Pese a que figuran entre los personajes más conocidos del mundo del entretenimiento, son numerosos los individuos que tienen un profundo temor hacia ellos.
Una de las personas que lo sabe con claridad es el psicólogo e investigador de la Universidad de Gales del Sur, Philip John Tyson.
Durante sus 15 años como académico especialista en fobias, el experto siempre le ha preguntado a sus alumnos al inicio de cada semestre cuáles son sus miedos.
Si bien, las respuestas que ha recibido en más de una década han sido variadas, siempre hay una que se repite: los payasos.
Dicha tendencia —también conocida como “coulrofobia” o miedo a los payasos— llevó a que realizara una investigación para conocer por qué se produce este fenómeno.
A pesar de que algunas personas podrían haber sufrido una experiencia traumática vinculada a uno de estos personajes, el temor hacia ellos no siempre tiene un mismo origen.
Con esa premisa, Tyson y su equipo hicieron una serie de encuestas para identificar a 500 individuos que sienten miedo hacia los payasos.
Entre las preguntas que les hicieron estaban: la frecuencia con que pensaban en ellos, que harían si se encontraran a uno en la calle y desde cuándo les temen.
Al analizar los resultados, detectaron que para muchos tener “una experiencia personal aterradora con un payaso no era el principal factor que contribuía” a su miedo.
De hecho, los motivos que más se repetían eran otros.
Esto fue lo que encontraron en la investigación, la cual fue publicada este año en la revista Frontiers in Psychology.
Payasos: de dónde viene el miedo hacia estos personajes
Tyson explicó recientemente al Washington Post que una de las respuestas más comunes fue la dificultad para “leer” sus expresiones faciales, generalmente decoradas con llamativos maquillajes.
En sus palabras, se trata de “el hecho de que pueda haber algo oculto y peligroso, que pueda haber una intención dañina detrás”.
A esto se le suma que sus comportamientos suelen ser impredecibles, por lo que en cualquier momento podrían sorprender a través de acciones como tirar agua a través de una flor o hacer un sonido inesperado.
De la misma manera, Tyson explicó al citado medio que a las personas tienden a asustarle los seres que parecen humanos, pero que no lo son exactamente (en un sentido tradicional).
Aquello también explicaría por qué muchos sienten temor hacia los extraterrestres, los robots o los muñecos realistas de bebés, por nombrar algunos ejemplos.
Junto con ello, varios de los participantes dijeron haber visto películas con payasos terroríficos en algún momento de su vida, tales como Joker (2019) o la miniserie It (1990)
Asimismo, más allá de la gran pantalla, casos específicos como el del asesino serial John Wayne Gacy —quien solía presentarse en fiestas infantiles como ‘Pogo, el payaso’— también han potenciado ese temor.
Sin embargo, como es de esperar, no todas las personas le tienen miedo a los payasos. Incluso, la mayoría de ellos busca entretener de una u otra forma a los espectadores.
El investigador de la Universidad Metropolitana de Londres, John Davison, lleva 38 años desempeñándose como payaso y, en su experiencia, solo en dos ocasiones se ha encontrado con individuos que se asustaron al verlo.
“Todo lo contrario”, aseguró al citado medio, para luego añadir que su propósito no solo es provocar carcajadas, sino que también que las personas simpaticen con un personaje que está “a merced de nuestra sociedad” y “no tiene ni idea de cómo funciona el mundo”.
“Es como un niño pequeño”, agregó Davison.
Por su parte, el psicólogo de la Universidad de Gales del Sur y coautor de la investigación mencionada, James Greville, sugirió al Post que es posible que el miedo hacia los payasos esté relacionado con las pinturas blancas y rojas que usan en sus rostros.
Según explicó, las primeras podrían percibirse como una “palidez mortal” que debe evitarse, mientras que las segundas como una amenaza que se asocia con la sangre.
Bajo esta línea, el psicólogo y académico del Knox College de Galesburg en Illinois, Frank McAndrew, planteó que aunque los payasos tengan “intenciones maravillosas”, el temor podría deberse a que algunos piensan que podrían ser víctimas de una broma inesperada, la cual dañaría su percepción sobre cómo creen que los ve el resto de los presentes en un contexto.
Al igual que Tyson y Greville, él también hizo un estudio sobre el miedo en 2016, aunque no particularmente enfocado en los payasos.
Para su trabajo, publicado en New Ideas in Psychology, McAndrew reunió a una muestra de 1.300 personas para investigar cuáles son los comportamientos y características que llevan a que alguien siente dicha emoción.
En este sentido, uno de los ítems de su encuesta consistió en calificar de “nada espeluznante” a “muy espeluznante” un total de 21 ocupaciones diferentes.
Ahí, los payasos obtuvieron la puntuación más alta entre otras como director de una funeraria o trabajador de un sex shop.
En parte, según manifestó McAndrew al citado medio, aquello también se debe a la incertidumbre que tienen las interacciones con los payasos, debido a que no se sabe cuál será el próximo movimiento de su rutina artística.