Es altamente probable que en más de una oportunidad hayas revisado las métricas de Rotten Tomatoes para conocer qué tan valorada ha sido una película.

A lo largo de sus 25 años de existencia —recién cumplidos en agosto de 2023— , la web se ha posicionado como un punto neurálgico de la internet para los cinéfilos y los curiosos sobre los nuevos estrenos.

Rotten Tomatoes, a grandes rasgos, ofrece una métrica de qué tan buena o mala es una cinta en base a las críticas positivas y negativas que comparten los especialistas que aportan al “tomatómetro”.

También, existe un segundo porcentaje que se saca en base a las opiniones que da la audiencia a nivel general.

Si un título saca menos de un 60% en la primera medición, se le considera “podrido”. En cambio, si la recepción es mayoritariamente positiva, se le cataloga como “fresco”.

Dicha dinámica ha atraído la atención de los fanáticos y los estudios cinematográficos por un cuarto de siglo.

Sin embargo, paradójicamente, también ha enfrentado críticas. No solo por desacuerdos en torno a la calificación que obtienen ciertos filmes, sino que también, porque su sistema ha despertado dudas.

Esta semana, Vulture publicó un extenso reportaje en el que denunció arreglos de parte de las compañías que trabajan con los estudios cinematográficos, a partir de múltiples datos entregados por personas que se desempeñan en la industria.

¿El motivo? Obtener críticas favorables para potenciar sus producciones.

“Puede que el tomatómetro sea la métrica más importante del mundo del espectáculo, pero también es errática, reduccionista y fácil de hackear”, advirtieron desde el citado medio, junto con enfatizar que “tiene a Hollywood en sus garras”.

Por qué las notas de Rotten Tomatoes son “erráticas, reduccionistas, fáciles de hackear” y “tienen a Hollywood en sus garras”. Foto: David Walter Banks / NYT.

Rotten Tomatoes y los filmes que pasan de “podridos” a “frescos”

Una empresa de publicidad cinematográfica llamada Bunker 15 se encuentra en el ojo del huracán.

Hace cinco años, asumieron la misión de posicionar Ophelia (2018), una adaptación de Hamlet que cuenta con Daisy Ridley en el papel principal.

En un inicio, la cinta obtuvo un 46% en el tomatómetro, a partir de un total de 13 reseñas. Siete de ellas fueron negativas.

Frente a esta situación, fuentes anónimas consultadas por el citado medio detallaron que la firma se contactó con redactores poco conocidos —algunos autopublicados— que forman parte de la base de Rotten Tomatoes.

Aseguraron que Bunker 15 les ofrece 50 dólares —casi 45 mil pesos chilenos— o más a cambio de que escriban un artículo, a pesar de que desde Rotten Tomatoes dicen que no aceptan “críticas basadas en un incentivo económico”.

Más concretamente en el caso de Ophelia, Vulture tuvo acceso a un correo electrónico que envió un empleado de la empresa en octubre de 2018.

“Es una película de Sundance y la sensación es que ha sido tratada con un poco de dureza por algunos críticos (estoy seguro de que las expectativas desorbitadas fueron las culpables), por lo que los equipos implicados creen que se beneficiaría de más aportaciones de diferentes críticos”, se leía en el mail.

Tras recibirlo, el receptor le preguntó qué pasaría si odiaba la cinta en vez de disfrutarla.

El empleado le respondió que son libres de escribir lo que consideren pertinente, pero que en situaciones como la primera, los “más amables” tendían a acceder a subir sus reseñas a “un blog más pequeño que RT nunca ve”, en lugar de a sus sitios habituales.

“Creo que es algo muy genial”, añadió el empleado.

Esa descripción relativamente sutil se traduce en que las reseñas negativas no serían consideradas en la puntuación de Rotten Tomatoes, a diferencia de las que son positivas.

Entre ese mes de 2018 y enero de 2019, se agregaron ocho críticas más a Ophelia. De ellas, siete fueron favorables y la mayoría fueron realizadas por personas que ya habían escrito sobre producciones promocionadas por Bunker 15.

Uno de los autores que escribió una reseña dijo a Vulture que desde la compañía de publicidad lo presionaron para que cambiara su opinión si esta era de “un (apenas) positivo general”.

“Conozco a los editores de Rotten Tomatoes y puedo conseguir que la cambien”, redactó un empleado de Bunker 15 en un correo revisado por el citado medio.

Otra crítica negativa tampoco fue contabilizada por el tomatómetro. Esta provenía de un redactor que anteriormente ya había escrito sobre filmes publicitados por Bunker 15. Si bien, en esas oportunidades su opinión fue considerada por la métrica, esta vez no.

Después de que se sumaran esos votos a la página, Ophelia pasó de ser una película “podrida” a una “fresca”. El 46% que tuvo en un inició ascendió a un 62%.

Un mes más tarde, la distribuidora IFC Films compró la producción para su estreno en Estados Unidos. La misión se había cumplido.

Desde Covert Media —la productora a cargo de la cinta— no respondieron a solicitudes de comentarios que hizo Vulture, mientras que el fundador de Bunker 15, Daniel Harlow, negó que en su compañía compren críticas para obtener puntuaciones favorables.

“Tenemos miles de escritores en nuestra lista de distribución. Un pequeño puñado ha establecido un sistema específico en el que los cineastas pueden patrocinar o pagar para que reseñen una película”, agregó.

