Hoy es posible encontrar una extensa cantidad de videos en las redes sociales que prometen “soluciones mágicas” o “inmediatas” para distintos temas relacionados a la salud.
Si bien, hay especialistas certificados que recurren a estas plataformas para compartir información que puede ser de utilidad, también hay muchos usuarios que comparten datos imprecisos o derechamente falsos.
Esto último no solo puede provocar decepción después de seguir esas sugerencias y no obtener los resultados esperados, sino que puede intensificar las complicaciones existentes o desencadenar otras.
Por ejemplo, hay un viral en el que se afirma que comer cacao crudo a diario puede equilibrar las hormonas y “curar” el síndrome premenstrual.
Ese planteamiento ha sido cuestionado por algunos médicos.
La endocrinóloga reproductiva y especialista en infertilidad del RMA of New York, Taraneh Nazem, dijo a la revista Time que la persona que subió el video a las redes “hizo declaraciones generales sin ningún respaldo científico”.
Pero además de aquel punto, le preocupó el hecho de que numerosos cibernautas asumieran que esas afirmaciones eran verídicas y efectivas.
“La sección de comentarios se llenó de personas ansiosas por probarlo, a pesar del conocido potencial del cacao para causar insomnio y ansiedad si se consume en grandes cantidades”, agregó la doctora.
Dicho caso es solo uno de los que se pueden ver en las redes.
Según dijo al citado medio la endocrinóloga de Northwell Health en el Hospital Lenox Hill de Nueva York, Caroline Messer, “todos los días, otro influencer en TikTok asegura que los superalimentos pueden cambiar nuestro equilibrio hormonal”.
Tras revisar varios videos que figuran en las distintas plataformas, ha identificado una serie de registros con afirmaciones cuestionables o que no se basan en evidencia científica.
Por eso, planteó, es importante que los usuarios tengan en cuenta algunos puntos antes de considerar lo que se promete en la Internet.
¿La comida puede cambiar tus hormonas?
La dietista y coordinadora de nutrición clínica en el Mount Sinai Hospital, Perri Halperin, anticipó que los alimentos que se consumen pueden afectar en la producción y secreción de hormonas, al generar ciertos cambios en el intestino.
Agregó que también hay algunos que contienen hormonas, compuestos similares u otros que las imitan.
Sin embargo, aclaró a Time que la forma de comer de una persona a nivel general es lo que puede afectar en su salud hormonal, no así el hecho de únicamente incluir una comida en la dieta.
Aquel planteamiento fue compartido por las demás expertas.
En palabras de Messer, “una dieta poco saludable con un alto contenido de alimentos procesados y grasas saturadas puede provocar enfermedades como el síndrome metabólico, la diabetes y el síndrome de ovario poliquístico”.
Por lo tanto, incorporar un solo alimento no ofrecerá realmente una “solución mágica” o “inmediata”, sino que es necesario cuidar la alimentación en términos más amplios y de acuerdo a las necesidades que tiene el organismo de cada paciente.
Según la endocrinóloga, las dietas basadas en comidas como los dulces, los cereales refinados, la carne roja y los alimentos procesados pueden aumentar los niveles de estrógeno y promover la resistencia a la insulina, debido a un mayor nivel de grasa corporal.
Aún así, hay casos en los que padecimientos de origen hormonal pueden ser tratados a partir de la dieta, mientras que ciertos alimentos a veces pueden influir levemente en las hormonas.
El punto está en que solo el hecho de incorporar una comida a tu rutina —sin hacer más cambios— no tendrá un efecto mayor o significativo que contribuya a enfrentar una afección.
Entre los hábitos que pueden favorecer el organismo, además de cuidar la nutrición, están hacer ejercicio, cuidar el sueño y controlar el estrés.
La dietista funcional, Kaytee Hadley, explicó a la mencionada revista que “si bien un solo alimento no abordará la causa subyacente de los desequilibrios hormonales, los nutrientes son componentes básicos importantes para las hormonas y afectan su producción, transporte y eliminación”.
“Si no estás obteniendo las vitaminas, minerales y macronutrientes necesarios, hacer cambios positivos a largo plazo en tu dieta puede ayudar a optimizar la tiroides, el estrés y las hormonas sexuales”.
En este sentido, Messer comentó aludiendo a algunos virales de las redes que “una cucharadita de vinagre de sidra de manzana o una taza de té verde no solucionarán todo”.
De la misma manera, Nazem recalcó que “este tipo de desinformación puede llevar a expectativas incumplidas y posibles problemas de salud”.
La especialista en infertilidad del RMA of New York también se refirió a las llamadas “dietas de la fertilidad” que figuran en videos de las redes sociales.
A grandes rasgos, ahí se presentan métodos que prometen aumentar las posibilidades de las parejas que están tratando de concebir.
Nazem planteó que aunque ciertos aspectos de algunas de estas dietas se basan en estudios científicos, otros son exagerados o no están comprobados.
Por eso, subrayó, “es esencial abordar estas dietas con una mentalidad crítica y comprender que la salud y la fertilidad individuales dependen de una interacción compleja de varios factores”.
Según Hadley, también es fundamental tener en cuenta que los cambios en la nutrición por la salud hormonal deben hacerse en función de las necesidades que tiene cada paciente.
“Aunque existen estrategias fundamentales que cualquiera puede implementar, saber qué está pasando con sus hormonas le permitirá adoptar un enfoque más individualizado y abordar esos desequilibrios específicamente”, agregó.
Cabe recordar que si tienes dudas sobre tu salud, siempre es recomendable consultar con un especialista para evaluar el caso y las mejores formas de abordarlo.