Corría enero de 2009 cuando Hillary Clinton se presentó ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos, organismo que estaba estudiando su nombramiento como Secretaria de Estado.

En su intervención, la militante del Partido Demócrata —quien asumió el cargo ese mismo mes bajo la presidencia de Barack Obama— se refirió en reiteradas ocasiones a que su país debería aplicar el smart power (o “poder inteligente”, en español) en sus relaciones internacionales.

“Debemos utilizar lo que se ha llamado smart power, toda la gama de herramientas a nuestra disposición —diplomáticas, económicas, militares, políticas, jurídicas y culturales— eligiendo la herramienta o combinación adecuada para cada situación. Con un smart power, la diplomacia será la vanguardia de nuestra política exterior”, manifestó Clinton en Washington D.C. en ese instante.

Pese a que aquel término no fue inventado por la abogada y diplomática, sus declaraciones tuvieron eco.

Incluso, el entonces senador proveniente de Virginia, Jim Webb, llegó a afirmar en ese momento que “la frase de la semana es ‘smart power’.

Pero más allá de la administración de Obama y las gestiones de Clinton como Secretaria de Estado, el concepto de “poder inteligente” es ampliamente utilizado hasta la actualidad en el análisis de materia internacional.

Aunque no se conoce con exactitud quién lo acuñó por primera vez —algunos sugieren que fue Susanne Nossel con un artículo publicado en Foreign Affairs— , hay un consenso en cuanto a que reúne otros dos conceptos: hard power (“poder duro”) y soft power (“poder blando”).

El Doctor en Historia y académico de la Universidad Adolfo Ibáñez, Fernando Wilson, explica a La Tercera que “el hard power es, según la definición de Max Weber, la capacidad de imponer voluntad sobre otros sin que ese otro pueda oponer ningún tipo de resistencia efectiva”.

Dentro de esa categoría, por ejemplo, hay aristas que van desde desplegar armamento y ejércitos militares hasta ejercer presión con sanciones económicas.

Qué es el smart power o “poder inteligente” en la relaciones internacionales y qué países lo aplican en la actualidad. Foto: referencial / miembros del servicio ruso conducen tanques durante los simulacros realizados por las fuerzas armadas del Distrito Militar Sur en el campo de tiro Kadamovsky en la región de Rostov, Rusia 3 de febrero de 2022.

Se trata de “esa visión dura, impositiva, coaccionante”, resume el analista experto en este ámbito.

Por otro lado, el concepto de soft power —principalmente atribuido a Joseph Nye, quien ha profundizado en la temática del poder en sus libros— se aplica “sobre la base de utilizar herramientas o atributos blandos asociados a la admiración, la ayuda y la cooperación internacional”.

“El multilateralismo también, en muchos sentidos, es parte de esto. El soft power permite a distintos actores internacionales actuar y llevar a cabo sus objetivos sin necesariamente entrar en una dinámica de conflicto”.

Sin embargo, Wilson hace hincapié en que tiene “docenas de versiones” y “se adapta a la forma de su contenedor”.

“Es muy asimilable a la imagen o al arquetipo de un líquido, en el sentido de que no tiene una forma definida. No se puede usar de manera rígida (...) Tiene que ser medido o analizado de acuerdo a los objetivos contrapuestos y las voluntades de los actores internacionales involucrados”.

Dentro del soft power entran elementos como la diplomacia y la influencia cultural. De hecho, a modo de ejemplo, factores como la música, el arte, el cine, la gastronomía y aspectos que atraigan al turismo podrían ser parte de este último punto.

“La cultura es el eje de lo que entendemos como ‘poder blando’, porque es de alguna manera el motor sobre el que este sistema funciona”, añade Wilson.

Qué es el smart power o “poder inteligente” en la relaciones internacionales y qué países lo aplican en la actualidad. Fotos: referenciales / representaciones de influencia cultural.

Qué es el smart power o “poder inteligente” y qué países lo aplican

El analista internacional y académico de la UAI precisa que aunque hay distintas definiciones, el smart power puede describirse como “la adaptabilidad que debe tener la política exterior de un Estado en reconocer escenarios y actuar de la manera más eficiente y efectiva en la búsqueda de sus objetivos”.

