Es usual que los especialistas de la salud recomienden a sus pacientes que, si son bebedores de alcohol, lo consuman con moderación.

Aquello se debe, en gran parte, a que múltiples estudios científicos han relacionado su ingesta excesiva con un mayor riesgo de desarrollar distintas enfermedades y afecciones.

Una artículo de la Clínica Mayo afirma que “las investigaciones sugieren una seria conclusión: beber cualquier cantidad de alcohol es un riesgo para la salud”.

Y a pesar de que los riesgos pueden ser más bajos en quienes llevan un consumo moderado, estos aumentan en relación a la cantidad que se ingiere.

“El alcohol es potencialmente adictivo, puede causar intoxicación y contribuye tanto a problemas de salud como a muertes evitables. Si ya bebes poco y seguirás haciéndolo, los riesgos de presentar estos problemas parecen ser bajos. Sin embargo, existen”, advierten desde el centro médico.

En este sentido, afirman que, “por ejemplo, cualquier cantidad de bebida aumenta el riesgo de tener cáncer de mama o colorrectal”.

De la misma manera, desde MedlinePlus afirman que el consumo excesivo y prolongado incrementa las probabilidades de sufrir: sangrado de estómago o esófago, inflamación y daños en el páncreas, daños en el hígado y desnutrición.

A lo anterior se le suma un mayor riesgo de enfrentar distintos tipos de cáncer.

Estas son solo algunas de las potenciales consecuencias que la ingesta excesiva y sostenida de alcohol puede provocar en la salud y el bienestar de los pacientes.

No obstante, muchos desconocen qué cantidades pueden considerarse dentro de un consumo moderado.

¿Qué cantidad de alcohol puede considerarse dentro de un consumo moderado? Foto: referencial.

Cuánto alcohol puede considerarse dentro de un consumo moderado

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) aseguran que un consumo moderado consiste en dos bebidas o menos al día en el caso de los hombres y una bebida o menos al día en el de las mujeres.

Según detalla la Clínica Mayo, algunos ejemplos concretos de lo que sería una bebida son: 355 mililitros de cerveza común, 148 mililitros de vino, o 44 mililitros de licores fuertes o destilados.

Pero las cantidades consideradas dentro de un consumo moderado varían en relación a lo que consideran distintos organismos de salud.

Por ejemplo, un artículo de la Comisión Europea detalla cuáles son las correspondientes a diferentes países de dicho continente.

Asimismo, algunas directrices son más estrictas que otras, tales como las de Canadá.

Las últimas del Centro Canadiense sobre Consumo de Sustancias y Adicciones (CCSA, por sus siglas en inglés) definen el consumo moderado —también llamado de bajo riesgo— como no más de dos copas por semana, independiente del sexo.

¿Por qué antes se decía que un consumo bajo o moderado de alcohol podía aportar a la salud?

Durante años predominó la creencia de que una ingesta baja o moderada podía ser buena para la salud.

Incluso, varios expertos lo aseguraban y argumentaban que había estudios que relacionaban el consumo —dentro de ciertos marcos— con aspectos como la longevidad.

El científico del Instituto Canadiense para la Investigación del Consumo de Sustancias, Tim Stockwell, afirmó al New York Times que esos trabajos decían que dicho beneficio desaparecía a las tres copas al día en el caso de los hombres y a las dos en el de las mujeres.

No obstante, según comentó al citado medio la profesora de nutrición y medicina de la Universidad de Carolina del Norte, Elizabeth Mayer-Davis, actualmente muchos investigadores opinan que esas conclusiones se basaban en análisis de datos que tenían “todo tipo de problemas metodológicos”.

Esto último, en palabras de la doctora, contribuyó a crear “lo que en verdad era una ilusión de beneficios para la salud con cantidades de bebida bajas o moderadas”.

Stockwell afirmó que hoy existe un método para evaluar los riesgos que considera solo las muertes por afecciones directamente relacionadas con el alcohol.

Entre estas se encuentran algunas como la cirrosis hepática, la pancreatitis, la intoxicación etílica y ciertos tipos de cáncer.

Bajo la mirada del científico, quien fue asesor de las últimas directrices del CCSA, “resulta mucho menos sesgado y confuso enfocarse solo en las afecciones causadas por el alcohol”.

¿Qué cantidad de alcohol puede considerarse dentro de un consumo moderado? Foto: referencial.

¿Por qué algunas directrices sobre el alcohol separan entre hombres y mujeres?

El asesor científico sénior del director del Instituto Nacional sobre el Abuso del Alcohol y el Alcoholismo de Estados Unidos, Aaron White, explicó al Times que algunas directrices separan entre hombres y mujeres debido a que se requiere menos alcohol para afectar negativamente a la salud de estas últimas, en comparación con los primeros.

Aseguró que parte de ese mayor riesgo puede deberse a las diferencias de tamaño que generalmente se tienden a presentar.

Aún así, la directora del Programa de Yale para las Diferencias Sexuales en el Trastorno por Consumo de Alcohol, Sherry McKee, precisó al citado periódico que si “una mujer y un hombre de la misma edad y el mismo peso beben exactamente la misma cantidad de alcohol, la mujer tendrá una concentración de alcohol en sangre superior a la del hombre”.

Entonces, ¿por qué se genera esa diferencia?

Afirmó que es posible que se deba a que el alcohol no penetra en el tejido adiposo y a que las mujeres suelen tener una mayor proporción de grasa que los hombres.

Por lo tanto, hay menos espacio para que se distribuya en el cuerpo.

Junto con ello, según un estudio disponible en el New England Journal of Medicine, las mujeres pueden presentar mayores dificultades para metabolizar el alcohol, lo que hace que se mantenga por más tiempo en su organismo.

Pese a que no hay un consenso único y universal sobre lo que sería una cantidad moderada de alcohol, Stockwell enfatizó que la mayoría de los especialistas concuerdan en que, si se decide beber, “menos es mejor”.

Cabe recordar que si tienes dudas sobre tu salud, siempre es recomendable acudir a un profesional para evaluar tu caso particular y las mejores formas de abordarlo.