El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dio su primer discurso ante el Congreso desde que regresó al cargo el pasado 20 de enero.
Y uno de los puntos que abordó en su intervención de este 4 de marzo, fue su interés en Groenlandia.
Previamente, en la antesala de su regreso a la Casa Blanca, Trump se había negado a descartar el uso de la coerción militar o económica para obtener el control de dicho territorio y del Canal de Panamá.
En el discurso del martes, el abanderado republicano volvió a referirse al asunto.
“Esta noche también tengo un mensaje para la increíble gente de Groenlandia. Apoyamos firmemente el derecho que tienen para determinar su futuro. Y si así lo eligen, les daremos la bienvenida a Estados Unidos”.
Cabe recordar que Groenlandia es un territorio autónomo de Dinamarca, que cuenta con su propio gobierno y parlamento.
También se trata de la isla más grande del mundo y tiene una relevancia estratégica significativa, ya que posee reservas de minerales y petróleo, además de que se encuentra en la ruta más corta a Europa para Estados Unidos.
Trump continuó en su discurso en el Capitolio: “Necesitamos a Groenlandia por seguridad nacional e incluso internacional”.
“Estamos trabajando con todos los involucrados para tratar de conseguirlo. Lo necesitamos de verdad para la seguridad global y creo que vamos a lograrlo. Vamos a conseguirlo de un modo u otro”, subrayó el presidente estadounidense.
En este sentido, prometió: “Los mantendremos a salvo, los haremos ricos y juntos llevaremos a Groenlandia a niveles que nunca antes había creído posibles”.
En el pasado, tanto las autoridades locales como las danesas han rechazado sus comentarios y su propuesta de “comprar” la isla ártica.
Aún así, Trump ha insistido en la idea. De hecho, durante su primer periodo en la Casa Blanca ya había manifestado su interés en la adquisición por parte del gigante norteamericano.
La misma semana de enero en la que Trump se negó a descartar el uso de la coerción militar o económica, su primogénito, Donald Trump Jr., visitó Groenlandia acompañado de una comitiva, en un viaje no oficial.
Según declaraciones reunidas por Reuters, dijo que fue a la isla ártica en busca de “un poco de diversión”.
No obstante, de acuerdo a la citada agencia, el viaje se dio en el marco de “una visita privada para grabar material para un podcast”.
El argumento que ha recalcado el presidente es que Groenlandia es clave para la seguridad nacional de Estados Unidos.
El almirante retirado de la Marina estadounidense y ex comandante supremo aliado de la OTAN, James Stavridis, escribió en enero una columna para Bloomberg en la que se refirió a este punto.
Stavridis, quien también es vicepresidente de asuntos globales del Carlyle Group, aseguró que “Trump tiene razón” en que Groenlandia “es vital para la seguridad nacional” del país.
Qué dijo el ex comandante de la OTAN sobre Trump y su interés de que EEUU tenga el control de Groenlandia
El ex comandante relató que durante su época al servicio de la OTAN le tocó estar “en una base poco conocida de las Fuerzas Aéreas, en la costa norte de la isla más grande del planeta: Groenlandia”.
Dijo que durante ese tiempo se dio cuenta de “lo fundamental” que es el territorio para “defender no solo el flanco norte de la OTAN, sino a los propios Estados Unidos”.
“Durante su primer mandato, cuando el presidente Donald Trump barajó la posibilidad de ‘comprar’ Groenlandia, la mayoría se burló de él, aunque algunos analistas consideraron que la propuesta era similar a la compra de Alaska a Rusia en 1867″, comentó Stavridis.
Según el militar retirado, “Trump tiene razón en una cosa: Groenlandia, con solo 56.000 habitantes en una extensión mayor que México, es un bien inmueble inmensamente valioso”.
Para sostenerlo, mencionó tres principales razones.
Por qué Groenlandia es vital para Estados Unidos, según el ex comandante de la OTAN
“En primer lugar, es un elemento vital de la ‘brecha’ Groenlandia-Islandia-Reino Unido que protege los accesos septentrionales al Océano Atlántico de las fuerzas navales rusas”, dijo Stavridis refiriéndose a la posibilidad de un enfrentamiento con dicho país.