El caso que une a Ophelia y Bunker 15 es solo uno de los numerosos que se ven en la industria, según informaron las fuentes.

Martin Scorsese, cineasta de películas tan aclamadas como Taxi Driver (1976), Goodfellas (1990) y El irlandés (2019), ya había manifestado su disgusto con Rotten Tomatoes en un artículo que escribió en 2017 para The Hollywood Reporter.

Ahí expresó que la página reduce al director “a un fabricante de contenidos y al espectador a un consumidor poco aventurero”, debido al formato instantáneo en el que se pueden ver las calificaciones.

Ese año, el también cineasta Brett Ratner la calificó como “la destrucción de nuestro negocio” en una entrevista con Entertainment Weekly.

De los publicistas consultados por Vulture, uno declaró que durante la última década Rotten Tomatoes “se ha vuelto mucho más importante, ya que muchos de los críticos más fiables se han retirado sin reemplazo”.

La influencia de la web tiene tanta magnitud en la audiencia, que varias firmas cinematográficas están recurriendo a empresas que pronostican cómo serán las puntuaciones. Una de ellas se llama Screen Engine/ASI.

“Según los estudios, las predicciones están muy cerca”, añadió otro de los publicistas.

Por qué las notas de Rotten Tomatoes son “erráticas, reduccionistas, fáciles de hackear” y “tienen a Hollywood en sus garras”. Foto: Chris Lyons / NYT.

Cómo se calculan las notas y quiénes están detrás de Rotten Tomatoes

Informaciones reunidas por Vulture detallan que la fórmula es bastante sencilla: clasifican cada crítica como positiva o negativa y dividen el número de positivas por el total.

En otras palabras, todas las reseñas valen por igual, sin considerar ámbitos como la experiencia de los escritores que figuran en la base de datos o los medios en los que publican.

A ello se le suma que no consideran matices entre lo positivo y lo negativo, por lo que si un texto es más bien neutro, será considerado de igual manera en alguna de esas dos categorías.

Como no hay puntos intermedios, un filme puede llegar a obtener un 100% solo con notas de aprobación, aunque los autores no hayan descrito a la película involucrada como extremadamente “buena” o memorable.

Asimismo, solo bastan un par de críticas —hasta incluso cinco— para que una cinta ya pueda tener una puntuación visible en la página.

Lo anterior facilita que los estudios cinematográficos puedan mostrar con antelación sus películas a los autores que creen que darán su visto bueno, para que así sus reseñas influyan en las expectativas de la audiencia antes de que lleguen los estrenos oficiales.

Uno de los publicistas consultados por Vulture relató que en 2022 trabajó en una producción que fue proyectada en un festival de cine, meses antes de que se publicara abiertamente.

Si bien, la cinta fue alabada en dicha instancia, él sugirió que sería una buena idea organizar nuevas instancias para que otros críticos la pudieran ver con anticipación.

La respuesta que obtuvo fue un rotundo y tajante “no”.

Tenía un 100% (en Rotten Tomatoes) y el estudio no quería dañarlo, porque querían utilizar el gráfico del ‘100%’ en su marketing. Les dije: ‘¿Por qué no conseguimos un par de críticas más?’. Y me contestaron: ‘Solo queremos el 100′”.

Finalmente, “ese filme ganó un Óscar”, aseguró el publicista.

Rotten Tomatoes partió en 1998 como un proyecto creado por graduados de la Universidad de Berkeley, pero con el paso del tiempo y su progresivo ascenso, el sitio ha pasado por distintos propietarios.

La última transacción fue en 2016, cuando Warner Bros. vendió la mayor parte de la firma a Fandango, una compañía dedicada a la venta de entradas para películas, la cual comparte empresa matriz con Universal Pictures, otro gigante del ámbito cinematográfico.

Ese acuerdo trajo consigo múltiples cambios.

Anteriormente, la base de críticos de Rotten Tomatoes solo aceptaba colaboradores que publicaran en medios impresos y/o páginas web con un alto número de visitantes.

No obstante en 2018 se eliminaron ciertas restricciones sobre las críticas que podían ser indexadas, lo que permitió que llegaran más escritores independientes o que comparten sus reseñas en sitios propios, además de personas que tienen podcasts o canales de Youtube.

Aquello fue interpretado por algunos como un signo positivo para la descentralización, pero otros presentaron múltiples dudas en torno a la calidad de las reseñas, interrogantes que se sumaron a las que ya tenían con anterioridad.

“Muchos de los que están en la industria cuestionan severamente cómo Rotten Tomatoes computa sus puntuaciones, y el hecho de que estas puntuaciones se ejecuten en Fandango (propietaria de RT) es un problema aún mayor”, se lee en un artículo de Deadline, publicado en 2017.

Cuando desde Vulture consultaron a Rotten Tomatoes sobre el caso de Bunker 15, retiraron de su página varios de los filmes publicitados por ellos y enviaron una advertencia a quienes las habían reseñado.

Junto con ello, compartieron un comunicado.

Nos tomamos muy en serio la integridad de nuestras puntuaciones y no toleramos ningún intento de manipularlas. Contamos con un equipo especializado que supervisa nuestras plataformas con regularidad e investiga y resuelve a fondo cualquier actividad sospechosa”, subrayaron desde Rotten Tomatoes.