en Tijuana “por la seguridad de todos los involucrados”.
Tres horas después del anuncio, la empresa promotora de sus presentaciones suspendió otros cinco espectáculos que tenía programados en México.
Aún así, Peso Pluma es solo un exponente —el más popular— en el ascenso de estas nuevas interpretaciones con tintes urbanos de los narcocorridos, es decir, canciones que relatan historias relacionadas al tráfico de drogas.
La desconfianza de las autoridades mexicanas hacia esta música llevó a que en noviembre Tijuana prohibiera los corridos tumbados en todos los espacios públicos, con multas de hasta 70.000 dólares por infringir la norma, según rescató el New York Times.
Unos meses antes, en mayo, en Cancún se optó por restringir los espectáculos públicos “que fomenten la violencia”.
Incluso, el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador se refirió a mediados de 2023 a la popularidad de los corridos tumbados.
“Pueden cantar lo que quieran (...) pero no nos vamos a quedar callados cuando dicen de que son buenas las tachas, que tienen un arma calibre .50, y que son sus ídolos los narcos más famosos”, dijo el mandatario durante una conferencia de prensa.
Por su parte, Peso Pluma declaró en abril durante una entrevista audiovisual con Soy Grupero:
“Yo sé que a veces no es bueno que los niños vean o escuchen esto, pero esa es una realidad. Se tiene que mostrar, se tiene que ver (...) Esa no es mi vida diaria, estamos representando lo que se dice en el corrido (...) Creo que la gente también es consciente de que uno es cantante, es artista (...) No es como que estemos apoyando o haciendo apología. Es simplemente trabajo”.
Qué opinan especialistas del género urbano y la sociología al respecto
El director del medio especializado en música urbana Trap2day, Ignacio Videla, afirma a La Tercera que se trata de “un tema complejo, ya que de cierta manera refleja algo que está muy adentro de la cultura mexicana”.
“Los corridos están desde hace muchos años, no solo con la generación actual de cantantes del país”, recuerda, para luego añadir que su catálogo de canciones es amplio y que “en varios” de sus títulos hay alusiones directas al narcotráfico.
Sin embargo, sugiere que “tampoco es apoyar, sino que es un poco decir que ‘esto está acá’” y aludir a “todo el historial narco que tiene México”.
“Hay distintos tipos de corridos, por ejemplo los que tienen las trompetas más fuertes, esos son bien ‘belicosos’ (...) porque hay unos que son como ‘vamos a ir a pelear’ y ‘vamos a ir’ por esto otro, que esos son los más fuertes (...) pero también tiene distintos tipos de canciones. También otras más románticas. Es bastante variado”, explica.
Al ser consultado sobre si las críticas que enfrenta Peso Pluma son comparables con otras que se han hecho a géneros que tuvieron su mayor momento de popularidad en décadas pasadas, afirma que “dentro de todo es bastante similar”.
No obstante, recalca que más allá de un tema generacional, “ocurre que la música de hoy es más explícita en su contenido”.
“Las letras son mucho más ‘al hueso’. Quedaron un poco atrás las metáforas. No es solo con Peso Pluma. Lo podemos ver en el rap o el trap de Estados Unidos o con los mismos cantantes urbanos acá en Chile, que las letras son explícitas en sí. Entonces, pienso que el foco hacía él en este caso viene directo de la percepción que tiene el mundo de la cultura mexicana y cómo parte de esta se ha vinculado con el narcotráfico. Creo que eso es lo que hace que a un cantante como a él lo apunten mucho más”.
La periodista del medio especializado LaJunta+, Camila Castillo Ibarra, afirma a LT que “en general la música del género urbano, independiente del país del que provenga, siempre es un reflejo de una realidad y siempre ha sido muy estigmatizada y discriminada”.
“Es súper necesario contar con esta música para poder ver el reflejo de la sociedad en la que estamos viviendo, porque no nos podemos hacer los ciegos, como que esto no pasa (...) es una herramienta para visibilizar lo que está pasando”.