El ex comandante detalló que la instalación militar —que en ese entonces era conocida como Base Aérea Thule, pero que hoy se le llama Base Espacial Pituffik y depende de la Fuerza Espacial estadounidense— cuenta con un puerto de aguas profundas y una pista de aterrizaje de 3.000 metros.
“Y lo que es más importante, la base alberga esos avanzados radares de alerta temprana, un eslabón vital en las defensas aéreas y marítimas de la OTAN y Estados Unidos”, precisó Stavridis.
Junto con ello, destacó que Groenlandia es un territorio rico en recursos naturales, “entre ellos probables depósitos de minerales de tierras raras pesadas y ligeras, como el neodimio y el disprosio, ambos vitales para la informática y la energía verde”.
“Hay fuertes indicios de oro, hierro, cobre, plomo y zinc, incluyendo hasta 10 millones de toneladas de minerales cerca de Narsaq, en el extremo sur, donde las condiciones ambientales son favorables a la explotación”.
La tercera arista que mencionó Stavridis, es que “el cambio climático hará más templadas vastas zonas de Groenlandia”, por lo que “con el tiempo, puede haber un importante potencial agrario”.
“El ecoturismo ya está proporcionando un importante beneficio económico y podría crecer exponencialmente”.
“Aunque la idea de granjas y centros turísticos pueda parecer fantasiosa hoy en día, con el 80% de la superficie de la isla cubierta por una capa de hielo y temperaturas que descienden por debajo de los -15 grados Fahrenheit en invierno, las cosas podrían empezar a cambiar a mediados de siglo”.
Qué debería hacer Estados Unidos respecto a Groenlandia, según el ex comandante de la OTAN
Desde la perspectiva de Stavridis, “lo mejor para Washington es fomentar los lazos militares, diplomáticos y económicos que ya mantiene con Groenlandia y Dinamarca”.
“Esto no solo beneficiaría a todas las partes, sino que alejaría a China y Rusia”, subrayó.
Bajo esta línea, enfatizó que Estados Unidos “puede ofrecer mayores recursos de defensa a Groenlandia, trabajando en cierta medida directamente con el gobierno autónomo, pero más eficazmente en asociación con Dinamarca”, país que es miembro de la OTAN.
Entre los múltiples beneficios que el país norteamericano puede ofrecer a la isla ártica se encuentra aumentar su capacidad marítima, destacó Stavridis.
“Por ejemplo, ayudando a Groenlandia a mejorar sus puertos para el transporte de mercancías vitales y el turismo. Y utilizando la Guardia Costera de Estados Unidos para ayudar a los isleños a crear una fuerza costera para proteger la pesca y realizar labores de búsqueda y rescate”.
A esto se le suma que podría proporcionar “formación en tierra y nuevos equipos para el cumplimiento de la ley, operaciones especiales y extinción de incendios”.
De la misma manera, podría facilitar mejoras de su transporte aéreo, “tanto dentro de la vasta isla como en los vuelos de conexión con Estados Unidos, Canadá y Europa”.
También sugirió que Estados Unidos “debería aprovechar su pertenencia al Consejo Ártico” para “trabajar de forma concertada con Groenlandia directamente”.
Dicho organismo es un foro internacional que reúne a Canadá, Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega, Suecia y Rusia, además del gigante norteamericano.
Todos esos países —menos el presidido por Vladimir Putin— son miembros de la OTAN, mientras que a su vez tienen costas o tierras cercanas al Círculo Polar Ártico.
Desde la perspectiva del ex comandante de la OTAN, Estados Unidos “no debería apoyar los esfuerzos de los líderes políticos de la isla por independizarse de Dinamarca”.
Según Stavridis, aquello “no sería bueno ni para los groenlandeses, ni para los daneses, ni para los estadounidenses”.
En su lugar, planteó que el gobierno estadounidense debería “trabajar con Dinamarca para integrar las necesidades económicas, de defensa y diplomáticas de Groenlandia con las nuestras”.