“Lo que plantea es que no hay que cerrarse a una solución o a una aproximación de carácter rígido e imponerla contra viento y marea, cuando probablemente a través de otras aproximaciones pueda ser necesario y más fluido utilizar otras herramientas”.

En otras palabras, evitar “quedar amarrado a un soft power en un escenario donde claramente este ya no es viable”. O viceversa.

“Un ejemplo clásico de la rigidez es la política exterior de Vladimir Putin con la invasión de Rusia a Ucrania”, afirma Wilson.

“Tras el fracaso de sus preconcepciones iniciales, hoy se encuentra atrapado en una dinámica unidimensional que no consigue evolucionar. Quedó claro que la guerra no la iba a ganar militarmente a la segunda semana de la invasión. Llevamos dos años, cientos de miles de muertos, por no tener la flexibilidad de utilizar el smart power”.

Sobre dicho caso, agregó: “Es una sociedad que producto del trauma que le significó dejar de ser superpotencia y la fragmentación de la Unión Soviética, hoy adquiere un patrón de comportamiento, una dinámica de actitud, que es netamente agresiva y hostil. Por cuanto, encuentra en el hard power una suerte de refugio ante lo que teme por sobre cualquier otra cosa, que es la percepción de debilidad”.

Como es de esperar, el caso de Corea del Norte también queda fuera del smart power, hasta el punto en que “tienen el problema de que están a la defensiva respecto a todo el mundo, incluso frente a sus mayores aliados como son Rusia y China”.

“No hay espacio para aplicación de nada que no sea la defensa integral del régimen y por eso el recurso a la herramienta dura y particularmente a la disuasión nuclear”, agregó sobre el territorio controlado por Kim Jong Un.

Para Wilson, ejemplos históricos de la demostración efectiva de smart power son Gran Bretaña, Francia y España, aunque este último en menor grado.

“Esos son los máximos exponentes de la habilidad en la dosificación”, plantea el especialista.

Qué es el smart power o “poder inteligente” en la relaciones internacionales y qué países lo aplican en la actualidad. Foto: referencial.

A dichos países se le suman actores internacionales como el Vaticano y su capacidad de influencia.

“Y qué mejor demostración que (el Papa) Juan Pablo II en la fase final de la Guerra Fría y en la desarticulación del comunismo en Polonia y en el este de Europa”.

Pero, ¿qué ocurre con Estados Unidos?

“Me atrevería a decir que el problema que tienen, más allá de su enorme poder, es que es un actor internacional comparativamente joven (...) su experiencia en política exterior como superpotencia tiene 70 años, en el mejor de los casos. Eso influye en que sus Departamentos —de Estado, Comercio Internacional y Defensa— todavía no tengan la capacidad como para aplicarlo de manera fluida como lo hacen actores con diplomacias tradicionales clásicas”.

No obstante, Wilson recuerda que estos conceptos sobre el poder no son rígidos, por lo que las interpretaciones pueden variar dependiendo de las circunstancias y los factores que se analicen, entre otros puntos.

Según el especialista, un ejemplo claro del uso efectivo y eficiente del smart power es China.

“Ellos hasta inventaron su propia versión del soft power, en la forma de la ‘diplomacia de los pandas’”.

Menciona cuando, a mediados de junio, el primer ministro Li Qiang realizó un viaje a Australia y anunció que se enviaría una nueva pareja de osos pandas a uno de sus zoológicos.

Fue la primera visita de un primer ministro chino en siete años, tras las tensiones que enfrentaron ambos países (después de que el exprimer ministro australiano Scott Morrison pidiera una investigación en el país asiático sobre los orígenes de la pandemia y el gobierno chino respondiera con la imposición de aranceles elevados sobre productos como el vino que producen).

“Ahí tienes una demostración brillante de la aplicación de smart power, sentenció el analista internacional.

Qué es el smart power o “poder inteligente” en la relaciones internacionales y qué países lo aplican en la actualidad. Foto: Oso panda obsequiado por China (en 2009) al Zoológico de Adelaida en Australia.