Asimismo, argumenta que el hecho de que exista esta música puede ser una motivación para que muchos de los jóvenes que viven realidades complejas se interesen en iniciar una carrera artística para salir adelante y alejarse de estos ambientes en los que están inmersos.
“Además, que un artista haga referencias a ciertos elementos de la sociedad en sus canciones, no necesariamente significa que estos sean parte de las cosas que él lleva a cabo en su vida diaria”, agrega Castillo.
Dicho punto se condice con las declaraciones de Peso Pluma que están citadas más arriba, cuando asegura en una entrevista que lo que relata no es su rutina personal y que él y sus colegas están “representando lo que se dice en el corrido”.
“No porque cante sobre una cosa significa que la haga. De repente hay tópicos en las canciones que están muy en boga y que se repiten. No se traduce en que se esté motivando a que lo hagan (...) Tampoco hay que tomarse la música tan literal. Hay objetos, hay conceptos”, plantea la especialista de LaJunta+.
Respecto a las posturas que sostienen que la música de Peso Pluma podría incentivar a “romantizar” los actos ligados al narcotráfico, el académico de la Escuela de Sociología de la Universidad Diego Portales (UDP), Raimundo Frei, enfatiza:
“Las audiencias no son pasivas, reinterpretan lo que escuchan de acuerdo a lo que ven y lo que viven. Muchas veces, estos cantantes también van expresando distintos temas en sus canciones. ‘Ella baila sola’, su principal hit, no es una oda al narcotráfico. También expresa otras emociones”.
Según el sociólogo, “ahora estamos ante dos posiciones que hay que tomarlas ambas en consideración”.
Por un lado, están quienes sostienen que visibiliza una cruda realidad que se vive en ciertos sectores de la población.
En otra vereda, están quienes plantean que parte de las temáticas que abordan artistas como Peso Pluma podrían presuntamente correlacionarse con la agudización de la crisis de seguridad.
Sin embargo, el académico de la UDP dice en cuanto a esto último que la música por sí sola “no tiene tanto poder para determinar eso” y que son múltiples los factores que inciden en este escenario.
“Lo que sí cabe preguntarse siempre es cuál es la propia posición crítica que debemos asumir ante la legitimación de la violencia. Yo creo que es un punto que todas las sociedades se preguntan: cómo debemos entender estas creaciones culturales y qué rol tienen en la explicación de la visibilización de las armas y de darle figuración a actividades ilícitas, entre otras cosas”.
Para el sociólogo, otro punto que tampoco se comprende del todo es por qué los segmentos más jóvenes, particularmente los niños, se sienten atraídos por “este tipo de melodías”.
“Creo que eso se escapa del tema social”, dice Frei, para después precisar que se refiere expresamente a aspectos de composición musical como los ritmos.
“Y eso además es increíble, porque trasciende fronteras y clases sociales. En América Latina se escucha tanto en el barrio alto como en sectores populares”, sentencia el académico de la UDP.
Lo que es innegable, es que la música de Peso Pluma ha llamado la atención de distintos públicos alrededor del mundo y que el sonido de los corridos tumbados es una tendencia que sigue en ascenso.
De hecho, en julio de 2023, el gobierno mexicano estrenó una canción a su estilo con influencias de este género musical, a través de la cual buscaron alertar sobre los riesgos del consumo de drogas como el fentanilo.
Mientras tanto, el debate en torno al hombre de “Rosa Pastel” y su visita al Festival de Viña del Mar sigue desarrollándose.
Durante la tarde de este martes, el exministro de Defensa y actual presidente de TVN, Francisco Vidal, confirmó a BioBioChile que está en conversaciones con el director ejecutivo del canal, Alfredo Ramírez, para evaluar la participación del cantante.
Según dijo, se están revisando “los antecedentes provenientes de esa columna (la de Mayol)”, para que “una vez que se tenga respuesta, lo más probable es que converse con el directorio”.
Cabe recalcar que todavía no se ha tomado una decisión al respecto, por lo que Peso Pluma aún se mantiene como el encargado de cerrar la última noche del conocido “festival latino más grande del mundo”.